Fundéu recomienda utilizar el término climariano en lugar del anglicismo ‘climatarian’ para referirse a la persona que elige qué comer en función de lo que es mejor para el planeta. La reducción de CO2 y el consumo responsable son las claves de la nueva dieta



Climariano es una alternativa válida en español y preferible a la voz inglesa climatarian con la que se denomina a la persona que elige qué comer en función de lo que es menos perjudicial para el planeta, señala la Fundación del Español Urgente, Fundéu, promovida por la Agencia EFE y BBVA.
En los medios, el anglicismo aparece en frases como «Ni vegano ni omnívoro: para ser respetuoso con el planeta hay que comer como un ‘climatarian’», «Para los ‘climatarian’, la cuestión no es si comer o no comer carne. Lo importante es tener una alimentación respetuosa con el medioambiente» o «Los climatarian son quienes comen menos carne porque están preocupados por el nivel de emisiones que genera su producción».
La palabra inglesa climatarian está ya recogida en el diccionario de Cambridge, que la define como «una persona que elige lo que come en función de lo que es menos dañino para el medio ambiente». Por extensión, empieza a aplicarse también a quienes intentan calcular su huella de carbono y tratan de minimizarla cambiando los hábitos de su vida cotidiana.
En inglés, climatarian está creada en paralelo con otras voces como vegetarian, o la más novedosa, plasticarian y, en español, este juego puede mantenerse con la alternativa climariano, como de vegetal se creó vegetariano.
Como traducción no sería incorrecta tampoco la forma climatariano, pero Fundéu recomienda preferentemente la primera forma.
- Consumir alimentos locales: contribuye al bienestar de nuestro entorno, mejorando las economías locales y también el medio ambiente, gracias a un gran ahorro de las emisiones producidas por el transporte.
- Consumir comida de bajas emisiones de efecto invernadero: a diferencia del vegetariano y el vegano, que tienen la pauta definida de qué comer y qué no en función de si es de origen animal o no, el climariano es más flexible, lo que puede generar ciertas dudas sobre lo que se puede consumir. La clave es la disminución de las emisiones de efecto invernadero a través de la reducción, pero no supresión, de la ingesta de carne y el aumento del consumo de frutas, verdura, legumbres y pescado.
- Conocer el impacto de cada alimento: muchos expertos reclaman la inclusión urgente en las etiquetas nutricionales obligatorias en los productos de la información sobre las emisiones que supone la producción de cada alimento, para que los consumidores sean conscientes del impacto de sus decisiones de compra.
- No desperdiciar la comida: optar por un consumo responsable que no derroche recursos. Los españoles tiraron a la basura un total de 1.279 millones de kilos de comida a la basura, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
