Para evitar los efectos más graves del cambio climático hemos de conseguir que el aumento de la temperatura media global se limite a entre 1,5 y 2 grados. Pero ¿qué importancia tienen esos 0,5ºC de diferencia? Un estudio muestra el efecto que tendría en la disponibilidad de agua



En los Acuerdos de París de 2015, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) propuso que el aumento de la temperatura media global debería limitarse a entre 1,5 y un máximo de 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para limitar los efectos del cambio climático severo.
Algunos modelos matemáticos señalan que superaremos el límite de 2ºC ya que la temperatura ha aumentado ya entre 1 y 1,2ºC. Los científicos insisten en que todos los esfuerzos deben concentrarse en conseguir que el incremento no sobrepase los 1,5ºC ya que ese margen de 0,5ºC supondría graves consecuencias para el aumento de nivel del mar y, sobre todo, la sequía y la aridez globales.
Por primera vea un estudio ha medido la importancia relativa de esos 0,5ºC de diferencia en el aumento de la temperatura media global y el impacto que tendría en la disponibilidad de agua en todo el mundo. La investigación, de la que ha resultado un nuevo modelado climático, ha sido realizada por investigadores del Instituto de Ciencias Industriales de la Universidad de Tokio, y publicado en Environmental Research Letters.
«Queríamos contribuir a la comprensión de lo importante que podría ser 0,5° C y la diferencia que podría marcar», explica el autor del estudio Hyungjun Kim.
El nuevo modelado climático reveló que 2° C de calentamiento condujeron a años secos más frecuentes y una aridificación más severa en la mayoría de las áreas del mundo en comparación con la subida de 1,5° C. Si bien el aumento de 2º C produciría un clima más húmedo en Australia y una pequeña parte de Asia, las sequías serían especialmente graves para toda el área mediterránea, Europa occidental, el norte de Sudamérica, la región del Sahel y el sur de África.
Estos hallazgos muestran la importancia de considerar los impactos regionales del calentamiento adicional de 0.5° C, especialmente con respecto a cualquier relajación futura del objetivo de 1.5° C.
Los autores han destacado que un estudio de este tipo no es fácil de realizar en base a enfoques de modelado anteriores», explica Kim.
«Esto se debe principalmente a que la mayoría de los modelos observan los niveles extremadamente altos y no se puede simplemente sacar una porción de los datos mientras el modelo gira hasta este máximo. Por lo tanto, usamos datos del especialmente diseñado modelo HAPPI (Half a degree Additional warming Prognosis and Projected Impacts) para evaluar los impactos sobre la aridez a partir de estimaciones del equilibrio entre agua y energía en la superficie terrestre«, concluye.
