Según la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la educación es clave para poder establecer las medidas necesarias para mitigar el cambio climático ya que la llave de la victoria está en la sensibilización de cada una de las personas del mundo



La ministra en funciones para la Transición Ecología, Teresa Ribera, ha dado sus primeras impresiones sobre el último informe especial del el Panel Intergubernamental Sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) que alerta sobre el delicado estado de los océanos, la criosfera y, sobre todo, por el precipitado avance del cambio climático.
En el encuentro que ha tenido lugar en el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), la ministra ha resaltado su preocupación por los resultados del informe y ha señalado que en España ya se está trabajando para intentar mitigar los efectos del cambio climático.
“De momento, nuestra prioridad en España es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la descarbonización del país. Si apostamos por esta vía, reduciremos el riesgo principal del cambio climático y servirá como antesala para los futuros cambios”, ha argumentado Teresa Ribera.
Sin embargo, tal y como ha destacado, esto no se puede lograr sin ayuda de la población, ya no solo de España, sino del mundo entero: “La población tiene el deber de conocer el peligro al que se enfrentan. Necesitamos una sociedad educada en el medio ambiente para poder reducir los posibles riesgos”, ha añadido.
En este sentido, Teresa Ribera ha destacado la labor de los científicos en España, que según ella, son los únicos capaces de informar correctamente sobre este problema y quienes poseen los conocimientos suficientes y contrastados sobre las soluciones de adaptación y mitigación que se pueden tomar en cada caso.
La opinión de los científicos
En el encuentro también han participado Javier Aristegui, profesor en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Iñigo Losada, catedrático de ingeniería hidráulica de la Universidad de Cantabria, y Alexandre Magnan, miembro del IPCC. Todos ellos autores del último estudio especial del IPCC.
Según los expertos, lo que más ha sorprendido de este estudio ha sido el descubrimiento de que el cambio climático está avanzando a un ritmo mayor del que se pensaba y se empieza a acabar el tiempo para actuar. Aunque, han destacado que aún queda esperanza.
«Es cierto que este informe parece alarmista, pero queremos transmitir esperanza. Aún hay tiempo para mitigar el cambio climático”
Para los investigadores, el cambio climático ha llegado a un punto en el que no se puede frenar, pero que sí que se pueden mitigar sus efectos a través de ambiciosas medidas de reducción de gases de efecto invernadero y, sobre todo, a través de la adaptación al fenómeno.
Sin embargo, del mismo modo que lo ha hecho Teresa Ribera, los científicos se han puesto de acuerdo en que estas no se podrán llevar a cabo si no se educa a los ciudadanos y no se les hace ver que esas medidas, además de necesarias, “es algo que habrá que hacer sí o sí”.
Asimismo, Alexandre Magnan, también ha querido añadir a esa afirmación que los políticos, al igual que los ciudadanos, también juegan un papel importante en la lucha contra el cambio climático, pero, en la mayoría de los casos, no tienen una educación ambiental correcta ni se dejan asesorar, por lo que, ha insistido, que este es otro punto en el que hay que trabajar».
“A veces se piensa que la respuesta contra el cambio climático reside en la tecnología o en el propio clima, pero, en realidad, está en la política. Son nuestros gobernantes quienes tienen la responsabilidad de aplicar las medidas de adaptación y mitigación que proponemos lo científicos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, ellos no atienden y prefieren actuar de forma aislada y a corto plazo”, ha enfatizado el experto francés.
Canarias y las costas del Mediterráneo, las más afectadas
Durante la presentación de los resultados del informe del IPCC, los científicos han puesto de manifiesto el peligro que corren las ciudades costeras e insulares como consecuencia de las grandes crecidas del océano durante los próximos años, independientemente de si se aplaca el cambio climático o no, que se prevén que lleguen a crecer hasta 80 centímetros en los escenarios más optimistas.
Al poner el foco sobre España, Iñigo Losada ha señalado a las costas españolas y a las zonas insulares como las regiones que más van a sufrir esta consecuencia del cambio climático: “Las playas son los primeros elementos de protección de la costa y, en estos momentos, no se están gestionando con perspectiva de futuro, por lo que estas zonas están destinadas a sufrir consecuencias nefastas”, ha comentado.
«Es evidente que necesitamos un cambio y esa transformación probablemente nos obligue a entender que nuestra costa hay que gestionarla de una forma muy diferente a como lo hemos hecho hasta ahora»
«Es evidente que necesitamos un cambio y esa transformación probablemente nos obligue a entender que nuestra costa hay que gestionarla de una forma muy diferente a como lo hemos hecho hasta ahora«, ha apostillado Iñigo Losada.
Según Losada, esa nueva forma de gestión llegará de la mano de la aplicación de la Estrategia Española de Adaptación a la Costa, basada en un futuro un informe de evaluación de riesgos, elaborado con ayuda de las comunidades autónomas, con el fin de calcular de forma aproximada, por ejemplo, el número de personas afectadas, los daños económicos sobre las infraestructuras y en los ecosistemas.
Sin embargo, tal y como han destacado durante toda esa ponencia, todas estas medidas de adaptación quedarán en papel mojado si no se conciencia y educa a la población de que el cambio climático es real y que sus efectos, independientemente de lo que hagamos, se van a notar ya.
“Depende de nosotros adaptarnos. El cambio climático no es reversible y a partir de ahora solo podremos mitigarlo. Este es un problema que hemos creado nosotros y no debemos mirar hacia otro lado ahora, sino que nos toca mirar a todos hacia el mismo sitio: hacia la Tierra”, ha concluido Javier Aristegui.
