Una coalición mundial de científicos hace un llamamiento global para demandar cambios contundentes e inmediatos para hacer frente a los efectos del cambio climático. Propone acciones concretas de mitigación en las seis áreas con más necesidades urgentes



Más de 11.000 científicos de 153 países han hecho un llamamiento global para advertir que es “inevitable el sufrimiento humano” a menos que haya “cambios radicales” en las actividades humanas que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y otros factores relacionados con cambio climático.
La coalición mundial de científicos, dirigida por William J. Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), declara la emergencia climática a la vez que presenta gráficos que muestran tendencias como signos vitales para medir el progreso y proporciona un conjunto de acciones de mitigación efectivas.
«Los científicos tienen una obligación moral de advertir a la humanidad acerca de cualquier gran amenaza. Sobre la base de la información que tenemos, es claro que encaramos una emergencia climática», afirman en un artículo que publica la revista BioScience.
A partir del análisis de distintos indicadores, los científicos proponen acciones contundentes en áreas que requieren una acción global inmediata
El artículo, que se enfoca en las acciones para reducir el daño que causa el cambio climático, incluye indicadores que los investigadores describen como «señales vitales» relacionadas con ese cambio y las áreas que requieren una acción global inmediata.
Algunos de esos indicadores de la actividad humana son positivos, como la disminución de los índices de natalidad y la incorporación creciente de fuentes de energía renovables. Pero la mayoría de los indicadores muestra un panorama sombrío, incluida la creciente población de ganado para consumo humano, la pérdida de bosques y las emisiones de dióxido de carbono.
Los autores expresaron su esperanza de que estas «señales vitales» orienten a los gobiernos, el sector privado y el público en general a «comprender la magnitud de esta crisis, vigilar los progresos que se logren y reacomodar las prioridades para paliar el cambio climático».
Estas metas «requerirán transformaciones enormes en la forma en que funciona nuestra sociedad global y su interacción con los ecosistemas naturales», señaló la declaración.
Los científicos firmantes enfatizaron seis objetivos: reforma del sector energético, reducción de los contaminantes de corta duración, restablecimiento de los ecosistemas, optimización del sistema de alimentación, el establecimiento de una economía libre de dióxido de carbono y una población humana estable.
Acciones inmediatas
Los científicos advierten de que “se acaba el tiempo” para poner en marcha acciones contundentes en seis áreas concretas para frenar los efectos de un planeta en calentamiento.
En primer lugar sitúan la energía, donde consideran imprescindible implementar prácticas masivas de conservación; reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables bajas en carbono; dejar las reservas restantes de combustibles fósiles en el suelo; eliminar los subsidios a las compañías de combustibles fósiles, e imponer tarifas de carbono que son lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.
En según lugar, abordan los contaminantes de corta duración, donde reclaman que se reduzcan rápidamente las emisiones de metano, hollín, hidrofluorocarbonos y otros contaminantes climáticos de corta duración; hacerlo tiene el potencial de reducir la tendencia al calentamiento a corto plazo en más del 50% en las próximas décadas.


La naturaleza figura en tercer lugar. Para ello, recomiendan restaurar y proteger ecosistemas como bosques, praderas, turberas, humedales y manglares, y permitir que una mayor parte de estos ecosistemas alcance su potencial ecológico para secuestrar dióxido de carbono atmosférico, un gas de efecto invernadero clave.
En cuarta posición, sitúan la comida sobre la que ven necesario comer más vegetales y consumir menos productos animales para reducir significativamente las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero y liberar tierras agrícolas para el cultivo de alimentos humanos en lugar de alimentos para el ganado.
La reducción del desperdicio de alimentos también la consideran fundamental ya que recuerdan que al menos un tercio de todos los alimentos producidos terminan como basura.
El quinto ámbito es la economía, sobre la que recomiendan reconvertir en una economía de carbono para abordar la dependencia humana de la biosfera y alejar los objetivos del crecimiento del producto interno bruto y la búsqueda de la riqueza. Así, aconseja frenar la explotación de los ecosistemas para mantener la sostenibilidad de la biosfera a largo plazo es otra de la recomendaciones.
Y finalmente abordan la población, donde ven clave estabilizar una población humana global que aumenta en más de 200.000 personas por día, utilizando enfoques que garanticen la justicia social y económica.
«Mitigar y adaptarse al cambio climático al tiempo que se honra la diversidad de los seres humanos implica grandes transformaciones en las formas en que nuestra sociedad global funciona e interactúa con los ecosistemas naturales», señala el documento.
«Nos sentimos alentados por un reciente aumento de preocupación. Los organismos gubernamentales están haciendo declaraciones de emergencia climática. Los escolares están en huelga. Las demandas por ecocidio se están llevando a cabo en los tribunales. Los movimientos de ciudadanos de base demandan cambios, y muchos países, estados y provincias, ciudades y empresas están respondiendo. Como Alianza de Científicos del Mundo, estamos listos para ayudar a los tomadores de decisiones en una transición justa hacia un futuro sostenible y equitativo«, aseguran.
