Incendios prematuros anuncian una temporada de infierno en Siberia

Incendios prematuros anuncian una temporada de infierno en Siberia

A pesar de no haber empezado la temporada oficial, Rusia ya está sufriendo un elevado número de incendios que, junto a las altas temperaturas que está sufriendo el país, apuntan hacia una temporada igual de terrorífica que la del año pasado


Tradicionalmente, la norma marcaba una temporada de incendios reducida en el Ártico siberiano, con periodos bien delimitadas por los meses de mayo y agosto. De hecho, estudios anteriores al siglo XIX destacan la insignificante actividad en abril y septiembre, dando a entender la poca probabilidad de esta región de sufrir estos fenómenos más bien propios de climas cálidos.

Sin embargo, los últimos años han demostrado un cambio de tendencia en la que las llamas poco a poco se han extendido hacia el resto de los meses del año hasta convertirse prácticamente en un elemento más dentro de los ecosistemas de Siberia. Da igual cual sea el momento o las circunstancias porque las llamas siempre estarán presentes en esa región del Ártico, ya sea en la superficie o sepultados bajo tierra.

Por ejemplo, en septiembre del año pasado, los millares de incendios que aún seguían activos en Siberia arrasaron más de ocho millones de hectáreas de terreno que para finales de año habían emitido un total de 58 millones de toneladas de carbono, la mayor cifra desde que en el 2003 se inició la recopilación de datos y el doble de las emitidas en el 2019, que fue en sí mismo un récord.

Emisiones anuales por los incendios en Siberia | Foto: CS3

Este año, las autoridades rusas advirtieron de un número anormalmente alto de incendios en el oblast de Omsk, en el suroeste de Siberia, cuyos humos viajaron unos 700 kilómetros al este hacia Novosibirsk, la tercera ciudad más grande de Rusia.

“Los ciudadanos informaron que el humo denso reducía la visibilidad en las carreteras y las autoridades emitieron una advertencia de calidad del aire de «cielo negro» en Novosibirsk el 27 de abril”, recuerda la NASA.

Para los expertos del servicio de cambio climático de Copernicus es difícil señalar a posible culpable de esta nueva tendencia, sin embargo, las evidencias señalan de manera clara al cambio climático y, en particular, a las altas temperaturas que dejan al descubierto y secan los terrenos en el pasado permanecieron protegidos por el permafrost.

“Los suelos libres de hielo absorben mayores cantidades de radiación solar que, a su vez, motivan el aumento de las temperaturas del aire superficiales. Este incremento en los termómetros seca el suelo y prepara los campos para que aparezcan incendios forestales de forma prematura”, comentan desde el CS3.

Como dato, solo el año pasado el Ártico siberiano alcanzó una temperatura 4,3 grados Celsius por encima del promedio de 1981-2010, lo que supone la anomalía más elevada registrada, y más de 2°C con respecto a la media observada en el 2019.

“Las altas temperaturas provocaron un rápido deshielo en el Ártico y Siberia que dejó el área ya libre de hielo en junio. Menos hielo significa mayor absorción solar y mayor calor en la superficie, lo que seca el suelo y lo convierte en nuevo combustible para los incendios”, señala el CS3.

Incendios en el oblast de Omsk a finales del mes pasado | Foto: NASA

Si bien las altas temperaturas del año pasado en Siberia se debieron a un fenómeno extraordinario de ola de calor, que comenzó en febrero y alcanzó su punto álgido en junio cuando una de las ciudades más frías del mundo alcanzó un récord de 38°C, este año tampoco se está quedando atrás, según el meteorólogo Scott Duncan.

Así, en Moscú este fin de semana los termómetros sobrepasaron los 25 grados centígrados y en la región del Volga temperaturas llegaron a los 30 grados Celsius arrastrando las tendencias vistas en abril.

Para el jefe de la Agencia Meteorológica de Rusia, Roman Vilfand, se tratan de cifras muy inusuales para mayo que pueden vaticinar un verano abrasador para Siberia que, en la actualidad, ya está siendo asediada por los incendios en su parte más suroccidental, como informa el sistema de monitorización de incendios de Copernicus.

Registro de incendios en el último mes en Rusia. Los puntos azules son | Foto: Copérnicus

Aunque más que a estos incendios, lo que más temen los expertos son los llamados incendios zombies, es decir, aquellos incendios que no terminan de sofocarse y permanecen en la turba en estado de letargo hasta que las condiciones climáticas favorecen su renacer. Según Copernicus, muchos remanentes del 2019 fueron responsables de grandes incidentes durante el 2020.

Con la temporada oficial a punto de comenzar es difícil saber qué es lo que ocurrirá en Siberia, pero vistas las tendencias de anteriores años una cosa está clara: las llamas seguirán derritiendo Siberia y el Ártico.



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