El próximo 25 de septiembre se ha convocado una acción global para pedir medidas urgentes para frenar el cambio climático. El colectivo Fridays For Future de la activista Greta Thunberg regresa a la movilización tras meses de perfil bajo en las calles por la pandemia



La pandemia y el consiguiente confinamiento en muchos países han dejado temporalmente congelada la agitación callejera que en los últimos tiempos había llevado a jóvenes de todo el mundo a movilizarse de forma visible por el clima.
El pasado 6 de diciembre de 2019, justo antes de la inauguración de la COP25 en Madrid, miles de jóvenes se manifestaban por la capital española reclamando a los gobiernos “Actúen ya, porque el tiempo se acaba”.
Al frente de la protesta se encontraba la joven activista sueca Greta Thumberg (Estocolmo, 2003), convertida en poco tiempo en un icono global de una ola de conciencia ambiental a la que se han sumado jóvenes de todo el mundo agrupados bajo el movimiento Fridays For Future que ella misma alentó y que ha sido registrado ya como marca comercial protegida, para “protegerlo de aquellos que lo utilizan con fines ajenos al activismo ambiental”.
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La manifestación madrileña previa a la COP25 fue el momento final de una ola iniciada por la joven Thumberg hace justo dos años, cuando a la edad de 15 decidió declararse en huelga y no acudir al colegio. En agosto de 2018, la estudiante escandinava se negó a asistir a clase y se plantó ante la puerta del Parlamento sueco armada con un cartel que decía: “Skolstrejk för klimatet» («Huelga escolar por el clima»).
Con el impulso mediático que suscitó su inédito comportamiento, muy pronto su performance ganó seguidores entre jóvenes de la generación Z de todo el mundo, que empezaron a imitar la propuesta. También en España. En poco tiempo, los jóvenes enlazados por redes sociales pusieron en marcha una iniciativa de agitación que iguala y supera en impacto a las campañas que durante décadas han llevado a cabo las ONG ecologistas de formato convencional.
Tanto es así que en septiembre de 2019, justo hace un año, apenas 12 meses después del gesto inicial de Thunberg ante el Parlamento de su país, decenas de miles de personas recorrían Madrid en una marcha por el clima que pasa por ser uno de los eventos ecologistas más grandes que se recuerdan en España, un evento que cubrió Él Ágora en su momento, como refleja este vídeo.
Parón por la pandemia
Con la llegada del coronavirus, las concentraciones y manifestaciones, que no paraban de aumentar en volumen y expansión geográfica, tuvieron que cesar. Fridays for Future anunciaba en un comunicado que continuaría su lucha contra el cambio climático a pesar de la amenaza del coronavirus. Sin embargo, y para no impulsar la propagación de la Covid-19, anunciaban que la batalla se libraría, hasta nuevo aviso, todos los viernes en las redes sociales, bajo la etiqueta #ClimateStrikeOnline.
Ahora, Fridays For Future vuelve a la carga. El movimiento juvenil organiza su primer día de acción global de esta época pandémica este viernes 25 de septiembre, haciéndolo coincidir con la Asamblea General de la ONU, una reunión donde precisamente se examinará el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS), cuando solo falta una década para su cumplimiento. El lema elegido por los jóvenes para presionar a la sociedad internacional en esta forma de reproche intergenaracional es: “Justicia climática en la nueva normalidad”.
En el caso de España, Fridays For Future está liderado por las plataformas Juventud por el Clima (FFF España) y Alianza por el Clima. Estas plataformas consideran que, pese a la alerta sanitaria, “sigue siendo fundamental” incorporar la emergencia climática a la agenda política ya que “el coronavirus y el cambio climático no son causas, sino consecuencias de la crisis del mismo sistema”, según afirma la portavoz de FFF Vitoria Ainara García en declaraciones que recoge Efe.


Una eclosión de movimientos juveniles y ciudadanos
Esta es una guía de esos movimientos elaborada por nuestro colaborador Alex Fernández Muerza.
Para cumplir con las medidas de seguridad el próximo viernes 25 de septiembre, la movilización empleará formatos diferentes en distintos puntos de España: acciones digitales, sentadas, bicicletadas y otras, en función de la decisión de cada grupo local.
Así lo ha confirmado a Efe Javier Andaluz, portavoz de Alianza por el Clima, quien asegura que “se respetarán todas las medidas sanitarias requeridas en cada ciudad”. El activista recuerda que en los últimos meses ya se han llevado a cabo algunas acciones no multitudinarias de protesta para mantener viva la llama en plena pandemia.
Clima y coronavirus
Uno de los mensajes principales del movimiento es hacer ver que incluso en la actual situación de emergencia sanitaria “no es posible pasar por alto la emergencia climática en la que nos encontramos”, un término este, el de emergencia climática, que ha sido elegido palabra del año 2019 por el diccionario de Oxford e impulsado por el Congreso de los Diputados, que instó en septiembre de 2019 al Gobierno a declarar la emergencia climática en España.
En opinión de Fridays for Future, los responsables políticos carecen de excusa para no renunciar a los compromisos. Marta Bordons, portavoz del colectivo, declaraba a Efe: “El coronavirus es omnipresente, lo que complica volver a poner el foco en la crisis climática, pero seguimos igual de activos que siempre”.


En el fondo, las peticiones de los jóvenes coindicen con el impulso que las administraciones, tanto europea como española, están dando a la transición ecológica dentro del escenario pospandemia, si es que alguna vez llegamos a ver un escenario post después de esta pandemia que se alarga un día sí y otro también.
“El coronavirus es omnipresente, lo que complica volver a poner el foco en la crisis climática, pero seguimos iugal de activos que siempre”, dice Fridays For Future
La UE, por ejemplo, está tratando de redoblar su esfuerzo climático. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaba la semana pasada, en su primer discurso sobre el Estado de la Unión, una nueva propuesta para la reducción de “al menos el 55%” de emisiones de gases contaminantes en la UE para el año 2030, en lugar del 40% fijado hasta ahora, en relación a los niveles de 1990.
Todo esto en línea con el Green New Deal o Pacto Verde de la UE, presentado a finales del año pasado, que propone movilizar un billón de euros en una década para impulsar la transición hacia una economía verde y baja en carbono.
De hecho, el recién aprobado fondo de emergencia para el coronavirus, dotado con 750.000 millones de euros, tendrá que seguir esa hoja de ruta, según anunció la comisaria Von der Leyen, afirmando que la reconstrucción tras la Covid-19 debe ser verde, digital y resistente ante el cambio climático.
España, por su parte, se ha sumado a la decena larga de países de la UE que han solicitado a la Comisión Europea que movilice de forma urgente los recursos previstos en el Green Deal o Pacto Verde europeo para que ayuden a dinamizar el despertar de la economía por la senda de la sostenibilidad.
