Kerry intenta impulsar una cooperación climática entre EEUU y Rusia

Kerry intenta impulsar una cooperación climática entre EEUU y Rusia

El enviado especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, considera que «hay espacio» para la cooperación entre Washington y Moscú en la lucha contra el cambio climático a pesar de las tensas relaciones bilaterales entre las dos potencias


Cooperación climática a pesar de las diferencias. Aunque las relaciones entre las dos potencias de la Guerra Fría no atraviesan su mejor momento, el enviado especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, se ha desplazado este lunes a Moscú para discutir con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, sobre la posibilidad de establecer pactos entre ambos países en materia climática. Según ha apuntado Kerry, a pesar de la tensa situación diplomática «hay espacio» para la cooperación entre Washington y Moscú en la lucha contra el calentamiento global y la carrera por alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo, lo que supone una buena noticia para la diplomacia ambiental apenas unos meses antes de que arranque la COP26, pero aún no han trascendido detalles concretos sobre los posibles puntos de encuentro.

El hecho de que Rusia participara en la cumbre telemática de líderes organizada en abril por el presidente estadounidense, Joe Biden, ya fue para Kerry una «buena señal» de que en materia climática las diferencias entre ambos gigantes no son tan grandes. De hecho, el enviado especial estadounidense ha agradecido que el Gobierno ruso «quiera dar ahora pasos adicionales» para reducir sus emisiones, en referencia al compromiso que ha hecho su presidente, Vladimir Putin, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos treinta años hasta niveles por debajo de los de la Unión Europea (UE), una ambiciosa meta anunciada en la cumbre de Biden para la cual se ha fijado como objetivo el convertirse en climáticamente neutra en 2050 y lograr una reducción neta de emisiones de «al menos el 55%» para 2030.

«Nos complace saber que Rusia quiera ahora tomar pasos, pasos adicionales, porque su país está impactado por el cambio climático, obviamente. Y creemos que hay espacio para que cooperemos en esto», ha asegurado Kerry, que también ha explicado que el cambio climático en el Ártico, un espacio que se disputan Estados Unidos y Rusia, es «una de las muchas señales de advertencia sobre la necesidad de actuar».

Por su parte, Lavrov ha considerado «muy importante y positiva» la visita del exsecretario de Estado, «a fin de aliviar las tensiones» y para «mantener un diálogo sustancial y profesional para encontrar un denominador común». En este sentido, Kerry ha recalcado que ambos países tienen claro que la clave es abordar el tema del cambio climático por separado porque es «demasiado importante y tenemos que avanzar juntos».

El segundo y cuarto mayor emisor

Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo y Rusia el cuarto, algo que según ha añadido Kerry significa que ambos países se encuentran «en ese pequeño grupo de veinte naciones que representan aproximadamente al 80% de todas las emisiones». Por eso, ambos representantes creen que cualquier decisión que tomen de manera consensuada «es esencial», ya que actualmente el calentamiento global se sitúa en 1,2 grados centígrados y el Acuerdo de París marca como objetivo evitar que se superen los 2 grados centígrados a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales y que hagan todos los esfuerzos para no rebasar los 1,5 grados.

«Los científicos nos dicen que nos dirigimos a más de 2,5-3 grados«, ha recalcado Kerry, que apunta que «Rusia, porque esta tan al norte y comparte el Ártico, experimenta más calor, sufre un mayor impacto en la tierra, en el agua, en el metano o en la tundra». Mientras, Estados Unidos ha sufrido en los últimos días una ola de calor, habrá racionamientos de agua en diferentes lugares y «millones de personas en el mundo se trasladan de un lugar a otro por la inhabitabilidad, la cual empeorará», ha advertido.

En cualquier caso, el enviado especial ha expresado su esperanza en que sus reuniones en Moscú, que incluye un encuentro mañana con el representante especial del presidente de Rusia sobre clima, Ruslán Edelgueríev, sirvan de «comienzo de un nuevo esfuerzo de cara a la cumbre del clima de Glasgow» de otoño. La COP26 «es realmente la última y mejor esperanza para que los países se unan y hagan lo que los científicos nos dijeron que hiciéramos», pues en 2018 afirmaban que quedarían doce años para tomar decisiones importantes que evitaran las peores consecuencias de la crisis climática.

«Hemos perdido tres años. Nos quedan nueve», ha advertido por su parte Lavrov, que recalcó que Rusia seguirá buscando soluciones basadas en los objetivos nacionales y los del desarrollo socioeconómico y aseguró que el país dará «pasos activos» en esta materia, especialmente a través de la cooperación climática en plataformas internacionales como la ONU y las Cumbres del Clima.



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