Si el bitcoin fuera un país contaminaría tanto como Jordania o Sri Lanka - EL ÁGORA DIARIO

Si el bitcoin fuera un país contaminaría tanto como Jordania o Sri Lanka

El intrincado proceso de validación de las transacciones con bitcoins y el blockchain especialmente complejo que utiliza provocan un consumo eléctrico muy elevado en la gestión de esta moneda digital. Si fuera un país, sería el 82º más contaminante del mundo


Hace años que se especula con el posible impacto negativo que el bitcoin, la principal moneda digital, puede tener sobre el medio ambiente. Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del MIT y la Universidad de Múnich concluye que la popular criptomoneda requiere, para su funcionamiento, un consumo eléctrico tan elevado que sus emisiones anuales de carbono en 2018 -que se mueven en torno a 22 y 22,9 millones de toneladas de CO2– fueron equiparables a las de países como Jordania o Sri Lanka. Si el bitcoin fuera un país, se colocaría entre los 82 más contaminantes del mundo.

El artículo, titulado La huella de carbono del bitcoin, aparece en el número de junio de “Joule”, la revista de energías sostenibles que es hermana de Cell, una de las publicaciones científicas de mayor impacto.

El coste energético del bitcoin viene del proceso de validación de las transacciones, que requiere la utilización simultánea y constante de millones de equipos informáticos especializados. Según datos de noviembre de 2018 recogidos en el estudio, el proceso de validación del Bitcoin consumió ese año 45,8 TW/h (equivalente a lo que puede gastar un país pequeño como la República Checa). Este proceso se basa en una tecnología conocida como blockchain.

La tecnología blockchain o cadena de bloques permite gestionar operaciones, por ejemplo monetarias, sin pasar por intermediarios (como por ejemplo los bancos). Es un sistema descentralizado con millones de nodos en el que las transacciones se efectúan entre dos partes, sin terceros, pero sostenido por todos los participantes. Desde los distintos nodos, los propios usuarios contribuyen a validar las transacciones.

El blockchain utilizado para el bitcoin es particularmente complejo. Obliga a los usuarios encargados de validar las transacciones (llamados “mineros”) a resolver un “puzzle” de gran dificultad; cálculos elaborados que son conocidos como “minado” de bloques. La potencia eléctrica que demanda completar cada puzzle se multiplicó por cuatro a lo largo de 2018, explica el estudio.

Fuentes energéticas para bitcoin

Aunque hay informes del sector de las criptodivisas que indican que gran parte de este gasto energético proviene de fuentes renovables, Christian Stoll, principal autor del estudio, y sus colegas estiman (asumiendo márgenes de error) que el 68% del minado de bloques se registra en China, donde las energías limpias son todavía escasas. Los científicos llegaron a esta estimación geográfica rastreando direcciones de IP y otros identificadores de ordenadores, software y redes en uso, entre otros métodos.

La metodología utilizada es compleja, y es de hecho la principal aportación del estudio.

Para calcular la huella de carbono por regiones se examinaron el consumo eléctrico total y las principales fuentes energéticas del lugar, así como su proximidad a las actividades de minado. La fuerte presencia del carbón como fuente de electricidad en China afectó drásticamente al recuento global de emisiones. También se tuvieron en cuenta otros factores como el tiempo de conexión de los equipos a la red eléctrica, la eficiencia de los aparatos o el perfil de los “mineros”, entre otros.

Pese a las cifras nada halagüeñas que presenta la investigación, sus autores también sugieren que, en el futuro, los “mineros” de bloques podrán beneficiarse más de las energías renovables. Esto permitirá rebajar las emisiones del Bitcoin con respecto a las cifras actuales, que se mueven en torno a 22 y 22,9 toneladas métricas.



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