Los esfuerzos de China para reducir la emisión de aerosoles perjudiciales para la salud han provocado que el hemisferio norte se caliente más. La razón es que estas partículas reducen la calidad del aire pero también tienen el efecto de enfriar la atmósfera



El esfuerzo de la humanidad por vivir en un planeta más sostenible, sano y carbono neutral supone trabajos que la comunidad científica a veces califica de «contraproducentes pero necesarios». Se vaticina que producir, por ejemplo, toda la tecnología de energías renovables necesarias para llegar a 2050 con las tasas de emisiones a cero, supondrá un aumento del CO2 considerable. Toda una contrariedad que los científicos deben tener en cuenta a la hora de calcular los efectos futuros del calentamiento global.
Es lo que está ocurriendo con los esfuerzos de China de los últimos diez años para mejorar la calidad del aire y reducir los riesgos para la salud relacionados con la contaminación. Un nuevo estudio publicado en Environmental Research Letters afirma que esta mejora del aire en el país asiático ha provocado un calentamiento en áreas de todo el hemisferio norte.
La clave está en los aerosoles, unas diminutas partículas que son arrojadas a la atmósfera por las actividades humanas, como la quema de carbón y madera, o por fenómenos geológicos, como los volcanes. Sus efectos negativos sobre la calidad del aire pueden dañar la salud humana y la productividad agrícola.
Pero la cuestión es que estos aerosoles tienen un efecto de enfriamiento del clima. A diferencia de los gases de efecto invernadero, que inducen el calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera, las partículas de aerosol pueden hacer que la luz solar se refleje fuera del planeta ya sea directamente o interactuando con las nubes.
«Esto significa que algunos de los efectos del calentamiento global están siendo enmascarados por la contaminación por aerosoles«, explicó el autor principal, Yixuan Zheng de la Carnegie Institution de Washington.


Entre 2006 y 2017, el gobierno chino implementó políticas de aire limpio para reducir los riesgos para la salud pública de los contaminantes en aerosol como el sulfato, un agente refrigerante. Se calcula que estos esfuerzos hayan salvado hasta medio millón de vidas al año.
Zheng, junto con el colega de Carnegie Ken Caldeira, Dan Tong y Steven Davis de UC Irvine, y Qiang Zhang de la Universidad de Tsinghua, han investigado cómo estas reducciones de aerosoles han afectado el clima global.
Aplicaron un modelo sofisticado basado en sistemas atmosféricos y oceánicos durante un período de 100 años, que reveló que las políticas de reducción de la contaminación de China podrían haber desenmascarado alrededor de 0,1 grados Celsius de calentamiento inducido por gases de efecto invernadero en todo el hemisferio norte, no solo en la propia China.
«Los riesgos para la salud asociados con la contaminación por partículas son muy graves y los esfuerzos de mitigación son indudablemente algo bueno», dijo Caldeira. «Pero también es importante comprender cómo los esfuerzos actuales y futuros para mejorar la calidad del aire crearán desafíos adicionales en la lucha internacional contra el cambio climático», concluye.
