A raíz de las movilizaciones de Greta Thunberg, otros jóvenes la tomaron como ejemplo para iniciar su propio camino e impulsar la lucha contra el cambio climático alrededor del mundo. Patricia Ramos en España o Artemisa Barbosa Ribeiro en Brasil son algunos otros jóvenes convertidos en activistas climáticos



Entre las caras más visibles contra el cambio climático destaca la activista Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg, más bien conocida como Greta Thunberg. La oratoria de la sueca y unos mensajes claros, que reflejan la cruda realidad de la crisis climática, le han servido de excelente carta de presentación para colocarla en la agenda mediática. Aunque lo que más ha impulsado su carrera ha sido el hecho de que con solo 15 años se posicionó a la vanguardia de esta lucha.
Su corta edad y su ímpetu han provocado que otros jóvenes vean en ella una imagen de inspiración, un referente al que seguir como ejemplo para levantarse contra el cambio climático. De este modo, la que un día estaba sola al frente de los revolucionarios Fridays for Future, ya no lo está. Greta se ha encontrado que, además de las personas que la seguían en las movilizaciones, han aparecido otros referentes que, al igual que ella, son una influencia entre los jóvenes. Son “las otras Gretas”.
En España, entre otros, destaca Patricia Ramos, una estudiante de medicina que con solo 19 años fue elegida para representar a nuestro país en la Cumbre Juvenil contra el Cambio Climático. Allí, la española habló sobre cambio climático y sobre su relación con la lucha de género con el fin de conseguir que, “en un futuro escenario de crisis climática, las niñas tengan las mismas oportunidades que los niños”.
“Greta fue una excelente influencia para mí. Su enorme responsabilidad ante este problema, la manera en que lo afrontaba y que, además, es una mujer como yo, fueron los alicientes que me llevaron a dar un paso más allá en mi carrera como activista climática”, declaraba Patricia a El Ágora.
En el centro de Europa también han surgido otras voces que, al igual que ella, se están convirtiendo en las caras visibles de los movimientos juveniles contra el clima, como Anuna De Wever, de 18 años. Esta activista belga comenzó del mismo modo que Greta: convocaba manifestaciones en su país todos los jueves para atraer el foco de los partidos políticos. Sin embargo, en vista de que estos no ponían cartas sobre la mesa, decidió unirse al partido GROEN, en el que continúa desarrollando su lucha contra el cambio climático.
En Nueva York estos días también han alzado su voz las activistas estadounidenses Alexandria Villaseñor y Xiye Bastida, referentes entre los jóvenes del país.


Los pueblos indígenas también en lucha
La lucha contra el cambio climático es de todos, incluso de los que menos recursos tienen, como los pueblos indígenas de América del sur que, al igual que los europeos, también tienen respresentantes en la lucha juvenil contra el cambio climático.
Es el caso de María José Bejarano, representante de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, y de la brasileña Artemisa Barbosa Ribeiro, de 17 años. Estas dos jóvenes, junto a otras, representaron en la cumbre juvenil a sus pueblos en la llamada Alianza Global de Comunidades Territoriales que abarca 16 países y las regiones de la cuenca del Amazonas, Brasil, Mesoamérica e Indonesia.
“Como jóvenes indígenas pedimos a la Humanidad que se una en la lucha», ha destacado Artemisa Barbosa Ribeiro.
En este sentido, estas activistas, al igual que Patricia Ramos, llevan la lucha contra el cambio climático a su terreno de trabajo para reivindicar, en este caso, no solo las fatales consecuencias de la crisis climática, sino las acciones humanas que lo están impulsando en su terreno, como la deforestación o el trato hacia los indígenas.
«Los primeros años hacíamos actividades fuera de los eventos oficiales porque no nos dejaban entrar, hay un filtro del que no conocemos los criterios. Pero tras elevar nuestra voz hemos logrado un poco de apertura: Tres minutos para hablar en la Cumbre”, ha apuntado Levi Sucre Romero, coordinador de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques.
Estos son solo unos ejemplos, pero hay más repartidos en el mundo. Un síntoma de que los jóvenes ya no solo son el futuro, sino como ha recalcado Levi Sucre Romero, «los jóvenes son hoy«.