El primer estudio sobre las contribuciones de los ecosistemas a la humanidad refleja que la capacidad de la naturaleza para satisfacer las necesidades de la gente está disminuyendo. Dentro de 30 años, más de 4.500 millones de personas sufrirán la inseguridad alimentaria, la contaminación del agua y el aumento de tormentas costeras



La naturaleza aporta numerosas necesidades básicas al ser humano, como los servicios de los ecosistemas, que nos aseguran agua y alimentación. Sin embargo, el creciente impacto mundial en el medio ambiente ha provocado una disminución de estos sistemas.
Por eso, la Plataforma Intergubernamental de Políticas Científicas en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), ha elaborado un informe para determinar cómo de importante es la naturaleza para los seres humanos y quiénes corren más peligro si dejan de cuidarla, con el fin de determinar predicciones futuras y vías de actuación.
“La evidencia sobre cómo las acciones humanas causan el cambio ambiental y cómo el cambio ambiental afecta el bienestar humano puede proporcionar la base para inversiones sólidas en la naturaleza que beneficien a las personas”, han argumentado los expertos en el estudio.
Para llevar a cabo la investigación, los investigadores partieron de dos principales interrogantes para poder desarrollar posteriormente los análisis: dónde contribuye más la naturaleza, y dónde y cuántas personas pueden verse afectadas.
Para la primera de ellas, los científicos cuantificaron y mapearon la superposición entre las necesidades de las personas y las contribuciones de la naturaleza. Mientras que para la segunda, examinaron los cambios en las brechas de beneficios que enfrentan las diferentes poblaciones.


Con los datos reunidos, los investigadores descubrieron que la protección de la naturaleza proporcionará los mayores beneficios donde las mayores necesidades de las personas coincidan con las mayores contribuciones de la naturaleza.
Además, también encontraron que, a nivel mundial, hasta 4.500 millones de personas se enfrentarán a una mayor contaminación del agua, y 5.000 millones podrán experimentar pérdidas locales en la producción de cultivos debido a una polinización insuficiente.
Por otro lado, el estudio ha destacado que todos esos impactos se van a distribuir de forma desigual en todos los escenarios, con cientos de millones de personas en todo el mundo enfrentados a brechas de beneficios que se duplicarán.
En concreto, África y el sur de Asia son los más desfavorecidos en todos los escenarios, con más de la mitad de la población en ambas regiones enfrentadas a brechas de beneficios superiores a la media. Mientras que las regiones al norte de Asia y América verán reducidas las brechas para la mayoría de las personas.
Por el contrario, independientemente del escenario, el riesgo costero aumentará en todas partes, sobre todo motivado por las crecidas del nivel del mar que prevé el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), afectando a más de 500 millones de personas en todo el mundo para 2050.
Para los científicos, estas proyecciones pueden servir motivar acciones políticas en materia de adaptación y mitigación, sobre todo si se realizan futuros mapeos a media y pequeña escala: “La ciencia puede proporcionar información clave para la política conectando indicadores que se miden y se manejan con los roles menos visibles pero vitales que la naturaleza juega para llenar tales brechas”.
Sin embargo, han destacado que aún se necesita trabajar más al respecto para revelar más contribuciones de la naturaleza en las personas y así construir entre todos un mundo en el que prosperen tanto las personas como la naturaleza.
