Una nueva investigación aumenta de 10 a 18 centímetros el nivel de subida del mar a causa del deshielo en Groenlandia en una proyección a 2100. La región helada ya alcanzó este verano el punto de no retorno de sus glaciares



El deshielo continúa imparable en el que va camino de convertirse en el año más cálido de los registros globales. El nivel de altura de mares y océanos se observa con preocupación por parte de expertos climáticos con una especial atención a los glaciares de Groenlandia. Este verano una investigación publicada en Nature confirmaba que la región helada ha alcanzado el punto de no retorno. Es decir, que incluso si el calentamiento global se detuviera hoy, la capa de hielo continuaría reduciéndose.
Si el todo el hielo de Groenlandia se vertiera el mar, el agua subiría una media de seis metros a nivel global. Las proyecciones del avance del derretimiento hablaban de una subida de 10 centímetros para 2100 en el peor de los casos. Sin embargo, una nueva investigación utilizando el mismo modelo y actualizando los últimos datos de derretimiento lanzan una proyección de un aumento de 18 centímetros.


El nuevo estudio, dirigido por investigadores de las universidades de Lieja y Oslo, se publica en Nature Communications e incorpora los nuevos escenarios planteados por el IPCC con modelos cuya física ha mejorado, en particular incorporando una mejor representación de la nubosidad. Además, se ha aumentado la resolución espacial, por lo que estas nuevas proyecciones deberían, en teoría, ser más robustas y fiables.
«El modelo MAR (Modèle Atmosphérique Régionale) fue el primero en demostrar que la capa de hielo de Groenlandia se derretiría aún más con un calentamiento del Ártico en verano. Si bien nuestro modelo MAR sugirió que en 2100 el derretimiento de la superficie de la capa de hielo de Groenlandia contribuiría a un aumento en los océanos de alrededor de diez centímetros en el peor de los casos (es decir, si no cambiamos nuestros hábitos), las nuevas proyecciones sugieren ahora un aumento de 18 centímetros», explica Stefan Hofer, investigador postdoctoral en la Universidad de Oslo.
