En pleno proceso de consulta pública del Pacto Verde, online por las medidas de confinamiento por el COVID-19 y pese al aplazamiento de la COP26, la Comisión Europea mantiene sus planes de elevar la ambición climática por encima del Acuerdo de París



Hace pocos días que la Comisión Europea abrió a consulta pública su Pacto Verde Europeo, un plan que pretende aumentar la ambición climática de la Unión Europea de cara a 2030 más allá de lo requerido por el Acuerdo de París.
Esta consulta pública, en la pueden participar todos los ciudadanos y entidades interesadas en la cuestión climática, se desarrolla de manera telemática por las medidas de confinamiento impuestas para frenar el avance del coronavirus y estará abierta hasta el 23 de junio de 2020.
Dadas las circunstancias y con la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas para el cambio climático COP26, prevista para noviembre de este año en Glasgow (Reino Unido), aplazada, aferrarse a este gran pacto con el paquete presupuestario que comporta, nada menos que el 25% del presupuesto total de la UE, resulta tremendamente optimista.
El pasado mes de febrero el Consejo Europeo falló a la hora de pactar el Marco Financiero Plurianual de la UE que establece la disponibilidad de recursos económicos para las diferentes iniciativas que se desarrollen entre 2021 y 2027.
Un Marco Financiero que se apoyaba en el Pacto Verde como uno de sus ejes prioritarios, para el que tenía previsto dedicar 260.000 millones de euros al año.
El 25% del presupuesto de la UE a largo plazo deberá dedicarse a la lucha contra el cambio climático
Para conseguir los objetivos marcados en materia de clima y energía para 2030, la Comisión Europea calcula que será necesaria una inversión adicional de 260.000 millones de euros al año, lo que equivale al 1,5% del PIB de 2018.
Asimismo, la Comisión presentará la Estrategia de Financiación Ecológica en 2020, con la finalidad de que el sector privado contribuya a financiar la transición ecológica.
La Comisión Europea mantiene hoy su compromiso con el aumento de la ambición climática de la Unión Europea con vistas a 2030 y el desarrollo de acciones y políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a través de una consulta pública en línea, con el objetivo final es lograr la descarbonización no más tarde de 2050.
Sin embargo, toda esta ambición exige el compromiso financiero d todos los Estados miembros y su respaldo al Marco Financiero Plurianual para el próximo septenio, un marco que tras la salida de Reino Unido ya planteaba un recorte del 14% en la Política Agrícola Común.
A la vista de la respuesta que los distintos sectores han dado a la crisis sanitaria del COVID-19, y habiendo quedado patente que la agroalimentación no sólo no es responsable de los Gases Efecto Invernadero, sino que ha jugado un papel estratégico garante de la soberanía alimentaria, es probable que la PAC haya salido reforzada de este lance en detrimento de esa mayor ambición climática.
La recuperación de un sector sanitario autosuficiente será otras de las necesidades básicas a reforzar en el conjunto de la Unión, y los fondos de esa fortaleza tendrán que salir de otras partidas, sin descartar que sea de la verde.
Ambición climática
Como parte del Pacto Verde Europeo, la Comisión presentará un plan integral para incrementar el objetivo climático de la UE para 2030 en septiembre de este año. En el documento propondrá aumentar los objetivos actuales de la UE para 2030, por lo que, la meta de reducir un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero aumentará hasta el 50% y se encaminará hacia el 55% -en comparación con los niveles de emisiones de 1990-.
Los principales objetivos establecidos por el Pacto Verde Europeo son la transición a una economía circular y limpia a través del impulso del uso eficiente de los recursos, paralizar el cambio climático, reducir la contaminación mediante una política de polución cero, así como revertir la pérdida de biodiversidad.
También se empezarán a desarrollar estrategias en torno a la biodiversidad, la industria, la alimentación sostenible, la contaminación, así como el plan de acción sobre economía circular.
En el ámbito de la movilidad sostenible, el Pacto Verde busca reducir en un 90% las emisiones para el año 2050. En este sentido, planea una digitalización, con la automatización de la movilidad, sistemas inteligentes de gestión del tráfico, así como Apps para lograr hacer del transporte un sector más limpio y eficiente.
Además, marca como objetivos la reducción de las emisiones del transporte aéreo y marítimo, acabar con las subvenciones destinadas a los combustibles fósiles y un sistema efectivo de pago en carreteras de la UE.
Para impulsar los medios de transporte sostenibles, se instalarán un millón de puntos y estaciones de recarga para dar servicio a los 13 millones de vehículos cero y bajas emisiones que se prevé estén operativos para 2025. En consecuencia, se endurecerán los objetivos de emisiones de Europa para 2030 y se fijará el camino a seguir de cara al 2050.