Un nuevo estudio científico señala la presencia de una masa de aguas frías en el Atlántico Norte como freno de la pérdida de hielo en los glaciares de Islandia, que podrían desaparecer en 2300 de no parar el calentamiento global



Un reciente estudio confirma que un parche de agua más fría en el Océano Atlántico Norte cerca de Islandia, apodado «Blue Blob» , que se encuentra al sur de Islandia y Groenlandia, enfrió el aire sobre Islandia lo suficiente como para frenar la pérdida de hielo a partir de 2011.
Aunque aún se está investigando, esta zona fría fue más prominente durante el invierno de 2014-2015, cuando la temperatura de la superficie del mar era aproximadamente 1,4 grados Celsius más fría de lo normal.
Si no se toman medidas para mitigar el cambio climático, los glaciares podrían perder un tercio de su volumen actual de hielo para el 2100
Mientras que el agua más fría en el Atlántico Norte ofrece un respiro temporal para los glaciares de Islandia, los autores estiman que si no se toman medidas para mitigar el cambio climático, los glaciares podrían perder un tercio de su volumen actual de hielo para el 2100 y desaparecer para el 2300. Si los 3.400 kilómetros cúbicos de hielo del país se derritieran, el nivel del mar aumentará 9 milímetros.
«Al final, el mensaje sigue siendo claro», afirma en un comunicado el autor principal del estudio Brice Noël, modelador climático que se especializa en capas de hielo polar y glaciares en la Universidad de Utrecht. «El Ártico se está calentando rápidamente. Si queremos ver glaciares en Islandia, entonces tenemos que frenar el calentamiento».
El artículo, que se publica en la revista Geophysical Research Letters podría ayudar a los científicos a comprender mejor los efectos indirectos del océano en los glaciares. «Es crucial tener una idea de las posibles reacciones en el Ártico porque es una región que está cambiando muy rápido», señala Noël. «Es importante saber qué podemos esperar en un clima más cálido en el futuro«.


FINNUR PÁLSSON
Varios investigadores han propuesto que ‘Blue Blob’ es parte de la variabilidad normal de la temperatura de la superficie del mar en el Ártico. En particular, los inviernos especialmente fríos en 2014 y 2015 llevaron a un enfriamiento récord, lo que provocó el afloramiento de aguas frías y profundas, incluso cuando las temperaturas del océano alrededor de la región se calentaron debido al cambio climático.
