Pekín es el primer anfitrión de los Juegos Olímpicos de Invierno que depende al 100% de la nieve artificial, una consecuencia del clima seco de la zona. Sin embargo, el avance del cambio climático puede dificultar que este evento se vuelva a celebrar con nieve natural



El cambio climático complicada vez más la existencia de los Juegos Olímpicos de Invierno. Aproximadamente el 80% de la nieve en los Juegos de 2014 en Sochi, Rusia, fue fabricada artificialmente, mientras que cuando Corea del Sur acogió este evento deportivo en Pyeongchang cuatro años después, esa participación aumentó al 90%. Sin embargo, esta situación ha llegado a su extremo con la edición de 2022, que se celebra en Pekín después de que la capital china se empeñara en ser la primera urbe en organizar unos juegos de verano y luego de invierno. A pesar de haber trasladado las pruebas a los montes Yin, a unos 200 kilómetros al noroeste, la falta total de nieve ha obligado a que el 100% del manto blanco que cubre la pistas sea generado por máquinas y cañones.
Y es que China, en colaboración con TechnoAlpin, el principal proveedor de nieve artificial con sede en Italia, ha construido redes de tuberías de kilómetros de largo para conectar dos embalses a las máquinas de fabricación de nieve para los eventos olímpicos de descenso en la montaña Xiaohaituo, donde las lenguas de color blanco contrastan fuertemente con los marrones de las montañas circundantes cerca del desierto de Gobi. Los generadores de nieve, cuyo coste ha ascendido a más de 22 millones de dólares, también se han desplegado más al norte, en Zhangjiakou, que alberga las pruebas esquí de estilo libre, saltos de esquí y biatlón.
Las cifras son asombrosas. Según los informes, China ha estimado que la fabricación de nieve en los Juegos de Invierno necesitará un total de 185 millones de litros de agua, el equivalente a 74 piscinas olímpicas, para cubrir 800.000 metros cuadrados de superficie de nieve. Esta cantidad, de acuerdo a lo comentado por Zhao Weidong, portavoz de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, supone casi el 10% del agua consumida en el distrito de Zhangjiakou, una zona que tiene además un alto estrés hídrico según China Water Risk, un grupo ambiental con sede en Hong Kong, que explica el recurso hídrico local per cápita de esta región es menos de una quinta parte del promedio nacional de China.
No me quito de la cabeza esta imagen de las pistas de esquí en #JuegosOlimpicosdeInvierno, Beijing. Toda la nieve es artificial. Creo q el #COI y el mundo del deporte debería evitar q cosas así se repitan. Pero parace q solo cuenta el dinero y el negocio. pic.twitter.com/W47Kkfb5kg
— Nacho Pardinilla (@nachopardinilla) February 5, 2022
De hecho, los cañones han estado un mes lanzando copos para llegar a tiempo a la inauguración del 4 de febrero, un tiempo que hace que algunos expertos crean que esa cifra subestima enormemente la cantidad que en realidad ha sido necesaria. El cálculo habitual es que con un metro cúbico de agua se consiguen dos metros cúbicos de nieve, por lo que se necesitarían unos 20.000 m3 de líquido para cubrir una pista de unos 1.600 metros de largo. Es importante recordar, además, que lo que lanzan los cañones no es nieve pura sino que lleva aditivos para conseguir que dure más sin fundirse.
Carmen de Jong, geógrafa de la Universidad de Estrasburgo, expresó sus preocupaciones en el podcast Living on Earth. “Durante medio año, durante la temporada de deportes de nieve, el agua se mantiene alejada del ecosistema natural”, explica. Por esta razón, De Jong y otros creen que China podría necesitar hasta 2 millones de metros cúbicos de agua, suficiente para llenar 800 piscinas olímpicas, para crear suficiente nieve artificial para cubrir pistas de esquí y caminos de acceso durante los Juegos.
¿Hacia unos Juegos de Invierno sin nieve?
Aunque el hecho de que estos Juegos se estén celebrando con un 100% de nieve artificial tiene mucho que ver con que Pekín y toda la región circundante tenga inviernos secos que dificultan los deportes de invierno, lo cierto es que la tendencia general mundial hará cada vez más difícil la celebración de este evento, ya que cada vez nieva de forma más irregular.
Live from the snow-capped mountains of Beijing pic.twitter.com/zEOzFzGijB
— The Upshot (@UpshotTowers) February 8, 2022
Un estudio de 2018, en el que participaron investigadores de Canadá, Austria y China, descubrió que si las emisiones globales de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente, solo ocho de las 21 ciudades que anteriormente albergaron los Juegos Olímpicos de Invierno serán lo suficientemente frías como para albergar los Juegos de manera fiable para el finales de este siglo. De hecho, la temperatura media ha pasado de aumentar unos 0,4°C en los Juegos celebrados entre 1920 y 1950, a subir unos 3,1 °C en los Juegos de 1960 a 1990 y a unos excepcionales 7,8 °C en los Juegos celebrados en lo que va de siglo.
En definitiva, los escenarios fabricados y la nieve artificial se convertirán, en definitiva, en una constante de los Juegos Olímpicos de Invierno si no se controla el cambio climático. «Se ha observado que la duración de la cobertura de nieve ha declinado en casi todas las regiones, especialmente en cotas más bajas, con una media de cinco días por década», apunta el informe sobre Áreas de Alta Montaña del Panel Científico de la ONU sobre cambio climático. Las imágenes de este año podrían por tanto de ser una excepción a convertirse en la norma.
