Las catástrofes naturales causan 70.000 millones en pérdidas este año

Las catástrofes naturales causan 70.000 millones en pérdidas este año

Las pérdidas económicas globales causadas por las catástrofes naturales se estiman por encima de los 70.000 millones de euros en el primer semestre de 2022, impulsadas por las tormentas y las inundaciones


Las catástrofes naturales causaron en el mundo pérdidas económicas por valor de 72.000 millones de dólares (70.000 millones de euros) en la primera mitad del año, un descenso del 20,8 % con respecto al mismo periodo de 2021, según un informe de la multinacional reaseguradora Swiss Re.

El dato supone además una bajada del 3% frente a la media de los últimos 10 años, aunque la compañía advierte que «el cambio climático está evidentemente causando un aumento de fenómenos meteorológicos extremos tales como recientes inundaciones sin precedentes en Australia o Sudáfrica».

Inundaciones Sudáfrica
Las inundaciones en la ciudad de Durban, en Sudáfrica, han provocado más de 440 muertes.

Pérdidas para las aseguradoras

Las pérdidas para la industria aseguradora derivadas de estos desastres naturales entre enero y junio ascendieron a 35.000 millones de dólares (34.000 millones de euros), una cifra también inferior a la del año anterior pero un 22 % mayor a la media de los últimos 10.

Entre las catástrofes que más pérdidas causaron, Swiss Re destaca las inundaciones que afectaron a Australia en febrero y marzo, que costaron a las aseguradoras 3.500 millones de dólares (3.400 millones de euros), una cifra similar a la derivada de las tormentas invernales sufridas por varios países europeos en febrero.

Tormentas e inundaciones

La firma suiza alerta del incremento de las pérdidas asociadas a desastres naturales considerados en principio de menor gravedad, tales como el granizo o las inundaciones, «exacerbados por la rápida urbanización y la acumulación de riqueza en zonas sensibles a estas catástrofes«.

«A diferencia de los huracanes o los terremotos, este tipo de eventos peligrosos pueden ocurrir en cualquier parte, y sus efectos empeoran por el rápido desarrollo urbano en áreas especialmente vulnerables», advirtió en un comunicado el director de la división de análisis de catástrofes de Swiss Re, Martin Bertogg.

La firma de Zúrich recordó que un 75% de las catástrofes naturales que ocurren en el mundo no están cubiertas por seguros, y vaticinó cuantiosas pérdidas derivadas de la sequía y los incendios que este verano sacuden Europa, después de que en junio la temperatura media fuera la más alta de la que se tiene registro.

Inundaciones en Kentucky, EEUU, en julio de 2022, que han causado la muerte de 37 perssonas FOTO: EFE/EPA/SGT Jessica Elbouab Kentucky National Guard
Inundaciones en Kentucky, EEUU, en julio de 2022, que han causado la muerte de 37 perssonas FOTO: EFE/EPA/SGT Jessica Elbouab Kentucky National Guard

La prevención es clave

La actividad y el comportamiento humanos están contribuyendo a un número cada vez mayor de desastres en todo el mundo, poniendo en peligro millones de vidas y todos los logros sociales y económicos, advierte un informe de la ONU publicado recientemente.

El Informe de Evaluación Global (GAR2022 por sus siglas en inglés), publicado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) previo a la celebración de la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres en mayo pasado, reveló que entre 350 y 500 desastres de mediana a gran escala ocurrieron cada año durante las últimas dos décadas. Se prevé que la cantidad de desastres llegue a 560 por año, o más de un desastre natural por día, para 2030.

El GAR2022 culpa de estos desastres a una percepción rota del riesgo basada en el «optimismo, la subestimación y la invencibilidad», lo que conduce a decisiones políticasfinancieras y de desarrollo que exacerban las vulnerabilidades existentes y ponen a las personas en peligro.

«El mundo debe hacer más para incorporar el riesgo de desastres en la forma en que vivimos, construimos e invertimos, dice la ONU»

Y concluye que «el mundo debe hacer más para incorporar el riesgo de desastres en la forma en que vivimos, construimos e invertimos, lo que está metiendo a la humanidad en una espiral de autodestrucción».

En este sentido, la reducción y prevención de desastres debe ser prioritaria para todos los gobiernos y Naciones Unidas aboga por la cooperación internacional para invertir en herramientas predictivas con capacidades de datos más sólidos, «nuevos instrumentos multilaterales» como el Fondo de Análisis de Riesgos Complejos de la ONU, que apoya «ecosistemas de datos» que pueden anticipar, prevenir y responder mejor a amenazas complejas, antes de que se conviertan en desastres en toda regla.

Se trata de desarrollar un conjunto de análisis de riesgos e invertir en coordinación e infraestructura de datos que permitan el intercambio de conocimientos y la acción anticipatoria conjunta. Dichas inversiones ayudarán a navegar riesgos complejos antes, más rápido y de una manera más específica y eficiente, según la ONU.

En definitiva, tal y cómo se planteó en la COP 27, Naciones Unidas pretende garantizar que todas las personas en la tierra estén cubiertas por Sistemas de Alerta Temprana en un plazo de cinco años.



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