El invierno pasado (de diciembre de 2019 a febrero de 2020) fue, por mucho, el más cálido registrado en Europa. La temperatura promedio ha sido 3,4 grados más alta que el récord anterior, de 2016



Un invierno sin invierno. Esta es la sensación que han tenido muchos ciudadanos europeos en los últimos meses. Temperaturas mínimas muy altas, mediodías primaverales, falta de nieve en lugares normalmente cubiertos por un manto blanco… También muchas borrascas y precipitaciones virulentas, unos fenómenos meteorológicos más comunes en otoño y primavera. Este jueves, el servicio de satélites europeo, Copérnico, ha confirmado esa impresión: este año, el invierno no ha sido tan frío como estamos acostumbrados. Y por mucho: en diciembre, enero y febrero hubo una media de 1,4 grados centígrados más que en el anterior récord de calor invernal, que fue en 2016.
Este dato es especialmente preocupante porque este año no está en marcha el fenómeno de El Niño, que se deriva del comportamiento cíclico de las corrientes del Pacífico e incrementa la temperatura global de la Tierra. En el anterior dato histórico de la serie, esta condición era la principal explicación. Ahora solo queda mirar al cambio climático como único responsable. En total, la temperatura de estos meses ha estado 3,4°C por encima de lo observado entre 1981 y 2010.


El informe de Copérnico se refiere al invierno climatológico, que abarca el trimestre entre diciembre y febrero por motivos estadísticos, ya que es un método que permite simplificar la recogida de datos con respecto al calendario astronómico. La publicación viene acompañada, como es habitual, de mapas de calor que permiten visualizar hasta que punto está extendida la subida de la temperatura media en Europa y en prácticamente todo el mundo. El rojo domina todo el Viejo Continente, aunque es especialmente intenso en el norte y el este.
Las altas temperaturas de este invierno no se limitan solo a Europa. De hecho, solo partes muy concretas de Alaska, Groenlandia, África y Asia han experimentado medias por debajo de lo normal. El resto de regiones han tenido un tiempo más cálido de lo normal, aunque nada como el calor de Europa central.
El segundo febrero más cálido
El servicio europeo también apunta a que en febrero las temperaturas superaron en 0,8°C el promedio de 1981-2019 en casi toda Europa, convirtiéndose en el segundo más cálido de la serie histórica. En los países del Este los valores se han mostrado extremadamente altos, especialmente en la zona que se extiende desde el sur de Finlandia hasta el norte de Ucrania, y orientalmente hacia Rusia.
Por segundo mes consecutivo, la temperatura media reportada para Helsinki fue más de cinco grados más alta que el promedio 1981-2010 del mes. Esta falta de invierno también ha tenido un impacto sobre la agricultura: las continuas temperaturas suaves en Alemania llevaron por primera vez al fracaso total de la cosecha de vino de hielo del país, ya que las bajas temperaturas necesarias simplemente no aparecieron este invierno.


Las temperaturas considerablemente superiores a la media no se limitaron a Europa, sino que se extendieron a la mayor parte de Rusia, incluyendo Siberia. Las temperaturas también fueron muy superiores a la media en la Antártida Occidental, donde varios grupos de científicos registraron unas temperaturas máximas de 18,3°C y 20,5°C respectivamente en distintas bases de observación argentinas cercanas entre sí. Otras regiones que registraron un ambiente más cálido que el promedio fueron el noroeste de África, Irán, Afganistán y Asia Central, y gran parte de China, con bolsillos más pequeños en América del Norte y del Sur, África central y meridional y Australia occidental.
Copérnico también ha publicado datos de la desviación de la media de temperaturas en los últimos 12 meses y apenas hay zonas blancas, que indican que las temperaturas han estado en consonancia con la media histórica, o azules, que señalizan temperaturas más frías de lo normal.
