Las mujeres, principales afectadas y ejes de cambio de las migraciones climáticas

Las mujeres, principales afectadas y ejes de cambio de las migraciones climáticas

Un estudio señala que las mujeres sufren más las consecuencias de la crisis climática, como las migraciones originadas por el deterioro ambiental. El informe elaborado por ECODES expone que la transformación para suprimir ese hecho debe pasar necesariamente por ellas, además de por los demás agentes implicados


La actual emergencia climática que vive el mundo no se trata de un problema que solo afecte a los ecosistemas, sino que tendrá también un impacto a nivel social. Los científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) ya lo han advertido en pasados informes y, ahora, ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo) lo ha puesto de manifiesto en una nueva investigación en la que se focalizan en un problema poco conocido, pero de gran relevancia: las migraciones climáticas.

“Aunque a priori puede ser complicado visibilizar la conexión entre cambio climático, género y migraciones, es posible asegurar que las estructuras que forman cada uno de ellos tienen puntos en común”, expone el texto bautizado como Perspectiva de género en las migraciones climáticas.

De acuerdo con la investigación, la relación entre los tres radica en que una de las consecuencias del cambio climático está asociada con la movilidad humana. “Muchas personas se están viendo obligadas a abandonar sus hogares ante los efectos de las sequías cada vez más prolongadas, la elevación del nivel del mar o los huracanes cada vez más intensos”, añade el documento.

Mujeres rurales, creadoras de resiliencia climática

mujeres rurales

Beatriz Felipe, investigadora del Centre d’Estudis de Dret Ambiental de Tarragona (CEDAT) y autora del estudio, ha explicado durante la presentación de la investigación que en ese punto se dieron cuenta de que, dentro del grupo de los más afectados por esos fenómenos, que por norma general se sitúan en regiones en vías de desarrollo, las mujeres y las niñas eran las más vulnerables.

Para la autora, esto se debe a que el trabajo de las mujeres está centrado en aquellos sectores más afectados por el cambio climático, como la agricultura, y por tareas del hogar como aportar agua, que en países en desarrollo es un recurso que hay que ir a buscar.

“En un mundo con más sequía, las tareas más simples, como la recogida del agua, se agravan para las mujeres ya que estas tendrán que ir más lejos para recogerla, hipotecando ese tiempo que deberían dedicar para otras tareas, como la escolarización e, incluso, así se están exponiendo durante más rato a otras amenazas, como violaciones”, ha declarado.

Sin embargo, según la autora, esta es solo la punta del iceberg al ser esto los problemas más obvios: “Determinadas culturas obligan a las mujeres a vestir con prendas poco apropiadas para huir de las catástrofes o impiden a las personas de diferentes familias a convivir debajo del mismo techo. A este problema se le añade el diseño de los campos de refugiados o zonas similares, que no están pensadas para cubrir algunas necesidades básicas de las mujeres, como la menstruación o embarazo”, ha destacado.

En este sentido, Beatriz Felipe ha añadido que en ese aspecto en donde ha residido la dificultad a la hora de elaborar este estudio ya que, según ella, apenas existe información cuantificable sobre las migraciones climáticas y, en concreto, sobre los problemas que las mujeres sufren a raíz de ellos.

Las posibles soluciones

Ante todos estos problemas, la autora ha ofrecido en el estudio una hoja de ruta a seguir para poder solucionar en la mejor medida posible, o por lo menos abordar de forma correcta, las migraciones climáticas.

De entre todos ellos, Beatriz Felipe ha destacado la necesidad de “tener en cuenta las desigualdades de género sistemáticas y estructurales con el fin de generar políticas climáticas transformadoras que integren la perspectiva de género”.

«Nos debemos centrar en los retos positivos y no en los dramas humanos», ha comentado Consuelo Rumí.

Junto a ella, la autora también ha comentado que es necesario utilizar un enfoque en el que no se victimice a las mujeres, sino que hay que ofrecer un punto de vista en el que se las coloque como personas capaces de afrontar el problema, así como las abanderadas para ponerlo fin.

En este sentido, Consuelo Rumí Ibáñez, secretaria de Estado de migraciones, ha explicado que en España existe una especial tendencia, sobre todo en los medios de comunicación, en ofrecer noticias “fáciles” en la que solo se muestran los datos negativos y que existe “poca valentía” para realmente emitir los datos positivos de una “necesaria inmigración como la que necesita España”.

“Nos debemos centrar en los retos positivos y no en los dramas humanos, y para ello hay que implicar a todos los agentes, desde los políticos a la ciudadanía. Por ello, ojalá este estudio tenga realmente la repercusión que merece para motivar ese cambio”, ha concluido Consuelo Rumí.



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