Un grupo de expertos ha documentado la relación que existen entre los incendios al este de los Estados Unidos con el deshielo del permafrost en el Ártico. Como han detallado, todo tiene que ver con la formación de un vórtice seco por la desestabilización de la corriente en chorro ártica



Una de las frases que más repiten los expertos es que “lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico” debido, básicamente, a que el hielo que está desapareciendo a pasos agigantados juega un vital papel dentro del sistema climático terrestre. Por este motivo, su desaparición exacerbará los efectos del cambio climático a nivel mundial mediante los singulares fenómenos de retroalimentación.
Algunos son muy conocidos, como el deshielo del permafrost y la liberación de metano, que estimula de desaparición de más hielo permanente. Otros, como la amplificación polar, todavía se siguen investigando, mientras que otros nuevos salen a la luz, como el descubierto fenómeno expuesto por Hailong Wang, científico en el Pacific Northwest National Laboratory (PNNL).
No hace mucho, otros científicos de diversas universidades de los Estados Unidos mostraron cómo los incendios del Ártico estaban acelerando el deshielo del permafrost e impulsando la aparición de paisajes de “thermokarst” en la región, además de nuevos incendios.
Pues bien, ahora Hailong Wang y su equipo han ido un paso más allá llegando a afirmar que la disminución del hielo, lejos de crear un caldo de cultivo para los incendios en el Ártico, también está impulsando la aparición de estos fenómenos en California, Washington y Oregon.«No es una analogía perfecta, pero las teleconexiones como esta son un poco como el efecto mariposa. Las condiciones climáticas en una parte del mundo pueden, con el tiempo, influir en los resultados climáticos desde miles de kilómetros de distancia. En nuestro caso, encontramos que la región ártica y el oeste de Estados Unidos están conectados por esta relación. El calentamiento regional de la superficie terrestre y marina causado por la pérdida de hielo marino desencadena condiciones más cálidas y secas en Occidente más adelante en el año”, ha explicado Hailong Wang.
En concreto, Wang y sus colegas autores descubrieron que a medida que el hielo marino del Ártico se derrite y las superficies terrestres y marinas circundantes se calientan, se fortalece un vórtice en la atmósfera sobre el área calentada. Este vórtice, que gira en sentido antihorario como un ciclón, se genera por diferencias en la presión del aire.
El poderoso vórtice empuja constantemente la corriente en chorro polar fuera de su patrón típico, desviando el aire húmedo del oeste de los Estados Unidos. Con la corriente en chorro ahora más ondulada y desviada de su curso habitual, se forma un segundo vórtice, que gira en el sentido de las agujas del reloj, debajo de la cresta del chorro polar sobre el oeste de los Estados Unidos.
Este segundo vórtice, similar al vórtice responsable del calor extremo del noroeste del Pacífico a principios de este verano, trae consigo cielos despejados, condiciones secas y otras condiciones climáticas favorables al fuego.
A medida que el Ártico continúa calentándose, puede agudizar el contraste entre estos dos sistemas conectados a distancia, exacerbando aún más las condiciones en una región ya devastada por el fuego.
«Esta conexión impulsada por la dinámica calienta y seca la región occidental de los Estados Unidos», ha señalado por su parte Yufei Zou, autor principal. «Al descubrir el mecanismo detrás de esa teleconexión, esperamos que los encargados de gestionar los bosques y prepararse para los incendios forestales estén más informados».
Para sondear la influencia del hielo marino del Ártico en la formación de condiciones climáticas favorables al fuego, los autores del estudio recurrieron a las últimas cuatro décadas de niveles registrados de hielo marino. El equipo aisló el mecanismo en juego mediante el modelado realizado en el National Energy Research Scientific Computing Center, ubicado en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.
El hielo marino del Ártico ha disminuido continuamente desde que los científicos comenzaron a medir su pérdida a fines de la década de 1970. La capa de hielo marino al final del verano ha disminuido en un 13% cada década en relación con el promedio de 1981-2010, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Se proyecta que el hielo marino del Ártico continuará disminuyendo, lo que eventualmente conducirá a períodos de aguas árticas sin hielo antes de la década de 2050. Hoy en día, incluso el hielo más antiguo y grueso que persiste durante todo el año es ahora más delgado y frágil.