Una COP27 centrada en la ayuda a los países en desarrollo

Empieza la COP27 centrada en la ayuda a los países menos desarrollados

Empieza la COP27 centrada en la ayuda a los países menos desarrollados

Del 6 al 18 de noviembre se celebra en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Uno de los principales asuntos sobre la mesa es activar el fondo de 100.000 de dólares prometido hace una década para que los países menos desarrollado puedan abordar la transición energética y la adaptación a los impactos del cambio climático


Pere Íñigo
Madrid | 4 noviembre, 2022


La COP27, el evento global de Naciones Unidas para abordar la emergencia climática, arranca este domingo 6 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. El encuentro se centrará en decidir quiénes y de qué forma pagarán la transición energética y sobre todo la compensación por los daños causados por el cambio climático en los países menos desarrollados.

Se espera que unas 30.000 personas, entre delegados gubernamentales y de organizaciones internacionales, académicos, activistas, empresarios y periodistas viajen entre el 6 y el 18 de noviembre a esa ciudad ubicada a orillas del mar Rojo para buscar soluciones a la crisis climática.

Entre ellas habrá varias decenas de jefes de Estado o de Gobierno que han anunciado su presencia durante la reunión, como el estadounidense Joe Biden o el español Pedro Sánchez, pero también notables ausencias de representantes de países de gran importancia por su población y su contribución al clima, como China, Rusia e India.

Bajo el paraguas de esta 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los jefes de Estado y Gobierno participarán en una cumbre de alto nivel el 7 y 8 de noviembre, con varias reuniones plenarias y mesas redondas de marcado carácter político.

Luego seguirán casi dos semanas de negociaciones técnicas y jornadas académicas, ponencias empresariales, informes técnicos, y actividades paralelas de la sociedad civil.

El objetivo principal de la COP27

La presidencia egipcia de la reunión ha insistido en que su objetivo es que los países más desarrollados pasen «de las palabras a los hechos» y activen de una vez la entrega de la financiación prometida (100.000 millones de dólares anuales) para compensar “pérdidas y daños”, es decir, para ayudar a los países con menos recursos, que son precisamente los que menos han contribuido al cambio climático, a adaptarse a los impactos del calentamiento global.

Se trata de un fondo prometido hace ya más de una década. Por entonces, los países ricos aceptaron ayudar a los países en desarrollo con 100.000 millones de dólares anuales, que empezarían a entregarse en 2020. Pero han pasado ya dos años y el fondo sigue sin activarse.

Se esperaba que el ansiado fondo se pusiera en marcha en la COP26 celebrada en Glasgow en noviembre de 2021, pero la cuestión quedó como un «diálogo a futuro» en un documento no vinculante.

El enfoque egipcio busca poner sobre la mesa las inquietudes del sur global, que se plasmarán también durante los días temáticos en los que se abordarán problemas como la financiación, la adaptación al cambio climático, el agua, la agricultura o los impactos específicos del cambio climático para la juventud y las mujeres, entre otros temas.

De hecho, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) advertía esta semana que ninguno de los 30 países más vulnerables al cambio climático está entre los mayores receptores de fondos per cápita para adaptarse al impacto del calentamiento global.

Cientos de miles de refugiados en Somalia luchan por sobrevivir con apenas unos litros de agua en pésimas condiciones. | FOTO: Hikren

El FICR señaló que pedirá a los líderes mundiales presentes en la COP27 que aumenten «significativamente» la financiación para que las comunidades más vulnerables puedan adaptarse. «La COP27 fracasará si los líderes mundiales no apoyan a las comunidades que están en primera línea del cambio climático», avisó en la nota oficial el presidente de la FICR, Francesco Rocca.

Y es que, según la FICR, el 86% de los desastres naturales desencadenados en la última década fueron causados por fenómenos meteorológicos, que causaron la muerte de unas 410.000 personas y afectaron a 1.700 millones de habitantes del planeta. De hecho, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es decir, el comité científico asesor de la ONU, cifra entre 3.300 y 3.600 millones el número de personas que viven en contextos vulnerables al cambio climático.

La presencia española

La participación española en la COP27 cuenta con una novedad, como es el anuncio de que nuestro país liderará una alianza contra la sequía. Así, España presentará una «Alianza Internacional de Resiliencia ante la Sequía» para impulsar la innovación, la transferencia de tecnología y la movilización de recursos.

Hay que tener en cuenta que las previsiones estiman que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial.

Además, en la COP27 de Egipto nuestro país contará con un pabellón propio. Hasta la fecha, España sólo ha contado con pabellón propio en la COP25 de 2019, en la que ejerció de país anfitrión tras la renuncia de Chile a organizarla por su situación interna. El objetivo es compartir buenas prácticas con la comunidad internacional y los avances del sector público y privado español.

Inestabilidad internacional

Cuando Egipto tomó el relevo de la cumbre climática, tras concluir la COP26 en Glasgow, resultada imposible imaginar que la siguiente cumbre se celebraría con los compromisos de descarbonización pendientes de un hilo a causa de la crisis energética generada por la guerra de Ucrania. El conflicto está provocando un aumento en la utilización de los combustibles fósiles y ha puesto al gas en un terrible aprieto por la subida desorbitada de precios.

Más allá de las seguras fricciones y disputas que se darán en los debates técnicos, tanto la presidencia egipcia como las Naciones Unidas han alertado del peligro que la crisis desatada por la invasión rusa de Ucrania y la tensión entre distintos bloques impida que se llegue a acuerdos de relevancia en el campo de los compromisos estatales de reducción de emisiones.

La vigencia actual en Occidente de cuestiones como el precio de la energía, la dependencia de los combustibles fósiles y la importancia de desarrollar fuentes energéticas alternativas y solventes podría impulsar el interés político para que se den resultados tangibles, tal y como desean los organizadores.

Un día dedicado al agua

La COP27 celebrará días temáticos que incluirán en su agenda una serie de paneles de discusión, mesas redondas y eventos paralelos.

El 14 de noviembre estará dedicado al agua con ponencias y diálogos relacionados con la gestión sostenible de los recursos hídricos, la escasez, la sequía, la cooperación transfronteriza y la mejora de los sistemas de alerta temprana.

Ese día se presentará la iniciativa AWARE, impulsada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que tiene como objetivo fomentar los esfuerzos políticos, la acción práctica, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de capacidades de campo para colocar los sistemas de gestión adaptativa del agua en el corazón de la agenda de adaptación al cambio climático.

Egipto y la falta de libertades

Un asunto que ha dado mucho que hablar en los meses previos a la COP27 es ver si un país como Egipto, donde hay un déficit notable en materia de derechos humanos y donde las autoridades son muy renuentes a permitir manifestaciones públicas, puede albergar un encuentro de este tipo en el que la sociedad civil y la protesta son centrales.

Organismos internacionales y ONGs como Human Rights Watch o Amnistía Internacional han denunciado trabas que el Gobierno de Abdelfatah al Sisi ha puesto para la acreditación de activistas críticos con su gobierno y denuncian que el evento no será más que un lavado de imagen para un régimen autoritario.

De hecho, varias figuras globales de la lucha ambiental, como Greta Thunberg, no acudirán precisamente por la situación de los derechos humanos en el país.

El evento se realiza en la ciudad de Sharm el Sheij, ubicada en la desértica península del Sinaí sobre el mar Rojo, a la que en la práctica sólo se puede acceder por vía aérea.

Durante el transcurso de la reunión, únicamente se podrá acceder a la zona previa acreditación y con reserva hotelera, en un contexto en el que los precios de pernoctación se han disparado, lo que para varios diplomáticos y responsables de organismos internacionales consultados por Efe constituye una fórmula indirecta para expulsar visitas no deseadas.

Egipto insiste en que permitirá movilizaciones públicas en áreas habilitadas a tal efecto.



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