El peculiar método de la Tierra para almacenar el carbono de los incendios

El peculiar método de la Tierra para almacenar el carbono de los incendios

Según un estudio, los ríos de la Tierra tienen la capacidad de transportar el carbono quemado por los incendios a los océanos, donde quedarán almacenados. Un tercio del total que transfieren se presenta como carbono negro, un material que puede guardar su carbono durante decenas de miles de años


Los incendios emiten aproximadamente a la atmósfera dos mil millones de toneladas de carbono al año, pero también producen alrededor de 250 millones de toneladas de carbono en forma de residuos quemados, como las cenizas. La mitad de estos residuos, en determinadas condiciones, se transformará en “carbono negro”.

Estos restos procedentes de las cenizas son importantes porque funcionan como una especie de almacén que acumula durante un largo periodo de tiempo una cierta cantidad de carbono que poco a poco irá emitiendo a la atmósfera de la Tierra. Sin embargo, cabe destacar si los restos permanecen en el mar, este carbono tardará aproximadamente 10 veces más (de milenios a decenas de milenios) en liberarse.

«En un futuro con mayores incendios forestales podemos esperar que los ríos eliminen más carbono quemado y lo encierren en los océanos»

Lo más sorprendente es que parece que la Tierra parece conocer este dato porque, a pesar de todos los incendios se producen en los continentes, nuestro planeta se preocupa por arrojar al mar casi un tercio de carbono negro. Para los científicos que han estudiado este fenómeno, esto se trata de una “peculiaridad” más de la naturaleza que nos ayudará “bloquear” las emisiones de carbono en un mundo destinado a tener más incendios.

“Esto es una peculiaridad del sistema de la Tierra. Una moderada retroalimentación negativa que podría atrapar algo más de carbono en un mundo más propenso al fuego”, ha comentado Matthew Jones, uno de los autores del estudio.

La pregunta que nos podemos hacer llegado a este punto es cómo es posible que estos residuos puedan llegar al mar. La respuesta de los científicos es sencilla: los ríos.

“Los ríos son las cintas transportadoras que desplazan el carbono de la tierra a los océanos. Por tanto, concluimos que los incendios transforman el carbono de la vegetación en una forma que está ‘preparada’ para su exportación a los océanos”, ha señalado Matthew Jones.

Para poder alcanzar estos datos, el equipo realizó 195 mediciones de carbono en ríos en grandes ríos situados en todos los continentes, excepto en la Antártida, y 214 en 44 canales secundarios que se encuentran en esas mismas localizaciones.

Gracias a esos datos pudieron comprobar que todos esos ríos son capaces de transportar hasta 18 millones de toneladas de carbono quemado disuelto. Cuando se combina con el carbono quemado que se exporta con sedimentos, la estimación aumenta a 43 millones de toneladas de carbono quemado por año.

“Descubrimos que una cantidad sorprendente, alrededor del 12% por ciento, de todo el carbono que fluye a través de los ríos proviene de la vegetación quemada. Un tercio se presenta como carbono negro.”, ha aclarado Matthew Jones.

Por tanto, la producción y exportación de carbono negro influyen en el ciclo del carbono en la tierra y en los océanos, pero los modelos tienden a pasar por alto estos procesos. Ante esto, los científicos recomiendan realizar modificaciones en los modelos actuales para tener en cuenta la dinámica única del carbono negro y así predecir respuestas al cambio climático e incendios.

“La producción y el transporte de carbono quemado no es el tipo de proceso que puede compensar una gran fracción del carbono emitido por la quema de combustibles fósiles, pero es un tipo de proceso a tener en cuenta en los modelos actuales”, ha concluido Matthew Jones.



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