La NASA ha lanzado la misión Earth Surface Mineral Dust Source Investigation (EMIT) para estudiar el impacto del polvo atmosférico en los modelos climáticos y evaluar cómo afecta al medio ambiente



El científico español del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) Carlos Pérez García-Pando ha participado en el equipo de la misión de la NASA que lanzó el pasado 15 de julio desde Cabo Cañaveral un detector de polvo mineral para estudiar las partículas atmosféricas y su impacto en el clima.
La misión, Earth Surface Mineral Dust Source Investigation (EMIT), analizará el polvo transportado a través de la atmósfera desde las regiones áridas y ayudará a los científicos a comprender mejor el papel del polvo mineral en el calentamiento y enfriamiento del planeta.
El detector de polvo ha sido desarrollado en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, y Carlos Pérez García-Pando forma parte del equipo científico del proyecto, compuesto por líderes internacionales en modelización del sistema terrestre, aerosoles de polvo mineral, geología de superficie y espectroscopia de imágenes.
La misión recogerá imágenes durante un año para generar mapas de las fuentes de polvo mineral en el mundo que ayudarán a los científicos a modelar los efectos climáticos
Por ejemplo, el polvo que contiene minerales oscuros que absorben la luz solar podría calentar una zona, mientras que el polvo mineral de color claro podría enfriarla.
La investigación recogerá imágenes durante un año para generar mapas de las fuentes de polvo mineral en el mundo que ayudarán a los científicos a modelar los efectos climáticos.
«Los aerosoles de polvo creados por la erosión eólica de las superficies áridas se encuentran entre los mayores contribuyentes a la carga global de partículas en la atmósfera, determinando efectos climáticos en grandes áreas de la Tierra», ha detallado el investigador español, que dirige el grupo de Composición Atmosférica del Departamento de Ciencias de la Tierra del BSC.
«El proyecto EMIT tiene el potencial de desencadenar un cambio de paradigma al permitir la producción de una base de datos precisa y casi global de la mineralogía de la superficie que mejore los análisis que sustentan los actuales atlas mineralógicos utilizados en los modelos que calculan los efectos climáticos», ha precisado Pérez.
El papel en la misión del profesor Pérez García-Pando es «ayudar a establecer los tamaños y fracciones de los minerales emitidos que resultan de la fragmentación de los elementos del suelo durante la erosión eólica».
El científico ha explicado que el instrumento EMIT es uno de los espectrómetros de imagen más sofisticados orientados a la Tierra que la NASA ha puesto en el espacio.
«Recibe la luz solar reflejada desde la Tierra, la divide en cientos de colores distintos y la registra en una red de detectores de luz, lo que permite a los científicos comprender las propiedades químicas de lo que observan», ha señalado.
El dispositivo es capaz de recoger más de mil millones de mediciones en todo el mundo a lo largo de un año, mapeando la composición de los minerales de la superficie terrestre.
EMIT es una de las investigaciones lanzadas a la Estación Espacial Internacional por la nave de carga Dragon de SpaceX como parte de la 25a misión comercial de servicios de reabastecimiento de SpaceX para la NASA.
Un enfoque en el polvo mineral
En 2020, los vientos en África expulsaron polvo mineral de la superficie a la atmósfera que luego cruzó el Océano Atlántico y afectó a los estados desde Florida hasta Texas.
El polvo mineral tiene muchos impactos en la Tierra. Hoy sabemos que el polvo mineral se origina en las regiones áridas de nuestro planeta, pero sabemos muy poco sobre su composición.
EMIT realizará nuevas mediciones de las regiones de origen que se utilizarán con modelos avanzados del sistema terrestre para cerrar esta brecha de conocimiento y responder preguntas científicas clave.
