Algunas regiones de China, como Sichuan, decretan el cierre de fábricas por la falta de energía. El abastecimiento depende de la hidroeléctrica, y el sistema no da abasto para atender la demanda de los hogares y de las factorías en medio de una ola de calor y la sequía



La provincia central china de Sichuan decretó la suspensión temporal de la producción en las fábricas de 19 de sus 21 ciudades ante una ola de calor que ha disparado la demanda de energía, dependiente especialmente de la generación hidroléctrica en pantanos, que registran niveles muy inferiores a lo habitual, informa la agencia Efe.
Según explicaba el diario hongkonés South China Morning Post, el Gobierno de Sichuan anunció que la citada medida se prolongará desde el lunes 15 de agosto hasta el sábado, 20 de agosto.
En un comunicado publicado en su página web, el Ejecutivo indica que la región se enfrenta a unos niveles de temperatura «extremos» y no vistos desde hace 60 años, mientras que las precipitaciones han caído un 51% frente a las mismas fechas de años anteriores y se sitúan ya en sus cotas más bajas desde que hay registros.
La consiguiente caída de los niveles de agua en las principales cuencas fluviales de la zona ha provocado una «caída repentina de la producción hidroeléctrica», que representa en torno al 80% de la capacidad de generación de energía de la provincia, hogar de 84 millones de habitantes.
«La temperatura es más elevada que en los últimos 60 años y ha habido la mitad de precipitaciones»
«La contradicción entre el suministro y la demanda de energía es muy prominente», indicaron las autoridades de Sichuan, la sexta provincia de China en términos de PIB gracias a industrias como metal de silicio, aluminio electrolítico, químicos, electrónica o equipos de generación de energía.
Ante la situación, el Gobierno de la región ha priorizado el suministro a residentes antes que a fábricas, aunque en algunas ciudades como Dazhou las eléctricas ya han advertido de que, si las medidas tomadas no alivian la presión sobre la red, se efectuarán cortes «ordenados» en zonas residenciales, de en torno a dos horas y media.


Aire acondicionado en los hogares
La prensa oficial salió al paso de las informaciones al asegurar que las empresas de Sichuan solo están sufriendo un impacto «limitado» por las medidas, un extremo en el que coinciden analistas citados por South China Morning Post, siempre y cuando las restricciones desaparezcan en «unas pocas semanas».
Otras provincias como Zhejiang y Anhui, ambas situadas en el este del país, también han anunciado medidas de reducción de consumo energético que han afectado a industrias como la siderúrgica, la de metales no ferruginosos o la textil.
En julio, el consumo de energía en China aumentó un 6,3% interanual, cifra que se elevó al 26,8% en el caso de la destinada a zonas residenciales, la tasa de crecimiento más alta en la serie histórica, que comenzó en 2009. Sin duda, un elemento que aumenta la demanda de consumo energético en los hogares es el calor, que hace emplear más los aires acondicionados.
Las circunstancias estivales de altas temperaturas y elevada demanda de hogares, sumadas a los requisitos industriales y la dependencia de una fuente energética como la hidroeléctrica, dependiente del agua y afectada por la sequía, hacen el cóctel perfecto para este colapso energético en Sichuan.
Pese a esto, las autoridades nacionales han insistido en que no se producirá una situación como la experimentada hace un año, cuando la producción industrial en algunos importantes polos manufactureros del país se vio interrumpida por la escasez de suministro, que llegó a traducirse en apagones en áreas residenciales en algunas zonas del noreste.
«China nunca permitirá que vuelvan a ocurrir incidentes del orden de cortes de electricidad a gran escala», afirmó hace unos meses el presidente chino, Xi Jinping, mientras que el primer ministro, Li Keqiang, prometió «esfuerzos decididos» en este sentido
