Los Alpes se derriten. ¿Qué está pasando en Pirineos?

Los Alpes se derriten. ¿Qué está pasando en Pirineos?

Los Alpes se derriten. ¿Qué está pasando en Pirineos?

A comienzos de julio, el glaciar más extenso de los Dolomitas italianos se derrumbó por las altas temperaturas, sepultando a 11 alpinistas. ¿Cuál es la situación en los Pirineos españoles, la única cordillera nacional con situación parecida?


Eva González H. | Especial para El Ágora
Valladolid | 15 julio, 2022


La tragedia ocurrida el primer domingo de julio en los Montes Dolomitas de los Alpes italianos, que segó la vida a 11 personas, es un jarro de agua fría que demuestra que la realidad es tan o más tozuda que cualquier predicción.

El glaciar de la cumbre de La Marmolada, entre Trentino Alto Adige y el Véneto se rompió en dos al día siguiente de que su cima alcanzara un récord de temperatura máxima, que llegó a 10 grados centígrados. Pero el 3 de julio el mercurio volvió a escalar y batió el cénit de la jornada anterior hasta registrar el valor más alto de la temporada, 10,3ºC a las 14.00 horas, justo inmediatamente después de la avalancha sobra la zona de Punta Rocca, la ruta de ascenso de los montañeros hasta la cumbre.

La desgarradora desgracia sitúa al ser humano ante el espejo de su vulnerabilidad frente a la naturaleza, pero son precisamente las agresiones antrópicas al planeta las que contribuyen al aumento de la frecuencia e intensidad de la fatal respuesta de la Tierra a este devenir.

Hielos en el entorno de los picos Posets y Maladeta en la vertiente español a de los Pirineos. | FOTO Zedspider
Hielos en el entorno de los picos Posets y Maladeta en la vertiente español a de los Pirineos. | FOTO Zedspider

Por triste que sea no se puede decir que no estaba avisado. En agosto de 2021 y durante los primeros meses de 2022 el Panel de Expertos de Cambio Climático de la ONU, (IPCC, por sus siglas en inglés) ha publicado distintas evaluaciones científicas y todas ellas concluyen que en la mayor parte de zonas de montaña los glaciares que aún resisten están abocados a la pérdida de hielo. La ciencia avisa de que a medida que se vaya acelerando el derretimiento de los glaciares aumentarán las inundaciones, los deslizamientos y las avalanchas, algo que no solo ocurrirá en verano, sino a lo largo de las distintas estaciones.

«El IPCC deja claro que en todas las zonas de montaña los glaciares que aún resisten están abocados a la pérdida de hielo»

La ciencia es contundente y con un alto grado de fiabilidad pronostica que las regiones con pequeños glaciares como los de Europa sufrirán de aquí a 2100 pérdidas masivas de hielo de, al menos, un 80%, lo que aboca a una práctica desaparición total de las lenguas de hielo europeas a no ser que la comunidad internacional, en bloque, se ponga en marcha para mitigar de una vez por todas el cambio climático.

No hace falta salir fuera para constatar esta realidad, ya que en 1850 España contaba con 52 glaciares en Pirineos frente a los 19 que quedan en pie en 2020 y el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático prevé su desaparición en apenas 30 años.

La lenta agonía fue constatada en 2020 en el Aneto, el glaciar más grande que queda en España y que se prolonga dos kilómetros para conectar el macizo de La Madaleta con el Aneto pasando por el pico Maldito, las tres cumbres más altas de la cordillera. Con drones, científicos del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y la Universidad del País Vasco determinaron pérdidas de hielo “muy importantes” y un retroceso “especialmente preocupante que aboca a una desaparición inminente de estos glaciares” o que apenas queden masas de hielo residuales.

¿Podría ocurrir en España una tragedia como en Los Alpes?

De los 19 glaciares españoles apenas dos de ellos, el Aneto y el Viñamala (Huesca) tienen entidad suficiente como para sufrir un desprendimiento importante de hielo, aunque no se espera que suceda una avalancha similar a la ocurrida en los Alpes. El naturalista y divulgador aragonés Eduardo Viñuales, gran conocedor de las cumbres pirenaicas, asegura que los glaciares españoles son “muy residuales” y vaticina que en 2050 posiblemente “no quede ya nada de esas imponentes masas de hielo y nieve”.

Viñuales explica a El Ágora que considera poco probable que la inequívoca extinción glaciar pueda darse la vuelta y recuerda que hace millones de años los glaciares cavaron los montes europeos, pero una tendencia al calentamiento acabó con muchos de ellos hasta la Edad Media.

No obstante, a continuación, siguió una nueva ‘edad de hielo’ en la que estos volvieron a crecer hasta mediados del siglo XIX, cuando comienza la era industrial y los efectos antrópicos empiezan a anteponerse a la evolución natural del clima. “Desde entonces y sobre todo en el siglo XX se están extinguiendo y posiblemente en 30 años ya no quede hielo glaciar en España”, incide Viñuales, quien cada año ve más reducido el espesor de hielo y mayores superficies fundidas.

Variación del hielo en el glaciar del Monte Perdido, Huesca. | FOTO: Meteopyrenees.fr
Variación del hielo en el glaciar del Monte Perdido, Huesca. | FOTO: Meteopyrenees.fr

«Posiblemente en 30 años ya no quede hielo glaciar en España, afirma el experto Eduardo Viñuales»

Sin embargo, insiste en su convicción de que la situación patria no es equiparable a la de los Alpes, donde aún se conservan seracs, cascadas de hielo en los glaciares, dado que aquellos disponen de masas de hielo muy espesas y fuertes y una orografía más abrupta, con escalones que son lo que contribuyen a provocar los desprendimientos como el más reciente, en La Madaleta. “No es que no pueda suceder, pero hay menos posibilidades de que esto ocurra en el Aneto, nuestra montaña más alta en la Península, ya que no quedan masas de hielo similares”, explica Viñuales.

El naturalista constata las predicciones del IPCC cuando sube a las montañas y comprueba el fenómeno de la ablación, una aceleración del proceso de derretimiento del hielo a medida que este se reduce. “Una vez que el retroceso empieza, este va más rápido”, comenta y compara ese hecho con la batería de los móviles, que al principio dura más y cuando queda menos de un 20% la rapidez con que la carga se reduce aumenta.

Deshielo con dos meses de adelanto

Durante años Viñuales trabajó en el Parque Nacional de Ordesa y de esa época recuerda que el hielo en la zona del Aneto conocida como ‘La escupidera’ no se liberaba hasta mediados o finales de agosto y no era hasta casi septiembre cuando se podía ascender y pisar la zona sin nieve. Este año, en 2022 entre la segunda mitad de junio y los primeros días de julio ya se ha podido subir al Monte Perdido con el suelo en crudo.  “Lo que el año pasado vivimos a final de agosto, ahora se ha adelantado a principios de julio”, advierte.

«Las predicciones de cambio climático dejan claro que los glaciares europeos están abocados a la desaparición»

Confirma así que el cambio es “irreversible” y que las causas del cambio climático son antrópicas pero no ve necesario prohibir a los montañeros el deleite de subir los 3.404 metros de la cumbre del Aneto para preservarlo. Lo da por perdido porque su desaparición es “inequívoca e imposible de evitar”. No obstante, ante la posibilidad de “salvar” algo, Viñuales es más partidario de cerrar al público ciertas áreas naturales para conservar distintas especies de flora y fauna y tratar de evitar también la pérdida de cientos de especies de la rica biodiversidad española.



Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas