A pesar de una accidentada travesía y de chocar con un iceberg, un dron marino ha conseguido culminar la primera circunnavegación autónoma alrededor la Antártida. Los datos recogidos demuestran que el océano austral está emitiendo gases de efecto invernadero



Un dron marino ha culminado la primera circunnavegación autónoma por las hostiles aguas del océano austral, una hazaña tecnológica insondable hace solo una década. La misión ha sido impulsada por la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) con el objetivo de corroborar las estimaciones sobre el balance de carbono en la Antártida.
Hasta hace poco, los científicos suponían que el océano austral absorbía constantemente grandes volúmenes de CO2 de la atmósfera, un gran contribuyente a la absorción de todo el océano de hasta el 40% de los gases de efecto invernadero que impulsan el calentamiento global.
Sin embargo, los científicos también sabían que los cambios en los vientos y la circulación alrededor de la Antártida podrían alterar la absorción de CO2 de la atmósfera, y las mediciones recientes del enlace instrumentado del sitio flotante Argo mostraron que, bajo ciertas condiciones, el océano austral podía emitir CO2 en lugar de absorberlo. Pero los investigadores aún tenían que tomar muestras de vastas áreas, especialmente durante las tormentosas temporadas de otoño e invierno. El clima severo al que sobrevivió el dron demostró por qué.
Los vientos y la circulación alrededor de la Antártida pueden alterar la absorción de CO2 de la atmósfera
El Saildrone 1020 que ha culminado la travesía salió desde Point Bluff, Nueva Zelanda, el 19 de enero de 2019, junto con otros dos compañeros, los Saildrones 1022 y 1023. Debido a las duras condiciones, los dos últimos tuvieron que regresar a puerto para reparaciones.
El que terminó la misión tuvo una colisión con un iceberg que dañó sus sensores atmosféricos y la cámara a bordo, pero dejó intacto el sensor de dióxido de carbono y pudo continuar tomando muestras.
Después de ser reparados y relanzados, los Saildrones 1022 y 1023 se encuentran actualmente de travesía alrededor de la Antártida para recolectar y transmitir datos sobre el clima, las poblaciones de focas y krill, y los niveles de dióxido de carbono, CO2, en el aire y el agua.
