La cumbre del G20 se saldó con un comunicado final insustancial que apenas aporta nada nuevo respecto al encuentro anterior y que escenifica la fragmentación de posturas ante la crisis climática. Estados Unidos reiteró su decisión de retirarse del Acuerdo de París



La cumbre del G20 celebrada este fin de semana en Osaka (Japón) ha evidenciado la fragmentación creciente a la hora de combatir el cambio climático. Tras dos días de reuniones, los líderes de las 20 naciones solo lograron acordar una declaración que reconoce los “riesgos” que afronta la economía global y en la que todos los países menos Estados Unidos reafirmaron sus compromisos medioambientales dentro de los Acuerdos de París.
Los países, salvo Estados Unidos, reafirmaron su compromiso con el Acuerdo de París
Los países reafirmaron la “irreversibilidad” de los Acuerdos de París y se comprometieron a la “plena implementación” de sus medidas nacionales contra el cambio climático, con la excepción de Estados Unidos.
En la declaración final se añade un punto en el que EE.UU. “reitera su decisión de retirarse de los Acuerdos de París porque suponen una desventaja para los trabajadores y contribuyentes estadounidenses”, y en la que, pese a ello, se reconoce a ese país como “líder” en protección medioambiental.
Al ser preguntado por este tema, Trump afirmó que “no está dispuesto a sacrificar” el potencial de su país, y afirmó que éste tiene “los mejores datos que nunca ha tenido” en materia medioambiental.
Formato cuestionado
Ante el pesimismo por el distanciamiento de las posturas nacionales y con casi todos los focos puestos en Trump y en citas bilaterales durante la cumbre, algunos países optaron por defender sus prioridades en grupos más pequeños e incluso pusieron en cuestión la utilidad del G20 en su formato actual.
Los ministros de Exteriores de Francia y China y el secretario general de la ONU, António Guterres, realizaron una declaración conjunta donde urgían a actuar contra el cambio climático. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a “cambiar el formato del G20” para lograr acuerdos eficaces sobre todo en el tema medioambiental, y se preguntó “para qué sirven” comunicados como el cerrado este sábado en Osaka.
En el texto final se incluye asimismo el objetivo de “reducir a cero” la contaminación de plásticos en los océanos para 2050, una meta global bautizada como ‘Visión de Océanos Azules de Osaka’. Para lograrlo, apuestan por un «mejorar la gestión de residuos» y «reducir la descarga de basura plástica sin procesar», así como por «aplicar soluciones innovadoras al tiempo que se reconoce el papel importante del plástico para la sociedad».
