Un nuevo informe del Foro Económico Mundial muestra cómo reducir las emisiones de las ocho principales cadenas globales de suministro, que producen más del 50% del CO2 en el mundo, algo que podría cambiar las reglas del juego en la lucha contra el cambio climático



El compromiso de abordar el cambio climático se está acelerando en todos los sectores de la sociedad, y las promesas netas de cero de empresas, ciudades, estados y regiones se duplicaron en el último año. La descarbonización de las cadenas de suministro es una gran oportunidad para que las empresas pongan en práctica estos compromisos.
Una nueva investigación publicada este jueves por el Foro Económico Mundial y Boston Consulting Group (BCG) muestra cómo abordar las emisiones de la cadena de suministro puede cambiar las reglas del juego en la lucha global contra el cambio climático. Desafío Net-Zero: The Supply Chain Opportunity analiza las ocho principales cadenas de suministro globales que representan más del 50% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y encuentra que la descarbonización de extremo a extremo de estas cadenas de suministro agregaría tan solo 1% a 4 % a los costes del consumidor final a medio plazo.
El informe desglosa las principales fuentes de emisiones a lo largo de cada una de las ocho cadenas de suministro principales: alimentos, construcción, moda, bienes de consumo de rápido movimiento, electrónica, automotriz, servicios profesionales y transporte de mercancías. Evalúa las palancas clave para reducir las emisiones en cada cadena de suministro y muestra que muchas se pueden implementar fácilmente y con poco coste final. El informe también señala la naturaleza global de muchas cadenas de suministro, lo que permite a las empresas apoyar la descarbonización a través de las fronteras y en países donde los gobiernos aún no dan prioridad a la acción climática.
La oportunidad de impacto es especialmente alta para las empresas orientadas al consumidor, cuyas emisiones de la cadena de suministro superan con creces las emisiones directas de la fabricación. Estas empresas pueden utilizar su poder adquisitivo para impulsar una descarbonización rápida y ayudar a financiar la transición mediante la coinversión con los productores de materias primas, que luchan por financiar la transición por sí solos.
Por ejemplo, si bien a un productor de acero le cuesta mucho más fabricar acero sin carbono, las materias primas como el acero representan una proporción tan baja de los precios para el consumidor final que un automóvil sin carbono es solo un 2% más caro para el comprador a medio plazo.
Entre las palancas de cambio que recomiendan para todos los sectores se encuentra el fomento de la circularidad reduciendo el empleo de materias primas vírgenes, aumentar la eficiencia en materiales y procesos, la utilización de energía y calor renovable, la introducción de nuevos procesos productivos, la utilización de soluciones basadas en la naturaleza, la apuesta por un transporte sostenible con combustibles verdes como el hidrógeno y, finalmente, la captura de CO2 emitido en los procesos productivos.
El informe señala nueve acciones importantes que los directores ejecutivos deberían tomar de manera urgente para abordar las emisiones de la cadena de suministro, que incluyen:
- Crear una visión sólida de las emisiones con datos específicos del proveedor y establecer objetivos ambiciosos para la reducción de emisiones
- Rediseño de productos y reconsideración de estrategias de abastecimiento geográfico para optimizar el CO2
- Cofundizar medidas de reducción y educar a los proveedores sobre cómo implementar soluciones bajas en carbono.
- Participar en los ecosistemas de la industria para compartir las mejores prácticas y crear una señal de demanda de productos ecológicos.
- Alinear los incentivos internamente para garantizar que los tomadores de decisiones se centren en reducir las emisiones.
