A diferencia de lo que ocurre habitualmente durante esta época, España registró entre el 15 de marzo y el 23 de abril un déficit de insolación, con regiones donde el sol apenas incidió durante días. En Europa, sin embargo, se registraron más horas de sol de las habituales



Casi de manera simultánea, desde que se decretó el estado de alarma, el sol dejó de brillar en nuestro país y comenzó un periodo de casi permanente penumbra que se prolongaría durante cuarenta días, dejando en nuestro país bajas cifras de insolación de récord. Sin duda, una especie de reflejo de lo que estaba pasando en nuestro país durante aquellos días.
La Real Academia Española define insolación en su tercera acepción como «Cantidad de energía solar recibida por una superficie»
Según su investigación, la media de horas de sol desde el 15 de marzo hasta el 23 de abril ha estado en muchos lugares por debajo de la media.
Por ejemplo, en el observatorio del aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez, que posee datos de insolación desde 1951, registró durante la cuarentena 178,6 horas de sol, la segunda cifra más baja desde 1968, cuando se observaron solo 176,7 horas de sol.


En el aeropuerto de Málaga los datos son aún más reveladores. Desde 1948, durante este periodo de cuarenta días, nunca se había registrado una cifra menor a 200 horas de sol. De hecho, el mínimo registrado fue de 201,7 horas. Sin embargo, en 2020 la estación registró 168,4 horas de sol.
“De media en España, los días de menos insolación fueron el 30 y 31 de marzo (este último día no se superó las 1,6 horas de sol) y el de mayor insolación el 3 de abril, el único día en el que se superaron las diez horas de sol en el promedio del territorio”, destaca José Ángel Núñez Mora.
Mientras esto ocurría en España, una gran parte de Europa experimentó un efecto totalmente contrario.
En muchos países de Centroeuropa la insolación media normal en estos cuarenta días oscila alrededor de 200 horas, con valores ligeramente superiores a 100 horas en los Alpes y en el norte de Gran Bretaña, que marcan los mínimos del continente.
Sin embargo, gracias a los datos del Servicio de Aplicaciones Satelitales de EUMETSAT para la vigilancia del clima (CM SAF), se observó como algunas zonas del suroeste de Alemania y el nordeste de Francia superaron las 400 horas de sol durante la cuarentena, o sea, a un promedio de diez horas al día.
“La zona de mayor insolación del continente en promedio normal durante el periodo de cuarenta días que transcurre entre el 15 de marzo y el 23 de abril se sitúa frente a la costa de Granada y Almería, con más de 375 horas. Algo más de 350 se suelen registrar en las costas de otras provincias del sur y sureste, desde Alicante e Ibiza hasta Huelva”, señala José Ángel Núñez Mora.
“No obstante, este año, mientras el continente gozó de unos cielos despejados y mucha insolación, mientras que en la Península, sobre todo en el este y centro, ocurría todo lo contrario”, añade el experto.
El Bloqueo Escandinavo
Pero ¿qué fenómeno meteorológico produjo esta situación tan atípica en nuestro continente? Para José Ángel Núñez Mora la respuesta se encuentra al norte de Europa, en concreto, en Escandinavia.
Gracias a los datos del proyecto ERA5, que es un conjunto de datos de reanálisis climáticos desde 1979 hasta la actualidad que está desarrollando el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), descubrió que se produjo una situación persistente de altas presiones en el Atlántico nororiental y un escenario totalmente distinto en la Península Ibérica.
Esta situación propició el constante tránsito de borrascas por el sur de la Península y un escenario de bloqueo permanente en el noroeste del continente.


23 de abril de 2020 | Foto: AEMET
“La causa de la escasez de insolación fue una situación de bloqueo anticiclónico escandinavo, que fue persistente al principio y final del periodo, además de una situación de dorsal noratlántica los primeros días de abril”, explica.
“Ambos regímenes propiciaron una circulación de borrascas por el sur del continente en primer lugar, aunque durante algunos días de abril las altas presiones en el Mediterráneo oriental bloquearon las bajas presiones en el entorno de la Península”, argumenta.
Pero, como dice el dicho, “tras la tormenta, viene la calma” y mayo ha comenzado su andadura con periodos de largas horas de sol, caracterizados con altas temperaturas que, según Rubén del Campo, portavoz de la AEMET, nos han dejado con las primeras “noches tropicales”, es decir, aquellas donde la temperatura no baja de los 20 grados.
De hecho, y a pesar de la bajada de temperaturas a principios de esta semana, desde la AEMET se espera que experimentemos durante estos días unas temperaturas altas hasta, por lo menos, el fin de semana, cuando se aproximen dos frentes lluviosos.