Un estudio del Observatorio de Sostenibilidad indica que España sufrirá en el 2020 un descenso del más del 10% en sus emisiones como consecuencia del coronavirus, que alteró la demanda de combustibles fósiles y electricidad



El coronavirus dio un respiro a nuestro planeta. Debido a las políticas de confinamiento establecidas para frenar el virus, muchas regiones del mundo se vieron obligadas a paralizar todas aquellas actividades no esenciales. Esto provocó que las emisiones de dióxido de carbono (CO2), entre otras, se desplomasen considerablemente, sobre todo durante los primeros meses de primavera.
Con la vuelta a la “nueva normalidad”, se espera que esas emisiones vuelvan a aumentar. Sin embargo, un estudio realizado por el Observatorio de Sostenibilidad destaca que el impacto que tuvo aquella reducción podría significar que España en concreto finalice el año con una disminución superior al 10% en sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) totales. Un dato que, sin duda, contrasta con los ofrecidos por los observatorios globales que indican que la presencia de GEI en la atmósfera aumentará a pesar de las reducciones.
Para José Santamarta, economista y experto en cambio climático que ha participado en la investigación, este descenso se presenta como el “mayor experimentado en la historia de nuestro país desde la Guerra Civil”. En este sentido, cabe destacar que solo en entre el 1 de enero y el 1 de mayo las emisiones de GEI descendieron un 18,31%.
En comparación con el año 2019, abril cerró con un descenso del 78% en gasolinas y un 93% en querosenos y en el gasóleo de automoción de 55%
“Ni las gasolinas ni los querosenos habían tenido nunca registros tan bajos con series que comprenden desde 1969, es decir ni siquiera en la crisis del petróleo. Para el gasóleo de la automoción hay que remontarse a febrero de 1996 para obtener registros iguales”, afirma Fernando Prieto, ecólogo del Observatorio de la Sostenibilidad.
Estos datos se corresponden, en parte, con los actualizados en la página de la Dirección General de Tráfico (DGT) en los que se informa que el tráfico de vehículos disminuyó entre marzo y abril una media del 80%. Solo en Semana Santa registraron un descenso del 90% en los desplazamientos por carretera de vehículos ligeros.
Por otro lado, también registran un descenso en la demanda de electricidad, un desplome en la generación de electricidad de un 61% e, incluso, un menor consumo de gas natural que se cifra en un 7,9%.
Todos estos datos han desencadenado un “gran experimento ecológico» en España que ha implicado unas condiciones «absolutamente imposibles de replicar» en otras condiciones y ha puesto a prueba muchos sistemas, entre otros la energía, la movilidad, la contaminación en las ciudades, o el consumo de productos petrolíferos.
De hecho, se espera que, durante lo que queda del 2020, el consumo de productos petrolíferos se vea alterado, así como los consumos de energía y gas. Un oasis que se destruirá en el 2021, momento en que los expertos creen que se produzca un rebote importante en la economía que produzca mayores consumos de estos productos petrolíferos.
El informe expone que el descenso que menor en lo que se refiere al gas durante el confinamiento, en orden de un 15% con respecto al periodo abril y mayo del año anterior. En cifras concretas, la variación sería de 61.809 a 52.789 en Gigawatio hora.
Este desplome en el uso del gas para la generación de energía se debe, sin duda, por el mayor peso de las renovables, la nuclear y la fuerte caída de la demanda de generación eléctrica cifrada en un 15% en las semanas de confinamiento de marzo y en un 25% en abril
En cualquier caso, el consumo de gas para generación eléctrica varía mucho de unos meses a otros y se utiliza como comodín para regular la demanda.
Durante el año 2019 se ha observado como las instalaciones más contaminantes de carbón son paulatinamente sustituidas por las de gas. El gas emite menos CO2 que el carbón, del orden de un 40 por ciento menos, pero sigue siendo un combustible fósil con efecto invernadero.
