El cambio climático y las predicciones nada favorables de nieve para los próximos años han motivado que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico no renueve la concesión de tres de las cuatro instalaciones de esquí de Navacerrada (Madrid)



El aumento de la temperatura media de la Tierra provocado por el cambio climático es una auténtica amenaza para los deportes de invierno, especialmente aquellos que dependen de la nieve. Las cotas van bajando cada año y las estaciones de esquí tienen que recurrir cada vez más a soluciones artificiales como los cañones de hielo para salvar una temporada que cada vez es más corta. Sin embargo, en la mítica estación de Navacerrada (Madrid), ya ni siquiera la nieve artificial puede rescatarles. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha decidido este miércoles que no renovará la concesión de las instalaciones de tres de las cuatro pistas de la estación, por lo que esa parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, conocida como Pinar de Valsaín y situada en Segovia, pasará a ser dominio público forestal.
El organismo público ha asegurado que la renovación de la concesión, firmada el 3 de abril de 1996 y que finaliza próximamente al cumplir el plazo de vigencia de 25 años, “no es viable”, según ha informado en un comunicado. Y es que el cambio climático ha ido aumentando las temperaturas de la zona y reduciendo la cantidad de nieve natural disponible, una tendencia que va a continuar en el futuro ya que las predicciones meteorológicas no son nada favorables en términos de deportes de invierno.
En concreto, desde el Ministerio apuntan que desde la década de los 70, cuando se dieron las mejores condiciones para la existencia de nieve en Navacerrada, la temperatura media ha aumentado 1,95ºC, la temperatura media de las mínimas también se ha incrementado en 0,77ºC y la nieve se ha reducido en un 25%. Al mismo tiempo, los días de helada han disminuido en 21,6 días de media y los de nieve, en 24,2.
A este escenario climático se suma para el Ministerio la alta presión turística y recreativa que sufre la zona, que por su condición de Parque Nacional debería estar sin embargo altamente protegida. El Puerto de Navacerrada soporta un grave problema de saturación y de acceso, con aglomeraciones regulares que en ocasiones obligan a cortar las carreteras que llevan a esta estación invernal. De hecho, el problema se ha visto agravado durante la pandemia debido a los confinamientos autonómicos perimetrales, que han multiplicado la cantidad de madrileños que suben a la sierra y han incluso supuesto un problema de orden público, seguridad ciudadana y economía circular, con aportes de residuos que no tienen una solución clara para su recogida y evacuación.
El Ministerio recuerda que la propia normativa de la Junta de Castilla y León relativa a la gestión de esta zona de especial conservación propone limitar y condicionar las infraestructuras que comportan las instalaciones deportivas y de ocio. De igual forma, el plan básico de gestión del Parque Nacional establece entre sus objetivos ordenar el intenso uso público que soporta la zona, mostrando especial preocupación por el macizo de Peñalara y el Puerto de Navacerrada.
Desmontar antes de otoño
La decisión supone que a empresa Puerto de Navacerrada Estación de Esquí deberá desmontar tres de sus cuatro pistas por completo antes del 30 de octubre de 2021, fecha límite para revertir estos montes al dominio público forestal. De esta forma, las instalaciones de esquí de las pistas Escaparate, Telégrafo y El Bosque deberán eliminarse «garantizando la restauración ambiental y paisajística de estos terrenos de alto valor«, ya que esas laderas pasarán a formar parte de una Zona de Uso Limitado de Cumbres.
Las instalaciones para la práctica de esquí correspondientes a la concesión incluyen, además de las tres pistas mencionadas, tres telesillas con sus construcciones complementarias y un sistema de innivación artificial compuesto por un edificio depósito que alberga los compresores, las conducciones de agua y aire y los cañones de impulsión. Además, en la zona que comprende las tres pistas, con una superficie total de 7,6 hectáreas, hay además un remonte tipo tapiz rodante instalado sin autorización, según el Ministerio, que también deberá desaparecer.
A nivel local, la decisión no ha sentado demasiado bien. La alcaldesa de Navacerrada, Ana Paula Espinosa, ha lamentado, en declaraciones a EFE, que la parte que se va a cerrar es “la parte bonita, donde hemos aprendido todos a esquiar, los grandes campeones y toda la familia Fernández Ochoa”. En cualquier caso, y a falta de conocer más detalles, la alcaldesa ha dicho que esta decisión puede costarle el puesto de trabajo a «muchísimas personas» que trabajan en la estación y afectará «mucho» a los hoteles y restaurantes que hay en esta zona.
