La meteorología, a la vanguardia de los esfuerzos en adaptación

La meteorología, a la vanguardia de los esfuerzos en adaptación

La meteorología forma un nexo entre la naturaleza caótica de la atmósfera y nosotros, ayudando a los distintos sectores de la sociedad a poder realizar sus tareas con total eficiencia en un mundo en constante transformación. Por ese motivo, la meteorología redobla su importancia bajo un contexto del cambio climático ya que constituye una punta de lanza en los esfuerzos de mitigación y adaptación


Nuestro anhelo por conocer el tiempo que nos deparará el futuro no solo responde a los impulsos caprichosos que nos gobiernan, sino a una verdadera necesidad nacida de nuestra inexorable supeditación a un clima y tiempo en constante transformación.

Tal es así que incluso antes del nacimiento de las primeras civilizaciones, las tribus primitivas que colonizaron el planeta se las ingeniaron para estudiar la posición de las estrellas o comprender el comportamiento de los animales para después relacionarlo con posibles tendencias en el tiempo atmosférico. Solo así, por ejemplo, pudieron saber en qué momento plantas sus cosechas o prepararse para una temporada más seca.

Antes de la llegada de los instrumentos de medición, las estrellas eran utilizadas como herramientas para predecir el tiempo atmosférico

Por suerte para nosotros, esos métodos arcaicos quedaron obsoletos a principios del siglo XX cuando las nuevas tecnologías pudieron materializar la construcción de un nexo más tangible entre esa naturaleza aparentemente caótica y los humanos que había comenzado a edificarse en la época clásica. Un nexo basado en el conocimiento científico y la observación. Un nexo que conocemos como meteorología.

En esencia, los avances más sustanciales que trajo esta apuesta por la ciencia estuvieron relacionados con la precisión de las predicciones, aunque también introdujo la necesidad de colaboración, precisamente, para consolidar de forma más eficiente los objetivos arropados bajo ella.

Por ese motivo, el día en el que se estableció la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se conmemora también el Día Meteorológico Mundial, una jornada que celebramos cada 23 de marzo y en la que se pone de relieve, sobre todo, los beneficios que aportan los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) a la seguridad y al bienestar de la sociedad.

En España, la responsable de aportar esos servicios es la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), una entidad que, a diferencia de los que pensamos, trabaja en más aspectos alejados de la emisión de predicciones meteorológicas y avisos sobre ellos:

“La meteorología, como ciencia que estudia los fenómenos atmosféricos, es muy importante en la vida diaria de las personas, ya que, aunque en ocasiones no nos demos ni siquiera cuenta, el tiempo forma parte de nuestra rutina diaria”, comenta para El Ágora Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.

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El Autoservicio Meteorológico Aeronáutico (AMA) permite al usuario aeronáutico acceder informes y pronósticos actualizados para preparar su vuelo | Foto: Aemet

“Por eso mismo, no solo emitimos predicciones meteorológicas, sino que prestamos servicio a la navegación aérea y marítima para que ambas puedan realizarse en condiciones de seguridad. También ofrecemos la información meteorológica necesaria para las cuestiones de defensa nacional o prestamos servicios específicos a determinados sectores de la sociedad, como los relacionados con la movilidad o la agricultura”, añade el experto de la Aemet.

En cuanto a ese aspecto de colaboración, Del Campo deja claro que la meteorología no se podría realizar de manera adecuada si no remamos todos en hacia una misma dirección porque, tal y como resalta, “las borrascas no entienden de fronteras”.

En este sentido, señala que la Aemet “tiene una intensa presencia como representante de nuestro país en organizaciones internacionales e intergubernamentales”, estando comprometida además con la cooperación al desarrollo.

Así pues, en Europa forman parte de la EUMETNET, una agrupación de alrededor de una treintena de servicios meteorológicos europeos cuyo objetivo es mejorar la cooperación entre sus miembros para mejorar los sistemas de predicción y observación.

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La cooperación entre los miembros de la EUMETNET se pudo hacer un seguimiento completo a la trayectoria de la última nube de polvo sahariano | Foto: EUMETNET

“Entre otras muchas tareas, bajo el auspicio de EUMETNET se establece el programa de nombramiento de borrascas (Storm naming) del que salen nombres ya tan célebres como ‘Filomena’ en 2021 o ‘Gloria’ en 2020”, comenta el portavoz.

En este contexto, la Aemet se encuentra tambien dentro de la EUMETSAT, la organización europea para la explotación de satélites meteorológicos, cuyo uso es “absolutamente fundamental” para conocer el estado de la atmósfera y obtener datos que sirvan de base para las predicciones meteorológicas, así como dentro del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés), cuyos productos de predicción “están entre los más avanzados del mundo”.

Vanguardia contra el cambio climático

Esta colaboración se vuelve más necesaria si cabe cuando entendemos el clima de nuestro mundo está cambiando a pasos agigantados debido a los efectos de la crisis climática. No solo se trata de comprender lo que está ocurriendo, sino de saberlo utilizar a nuestro favor para lograr adaptarnos a este fenómeno y mitigar sus efectos:

“Tanto la meteorología como la climatología cobran una especial relevancia. Además de tratar de conocer mejor el comportamiento de la atmósfera, hay que investigar en las complejísimas relaciones existentes entre los distintos componentes del sistema climático en nuestro planeta”

“Podríamos decir que ambas ciencias (meteorología y climatología) así como otras afines, son la punta de lanza en los esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático: nos permiten conocer cómo altera la emisión de gases de efecto invernadero el balance energético de la Tierra y cómo se traduce esto en fenómenos atmosféricos adversos”

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Ruben del Campo, portavoz de la AEMET

En concreto, una de las actividades más importantes de la Aemet en este sentido radica en la elaboración de proyecciones climáticas, “que tratan de averiguar cómo evolucionarán las temperaturas y las precipitaciones en las próximas décadas en función de un determinado ritmo de emisiones antropogénicas”.

“Nos encargamos de mantener y actualizar el registro histórico de datos meteorológicos y climatológicos. Contamos con series de más de un siglo en algunos casos, de un gran valor para conocer la evolución de nuestro clima. Pero no solo miramos hacia atrás: también se nos encomienda la realización y actualización de los escenarios futuros de cambio climático en España”

Ahora bien, para lograr conocer los posibles comportamientos actuales y futuros, Rubén advierte que es necesario seguir desarrollando una mejor tecnología de observación, así como de supercomputación, “para obtener los pronósticos del tiempo más fiables y con la mayor antelación posible, dentro de los límites inherentes a la naturaleza caótica de la atmósfera”.

Los océanos en el punto de mira

El agua, como uno de los principales recursos presentes en nuestro planeta, juega un importante papel dentro del sistema climático. Los océanos, que representan las mayores reservas de este elemento, participan activamente en los cambios de clima y tiempo, por lo que cualquier alteración en estas masas de agua pueden desencadenar cambios relevantes en el resto de las piezas que dependen de ellos.

El problema es que esa transformación ha comenzado debido a que los océanos ya han absorbido el 90% de del exceso de calor del sistema climático:

Cartel promocional del Día Meteorológico Mundial del 2021 dedicado a los océanos | Foto: OMM

“Aparte de que esto aumenta la frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas, el calentamiento de los océanos reduce la mezcla entre capas de agua y, por tanto, el suministro de oxígeno y nutrientes fundamentales para la vida marina”, explica Rubén del Campo.

“No hay que olvidar tampoco que ese exceso de calor en los océanos se traduce en más “combustible” para la formación de ciclones tropicales debido a que las aguas cálidas son un factor fundamental en su génesis y profundización y, en ese sentido, los expertos avisan de que podría aumentar el número de huracanes de gran categoría (3, 4 o 5), que son los más violentos”.

Debido a un papel relevante dentro del clima, el tema de hoy del Día Meteorológico Mundial gira entorno a los océanos y, por ese mismo motivo, Rubén nos recuerda cómo nuestro particular mar, el Mar Mediterráneo, ha pasado a ser un punto caliente en el cambio climático:

“Las temperaturas de la cuenca mediterránea están aumentando a un mayor ritmo que el resto del planeta, transformando lentamente esta región hacia una más cálida y seca

Paradójicamente, ese mismo calor nos hará experimentar episodios de lluvias torrenciales más extremos, siendo las DANAs un ejemplo perfecto. Ante este escenario, el experto señala la necesaria inversión en redes de observación que nos permitan mitigar estos fenómenos de la mejor manera posible. Al fin y al cabo, una de las prioridades de esta agencia de meteorología reside en eso: proteger las vidas de las personas de la naturaleza más agresiva.



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