A lo largo de los últimos nueve meses, el área mediterránea ha sufrido tres temporales históricos sin precedentes. Gloria, el último de ellos, ha batido récords de todo tipo, como el de precipitación máxima en 24 horas o el de la ola más grande



El área mediterránea española sufre, desde hace varios años, temporales sin precedentes. Así lo avalan no solo los datos registrados por la red de estaciones meteorológicas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), sino que, si nos remontamos en el tiempo más allá de estos registros, tampoco surgen candidatos que permitan comparación haciendo uso de fuentes históricas.
El inicio de estos temporales se remonta a enero de 2017, pero no es hasta el 2019, según la AEMET, cuando la frecuencia e intensidad de estos fenómenos se incrementa de manera notable. De hecho, en los últimos nueve meses han visitado nuestras fronteras tres “temporales históricos” que han batido récords de todo tipo.
«Lo vivido estos últimos años en el área mediterránea es coherente con los distintos escenarios de cambio climático que se vienen realizando desde hace décadas», dice la AEMET
Del 11 al 15 de septiembre vino el siguiente fenómeno cargado de grandes precipitaciones que dejaron récords en algunas regiones. En la comarca alicantina de Vega Baja, por ejemplo, se registró el mayor volumen de precipitación desde 1879, superando con un 39% más al anterior de 1987.
Además, los extraordinarios registros de lluvia, por encima de los 300 litros/metro cuadrado, batieron récords absolutos de precipitación en un día en como Alcantarilla, Murcia, Cartagena y Ontinyent. Todos ellos con mucha diferencia respecto de las marcas anteriores en observatorios con más de 50 años de datos.
En último lugar, pero no menos importante, llegó Gloria, un fenómeno que, según la AEMET, ha batido todo tipo de récords registrables, como el espesor de nieve, altura de olas o máxima precipitación.
El origen de Gloria
Gloria, nombre con el que la AEMET bautizó a este fenómeno extremo, se trata de una borrasca que no se creó mediante un proceso de ciclogénesis explosiva, sino que es fruto de la acción dos manifestaciones atmosféricas distintas.
Por un lado, entró el tablero de juego sobre Inglaterra un anticiclón anómalo tanto en intensidad (superior a 1050 hPa en su centro, el valor más alto registrado por el servicio meteorológico británico desde 1957) como en extensión que, en conjunción con Gloria, creó un importantísimo gradiente de presión del que se derivaron vientos del levante muy fuertes.
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— AEMET (@AEMET_Esp) January 22, 2020
A este fenómeno se unió un aire húmedo de procedencia subtropical que posteriormente fue canalizado por la borrasca. Así, mientras Gloria inyectaba aire húmedo, el anticiclón ayudaba a incorporar aire más frío procedente del continente.
El cóctel de estos elementos se manifestó en forma de temporal invernal “muy completo, con mala mar, lluvias persistentes, vientos fuertes, nieve abundante, mínimas extremas y numerosas descargas eléctricas, y único por acumular récords de todo tipo dentro de un mismo evento”, según la AEMET.
En su fase final, la fuerte inestabilidad, ocasionada por el flujo de aire húmedo, se desplazó desde el Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán hacia la costa mediterránea, generando una línea de tormentas responsable de las intensas y persistentes lluvias, que acompañadas ocasionalmente de granizo, afectaron la noche del viernes 24 al sábado 25, fundamentalmente sobre provincia de Málaga.
Los récords de Gloria
Si nos centramos en récords, como resultado del temporal marítimo se obtuvo un máximo histórico en el Mediterráneo donde una boya de Valencia registro una ola 8,44 metros de altura significante, levantando así el récord anterior de 8,15 metros medido por la boya de Mahón en enero de 2003.
Fuera de la península, en las Islas Baleares también se registró un máximo histórico en una ola con 7,97 metros de altura significante, superando su anterior récord de 6,33 metros de enero de 2017.


En cuanto al número de descargas eléctricas, la AEMET destaca que la Comunidad Valenciana registró el día 21 de enero la jornada con más rayos caídos dentro de la región y en ese mes desde1990. Concretamente, añade, cayeron 3.035 rayos.
Las precipitaciones también entran dentro del abanico de récords que batió Gloria, sobre todo, el día 21. Durante esa jornada, por ejemplo, en Barcelona-aeropuerto se recogieron 27 litros/metro cuadrado más que el anterior récord de hace casi 75 años, en Tortosa (Tarragona) se registraron el doble del anterior récord de hacía casi 90 años, y en Daroca (Zaragoza), observatorio con más de 100 años de datos, se acumuló prácticamente el doble que el récord anterior registrado hace casi 70 años.
De hecho, debido a estas fuertes precipitaciones, el Delta del Ebro quedó parcialmente inundado, poniendo en evidencia la «ineficiencia en la gestión de este terreno» que, según Fernando Valladares, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, es posible que en un futuro desaparezca si no se hace nada al respecto.
Además del agua, destacaron las precipitaciones en forma de nieve que se registraron ese día, que produjeron que municipios como Vilafranca (Castellón) acumulasen 86 cm de espesor, una cifra que supera el máximo histórico de la serie, de 80 cm acumulados el 7 de marzo de 1968.
Para la AEMET, estas son solo algunas de las cifras que evidencian que España «es un país muy vulnerable al cambio climático» y que en un futuro «estos fenómenos serán muchos más comunes de lo que pensamos».
Además de nieve, viento y lluvia, Gloria se ha encargado de traer a nuestras costas todo tipo de basura, donde el plástico estuvo muy presente.
Por ejemplo, algunos de los voluntarios que han trabajado estos días en las playas de Girona han difundido imágenes a través de las redes de los envases que han recogido y que se encontraban en el mar desde hacía al más 40 años.
En este caso se trata de un Tubi Tabi, un helado de Frigo que se dejó de comercializar en el año 1993.
He anat a córrer pel passeig de Roses després del temporal #Gloria d’aquests dies. Entre les algues que hi ha arrossegat el mar he trobat això: un envàs en perfecte estat de Tubi Tabi, un gelat de Frigo que es va deixar de fer l’any 1993. Tenim el que ens mereixem.#TemporalTV3 pic.twitter.com/04JhUQRyK5
— Marc Mínguez Alcaide (@mminguez7) January 23, 2020
De este modo, se pone de nuevo de manifiesto el problema que tienen estos tipos de materiales para nuestro medio, ya que, al tratarse de unos componentes que se caracterizan por su alta durabilidad, pueden penetrar en todos los rincones de nuestro mundo, incluso dentro de los organismos vivos, sin apenas sufrir alteraciones.
