La Unión Europea va a establecer un sistema de clasificación común para alentar la inversión privada en crecimiento sostenible, una de las bases sobre las que se sustenta el Pacto Verde que busca la transición hacia una economía climáticamente neutral



En Bruselas, llevan tiempo estudiando cómo integrar la sostenibilidad en su marco de política financiera, para poder movilizar de manera más eficiente financiación privada y pública y lograr así sus objetivos de crecimiento sostenible. No hay que olvidar que, incluso en plena crisis del coronavirus, muchas voces en la Unión Europea recuerdan que la transición ecológica es y va a seguir siendo una prioridad absoluta de la política comunitaria. Por eso, el Consejo Europeo ha aprobado esta semana el marco legislativo que permitirá crear un nuevo sistema de clasificación común para las inversiones «verdes».
Este sistema de clasificación o «taxonomía» que se impondrá a nivel europeo proporcionará a las empresas e inversores un lenguaje común para poder identificar correctamente aquellas actividades económicas que se consideran ambientalmente sostenibles. De esta manera, será más sencillo para los actores privados reenfocar sus inversiones en tecnologías y negocios más sostenibles.
La nueva «taxonomía» puede ser clave para permitir que la UE se vuelva neutral en términos climáticos para 2050 y logre los objetivos que se plantean dentro del Acuerdo de París para 2030. Estos incluyen un recorte del 40% en las emisiones de gases de efecto invernadero, para lo cual la Comisión estima que la UE tiene que llenar un vacío de inversión de aproximadamente 180 mil millones de euros por año.
El futuro marco se basará en los seis objetivos medioambientales principales de la UE: la mitigación y la adaptación al cambio climático, el uso sostenible y protección del agua y los recursos marinos, la transición a una economía circular, la prevención y control de la contaminación y, por último, la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas terrestres. Estas metas están muy relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que defiende la ONU.
La taxonomía para la mitigación y la adaptación al cambio climático debe establecerse a lo largo de este año 2020 para garantizar su plena aplicación en 2021, ya que Bruselas considera que son los frentes ambientales que necesitan de una mayor inversión. Para los otros cuatro objetivos, la taxonomía debería en principio establecerse de aquí a finales de 2021, para poder lograr su aplicación como muy tarde a finales de 2022.La decisión de esta semana ha sido adoptada por procedimiento escrito, lo que significa que el Consejo, que es una de las siete altas Instituciones de la Unión Europea y está integrado por los veintisiete presidentes de los Estados miembros, ha adoptado su posición en primera lectura. El reglamento ahora debe ser adoptado por el Parlamento Europeo en segunda lectura antes de que pueda publicarse en el Diario Oficial y entrar en vigor.
A partir de ese momento, y gracias a este marco común, será mucho más sencillo implantar una clasificación clara de inversiones «verdes». Es importante recordar que el pilar financiero del Green New Deal, el llamado Plan Europeo de Inversiones Sostenibles, cuenta con unos 500.000 millones de las inversiones que saldrían del presupuesto comunitario, pero necesita de la movilización de capital privado para poder funcionar.
Ahí es donde entra el plan que InvestEU -sucesor del llamado Plan Juncker de inversiones- que tiene previsto movilizar al menos 279.000 millones del sector privado en apoyo a proyectos ecológicos. Y ahí será donde esta nueva taxonomía encontará su mayor utilidad, ya que permitirá agilizar estas inversiones al facilitar a los operadores privados normas claras y concisas sobre qué tipo de proyectos pueden financiar.
