La penetración de las energías renovables en España retrocedió dos décimas en 2018 y cubren el 17,3% del total de energías consumidas, un paso atrás en el objetivo de alcanzar el 20% en 2020. Con todo, el sector creció un 10,7% y marcó un nuevo récord de exportaciones, recuperando el parón de años atrás. Su aportación al PIB es de 10.521 millones de euros, el 0,87% del total, cuando en 2012 llegó al 1%



Las energías renovables supusieron el 15,1% de la energía final en España en 2018 y cubren ya el 17,3% del consumo total de energías en España. Un dato agridulce porque supone un retroceso de dos décimas respecto a la penetración de las energías verdes en 2017, que llegó al 17,5%, y que aleja a España del objetivo de alcanzar el 20% en 2020. En la última década es la primera vez que se produce un retroceso en el consumo total.
Así se desprende del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, presentado por la Asociación de Empresas de Energías Renovables que destaca que en 2018 el sector creció un 10,7% en términos reales, marcando un nuevo récord de exportaciones (4.739 millones de euros) y situando su aportación al PIB nacional en 10.521 millones de euros (0,87%).
El sector empleó a 81.294 personas y el empleo creció un 3,3%.
Los ahorros producidos en el mercado eléctrico (4.735 M€) fueron inferiores a la retribución regulada percibida (5.694 M€).
A nivel medioambiental, generó ahorros en importaciones energéticas por valor de 8.547 M€ y de 899 M€ en derechos de emisión.


Si observamos el comportamiento de las renovables no eléctricas, con un crecimiento del 8,1% respecto a 2017, su contribución fue del 6,7% de la energía final.
Dentro de los usos directos de las renovables se observa un leve repunte de los usos térmicos y un crecimiento importante de los biocarburantes.
El consumo de biodiésel experimentó un incremento del 42,4% y el de bioetanol un 12,7% durante el año 2018.
En el caso de la energía final bruta procedente de energía renovable, medida de referencia para el cumplimiento de los objetivos del 20% a 2020, se ha experimentado un leve retroceso situándose en el 17,3%.
El presidente de APPA Renovables, José Miguel Villarig, valora la actividad del sector y reclama más estabilidad para el desarrollo futuro: “Tras una moratoria de años hemos vuelto a poner el sector a máxima velocidad, lo que necesitamos ahora es planificación con consenso y estabilidad para no volver a paralizar el sector”.
“Conocemos nuestros objetivos europeos para 2030 y las cifras demuestran que la apuesta por estas tecnologías es ambiciosa, pero nos preocupan aspectos como el efecto depresor, los vertidos y otros aspectos propios de la evolución futura del mix energético como si las señales que da el mercado son y serán correctas para cumplir los objetivos del Plan y si las inversiones van a ser o no rentables”, señala el presidente de APPA.


Villarig apunta que “España ha demostrado que cuenta con empresas experimentadas, magníficos recursos renovables y profesionales líderes en el ámbito mundial. Las energías renovables son una apuesta estratégica nacional que, si cuentan con una regulación estable y consensuada, pueden desarrollar una industria fuerte que nos permitirá alcanzar los objetivos para 2030 marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima”.
Las renovables supusieron el 15,1% de la energía final en España en 2018. Si observamos el comportamiento de las renovables no eléctricas, con un crecimiento del 8,1% respecto a 2017, su contribución fue del 6,7% de la energía final.
Creciente esfuerzo investigador del sector renovable
En 2018 la inversión de las empresas renovables en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) supuso el 3,07% de su contribución al PIB.
Al igual que en los últimos años, se observa que las energías renovables realizan inversiones de este tipo con un gran esfuerzo. De hecho, el esfuerzo fue casi el triple de la media de la economía española (1,2%) y muy por encima de la media de la Unión Europea (2,07%). Puntualmente, la inversión de las empresas renovables fue 2,56 veces mayor a la media española y 1,48 veces superior a la europea.
El Sector en su conjunto realiza una fuerte apuesta por las actividades de innovación, por ejemplo, en tecnologías como la eólica, la solar fotovoltaica, la solar termoeléctrica, la biomasa o la minihidráulica, con un alto grado de desarrollo, o de otras menos desarrolladas actualmente, como la marina, la minieólica o la geotermia de alta entalpía.