Ecología del fuego: cuando las llamas dan o quitan vida

Ecología del fuego: cuando las llamas dan o quitan vida

Las imágenes satelitales muestran que, mientras que en el Amazonas arden 2.100 incendios, en África son más de 12.000 los que asolan la savana en Angola, Zambia y Repúbica Democrática de Congo. Cifras escandalosas que no son comparables porque, a pesar de la mano del hombre, el fuego en ocasiones garantiza la vida y alimenta la biodiversidad


En las últimas semanas la comunidad internacional ha dado la voz de alarma ante la gravedad de los incendios descontrolados que asolan el llamado pulmón del planeta, la Selva del Amazonas donde hay más de 2.127 focos activos.

Sin embargo las imágenes difundidas por la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) han constatado que es en el continente africano donde se está consumiendo el «segundo pulmón del planeta»: la Cuenca del Congo, una selva de 3,3 millones de kilómetros cuadrados que abarcan territorio de República Democrática del Congo, Congo, Gabón, Camerum y Africa central donde son más de 12.000 los focos de fuego.

Incendios en Amazonas e incendios en África. NASA
Incendios en Amazonas e incendios en África. NASA

En los últimos días sólo Angola tuvo aproximadamente tres veces más focos que Brasil

A pesar de la elocuencia de las cifras, que afirman que en los últimos días sólo Angola tuvo aproximadamente tres veces más focos que Brasil, los incendios no son comparables. Mientras que en la Amazonía son bosques tropicales y selva lo que arde de manera descontrolada, en el continente africano el fuego forma parte de la cultura y es un fenómenos necesario para aliviar la sabana y regenerar los pastizales.

En África el fuego es imprescindible, es el espacio más incendiado del planeta y, como aseguran los expertos, al igual que el viento o la lluvia, es básico para mantener la biodiversidad.

Ante la alarma incipiente, el Gobierno de Angola ha salido al paso para advertir de las comparaciones entre lo que sucede en este país africano y Brasil, incitan “a una dramatización de la situación y a la desinformación de las mentes más imprudentes”.

Según el Ministerio de Medio Ambiente angolés se trata de fuegos que los agricultores generan cada año al final de la estación seca. “En esta época del año y en numerosas regiones de nuestro país se producen incendios por parte de los campesinos en fase de preparación de las tierras debido a la proximidad de la estación de lluvias”, añade en un comunicado.

La ecología de los incendios

Estos «incendios sostenibles» forman parte del ciclo biológico de la tierra, según Juli García Pausas, investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación del CSIC y autor del libro «Qué sabemos de los incendios forestales». África es el continente que más arde y lo hace durante meses.

El caso más extremo es la sabana africana, el espacio más incendiado del planeta y el que alberga más biodiversidad, un lugar forjado por las llamas que arde casi por competo cada año.

«Tiene un régimen de incendios con una frecuencia muy elevada y unas intensidades muy bajas que generan zonas abiertas que permiten que haya multitud de especies, desde insectos a mamíferos». En el otro extremo estarían los bosques boreales que arden muy poco con unas intensidades muy elevadas y el Mediterráneo como un caso intermedio, afirma.

Si bien es cierto que el fuego controlado es una práctica habitual en todo el continente para preparar las tierras de cultivo, un 10% de estos incendios termina fuera de control acercando a este elemento de la naturaleza a los límites de la sostenibilidad y agravando el impacto del hombre en el cambio climático.

Los efectos antrópicos están variando la intensidad y la frecuencia del fuego. Una cosa cosa son los incendios naturales en la temporada seca que cada año recorren el continente Africano y otra que el incremento de las temperaturas, el descenso de las precipitaciones, el aumento de la frecuencia de las olas de calor, sumado al abandono de territorios, favorecen la aparición de bosques que no están preparados para los incendios que vienen.

Los incendios que liberan gases nocivos

La cuenca del Amazonas es la selva tropical más grande del mundo, abarca cuatro países y alberga millones de plantas y animales. A menudo se le llama «el pulmón del mundo», y es crucial para ayudar a regular el calentamiento global ya que los bosques absorben millones de toneladas de emisiones de carbono cada año.

Los incendios forestales liberan a la atmósfera contaminantes nocivos con partículas y gases tóxicos como el monóxido de carbono

El reciente Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático destacó la importancia de garantizar la disminución de la deforestación y garantizar la gestión sostenible de la tierra.

Los incendios emiten dióxido de carbono, mientras que la pérdida de bosques conduce a una menor absorción de CO2 de la atmósfera, lo que fomenta aún más el cambio climático, según Naciones Unidas.

Además de la amenaza directa de la quema, incluso para muchas comunidades indígenas, los incendios forestales liberan a la atmósfera contaminantes nocivos con partículas y gases tóxicos como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos no metanos.

El Sistema de Monitoreo de la Atmósfera de Copérnico (CAMS) de la Unión Europea informa que los incendios han liberado 255 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera del 1 al 25 de agosto, así como grandes cantidades de monóxido de carbono.

Las partículas y los gases de la quema de biomasa pueden transportarse a largas distancias, afectando la calidad del aire en regiones lejanas. Las columnas de humo se han extendido por toda la región amazónica. Fuertes vientos arrojaron humo a São Paulo, a más de 2.500 km de distancia, y se combinaron con un frente frío y fuertes nubes de tormenta para sumergir la ciudad en la oscuridad el 19 de agosto.

Cientos de incendios forestales se han desatado en Siberia. Algunos se pueden ver desde el espacio, como se ve en esta imagen de satélite.ESA

La actividad de incendios en el Amazonas sigue a incendios sin precedentes en Siberia y partes del Ártico, Groenlandia y Alaska en junio y julio pasados. Algunas zonas de Europa también sufren incendios forestales. Los satélites además están monitorizando incendios generalizados y actividades de quema en países del sur de África tropical como Angola.

La importancia de la tecnología

Según la  Organización Meteorológica Mundial (OMM), es importante mejorar los sistemas de pronóstico para generar advertencias sobre el peligro de incendio y los riesgos relacionados con la contaminación del aire.

Los satélites son a menudo los primeros en detectar incendios que arden en regiones remotas. La herramienta principal de la NASA para la detección de incendios desde 2002 han sido los instrumentos del Espectro radiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) en los satélites Terra y Aqua.

El estado de Amazonas está en camino de registrar una actividad récord de incendios en 2019

En este punto de la temporada de incendios, las detecciones activas de incendios MODIS en 2019 son más altas en la Amazonía brasileña que en cualquier año desde 2010.

Debido al gran interés de los miembros de la OMM en varias regiones afectadas, la entidad ha iniciado un sistema de advertencia de contaminación por incendios y humo de vegetación y ha propuesto apoyar la posible fundación de centros regionales sobre incendios.



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