El secretario general de la ONU, António Guterres, considera que los efectos del cambio climático superarán en dimensión y escala temporal a los de la pandemia de coronavirus. Reforzar el cumplimiento del Acuerdo de París y apoyar la Agenda 2030 es el camino para una reconstrucción sostenible de la sociedad global



La pandemia de coronavirus tiene en estado de alerta a los países del mundo, pero amenazas como el cambio climático son también globales y perdurarán durante mucho tiempo.
Esto es lo que cree el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien advertido en un reciente comunicado de que la perturbación social y económica provocada por la pandemia del coronavirus «palidecerá en comparación» a la que dejará la crisis climática. El líder de la ONU considera que «las decisiones que tomemos ahora determinarán el curso de los próximos 30 años».
La reducción a la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y alcanzar las metas de emisiones netas cero para 2050 son clave para lograr el objetivo de que la temperatura del planeta no aumente más de 1,5 grados, ha remarcado Guterres, según declaraciones que recoge Europa Press.
Según su opinión, se celebra justo ahora el quinto aniversario del Acuerdo de París sobre cambio climático y de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, pactos que «van de la mano» y contribuyen a crear un mundo más seguro para todos.
«Si no cumplimos estos objetivos, la perturbación de las economías, las sociedades y las personas causada por COVID-19 palidecerá en comparación con lo que nos depara la crisis climática», ha advertido el máximo representante de Naciones Unidas.
Para lograr este objetivo, Guterres ha destacado la solidaridad mundial como herramienta «imprescindible para derrotar al virus». En su opinión, hay que redoblar los esfuerzos para «ponerse en marcha» y recuperarse de la crisis económica y social aplicando los ODS, que permitirán construir un futuro «sostenible, inclusivo y resistente».
Aunque Guterres ha celebrado que cada vez más países se han comprometido a alcanzar el objetivo de emisiones cero, entre ellos la Unión Europea como bloque y grandes emisores como Japón y Corea del Sur, no se han adoptado «compromisos ambiciosos» para financiar las herramientas que permitirán implementar los ODS.
En este sentido, ha abogado por ajustar los mandatos de los bancos públicos de desarrollo a los acuerdos de desarrollo sostenible para «invertir en programas de transición justa, que no dejen a nadie atrás, incluidos los bonos de los ODS, e incorporar el género y la sostenibilidad en todos los instrumentos».
También ha señalado que es necesario aumentar «drásticamente» la financiación pública del desarrollo para la adaptación y la capacidad de recuperación y ha abogado por la transparencia y una recopilación de datos más eficaz de las inversiones.
