Un estudio ha descubierto que el rápido florecimiento de Noctiluca scintillans en Oriente Medio, que amenaza la seguridad alimentaria de la región, está relacionado con la pérdida de hielo y nieve del sistema montañoso del Himalaya



En la antigüedad, algunos marineros ya advertían en sus registros enormes manchas en los océanos que, al caer la noche, emanaban colores resplandecientes. Por aquella época, este fenómeno era achacado a las deidades, pero en la actualidad sabemos que el artífice de esas escenas es la Noctiluca scintillans.
Este ser se trata de un microorganismo unicelular de tamaño milimétrico. Normalmente su cuerpo suele ser redondo y contiene en sus orgánulos un sistema de luciferina que es responsable de otorgar a la Noctiluca scintillans la capacidad de emitir luz.
Este microorganismo se puede encontrar en todo el mundo, pero desde hace 20 años ha estado creciendo de forma alarmante en el Mar Arábigo, formando remolinos que son incluso visibles desde el espacio.
Etimológicamente, su nombre significa ‘que brilla en la noche’ y en el pasado sirvieron de guía para muchos marineros, pudiendo ser por eso un posible origen del término ‘stella maris’
Esto lo consigue, por un lado, porque la Noctiluca scintillans no solo compite con el fitoplancton por los nutrientes, sino que también se alimentan del fitoplancton, base de la cadena alimentaria, y de otros microorganismos.
Por el otro es que los endosimbiontes de la Noctiluca acumulan grandes cantidades de amoníaco, lo que hace que el organismo sea desagradable para los depredadores más grandes. Solo las medusas y las salpas parecen encontrar la Noctiluca agradable al paladar.


En Omán, por ejemplo, las plantas de desalinización, las refinerías de petróleo y las plantas de gas natural se ven obligadas a reducir las operaciones porque están obstruidas por las poblaciones de Noctiluca y las medusas que pululan para alimentarse de ellas.
El amoniaco de la Noctiluca le permite además disponer de un depósito de nutrientes nitrogenados, provocando que sea menos vulnerable ante un escenario de escasez de alimento, a diferencia del fitoplancton.
Para comprender este fenómeno de rápido florecimiento de Noctiluca, un grupo de científicos ha investigado este particular suceso y ha llegado a la conclusión de que la pérdida de nieve continua de la meseta Himalaya-Tibetana está impulsando la expansión de esta floración de Noctiluca.
El Noctiluca Scintillans tiene la capacidad de adquirir nutrientes mediante fotosíntesis, como el fitoplancton, o ingiriendo otros microorganismos
Según han explicado los expertos, normalmente los vientos fríos de los monzones de invierno que soplan desde el Himalaya enfrían la superficie de los océanos. Estas aguas menos cálidas se hunden y son reemplazadas por las aguas del fondo más aguas ricas en nutrientes.
Durante este tiempo, el fitoplancton prospera en la superficie, iluminada por el sol, y atrae a su vez a numerosos peces que se alimentan de ellos. Con la disminución de los glaciares y la capa de nieve en el Himalaya, los vientos monzónicos que soplan en alta mar desde la tierra son más cálidos y húmedos, lo que desemboca en una disminución del fitoplancton en la superficie.
«Este es probablemente uno de los cambios más dramáticos que hemos visto que está relacionado con la crisis climática«, ha comentado Joaquim Goes que también ha señalado que “el surgimiento de este microorganismo está repercutiendo en la calidad del agua y está causando una elevada mortalidad en los peces”.
Gracias a sus investigaciones, centradas en una región “abandonada” por la mayoría de los estudios, se podrán establecer posibles impactos a largo plazo en unos países ya de por sí afectados por la guerra, el hambre y la pobreza.
