Con más de 400 incendios forestales en Siberia, los expertos temen que el verano engulla a los bosques ricos en turba. Además, con la invasión rusa a Ucrania, los especialistas creen que los esfuerzos por apagar las llamas se verán ralentizados por falta de ayuda militar



El 10 de mayo el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó en una videollamada con funcionarios federales y regionales a «aumentar la seguridad contra incendios». Putin enfatizó: «No podemos permitir que se repita la situación del año pasado», refiriéndose a los incendios forestales que azotaron el país en 2021 e inclusive de 2020. Las palabras del mandatario ruso llegan al mismo tiempo en el que hay grandes incendios en todo el suroeste de Siberia. Las llamas ya se han cobrado la vida de al menos a 10 personas y dañado cientos de edificios.
Para Greenpeace Rusia, las palabras del presidente ruso no son del todo certeras. La ONG dice que los incendios, que comenzaron en abril, ya abarcan un área dos veces más grande que la que se quemó el 2021. Los datos parecen sostener lo que denuncia Greenpeace, pues para el 10 de mayo ya hay 14 regiones de Rusia que han declarado regímenes especiales de incendios. Además, el sistema satelital europeo Copernicus ha publicado también imágenes desde el espacio que muestran el alcance del humo producto de las llamas.
#Copernicus for #wildfires monitoring
Multiple 🔥wildfires are affecting #Siberia’s far-east
⬇️#Sentinel2 🇪🇺🛰️ image of an ongoing fire 70 km west of Novokievskii Uval acquired on 10 May pic.twitter.com/2sxDi3KSEn
— Copernicus EU (@CopernicusEU) May 11, 2022
Greenpeace dice que se han extinguido 433 incendios forestales alrededor de la tercera ciudad más grande de Rusia, Novosibirsk. La entidad reporta concentraciones de smog y partículas finas en el aire que superan los niveles considerados peligrosos para la salud humana. Además la ONG dice que hay cerca de 300 incendios de pastos en la región de Omsk, en el oeste de Siberia, y que el humo de los incendios llega a la ciudad de Tyumen, a 625 kilómetros de distancia.
La guerra en Ucrania
Los expertos han mostrado su preocupación frente a esta nueva temporada de incendios en Rusia, ya que afirman que muchas tropas y equipos dirigidos hacia la invasión Rusia a Ucrania no podrán auxiliar en la extinción de las llamas. El uso de aeronaves militares para combatir incendios es algo habitual. Esto se debe a que una catástrofe de este tipo y magnitud necesita aviones para detectar y verificar los informes satelitales o de la comunidad, así como apoyar apoyar las labores de extinción. En los últimos años, a medida que los incendios se intensificaban tropas rusas ayudaban a despejar terreno para que helicópteros y aviones pudieran arrojar agua sobre las llamas.
Amber Soja, investigadora del Centro de Investigación Langley de la NASA, explicó a Axios que los recursos para combatir los incendios en Rusia están «severamente limitados». Soja razona que esto es porque «la población general de hombres y bomberos se ha ido». La opinión de la científica de la NASA está respaldada por otras voces, ya que las aeronaves, el personal militar, miembros del Servicio de Protección Forestal del Aire y muchos residentes locales, están al otro lado del país en una guerra. Por lo que la comunidad internacional se plantea si las autoridades rusas retirarán aviones y personal del frente para llevarlos a Siberia.
La presión al gobierno ruso
Durante la reunión con otros actores políticos, Putin dijo: «Necesitamos combatir los incendios de una manera más eficiente, sistémica y consistente». Y agregó que «los incendios forestales a gran escala socavan nuestros esfuerzos de protección climática (…) Este tema es de capital importancia para nuestro país y el mundo entero». Sin embargo activistas han intentado ejercer presión sobre las autoridades para que tomen cartas en el asunto, ya que en su opinión la acción no concuerda con lo dicho por el mandatario.
En un esfuerzo por crear conciencia y presionar al gobierno para que haga algo con respecto a los incendios descontrolados, los usuarios rusos de Twitter han comenzado a usar el hashtag #своихнебросаем («no vamos a dejar a nuestra gente»). El hashtag fue utilizado por primera vez por los medios financiados por el estado para reunir apoyo para la invasión rusa de Ucrania, pero ahora los activistas lo utilizan cuando tuitean fotos y videos de los incendios.
De acuerdo con la evaluación, la asociación civil de Omsk tuiteó: «No muy lejos de Omsk, más de 100 hectáreas de bosque de pinos están en llamas a lo largo de la carretera de Cherlak. La neblina y el humo de los incendios se pueden ver a decenas de kilómetros, incluso en Omsk. Mientras tanto, el gobernador de la región celebra festivales [pro-Putin], y no está nada claro qué está haciendo el Ministerio de Situaciones de Emergencia regional».
Недалеко от Омска по Черлакскому тракту горит больше 100 гектар соснового леса. Марёво и дым от пожаров видно за десятки километров, в том числе и в Омске.
Тем временем губернатор области проводит фестивали «Zа президента», а чем занимается региональный МЧС, вообще не ясно
🤬 pic.twitter.com/YpB6elvduI— Омское гражданское объединение (@omsk_ogo) April 18, 2022
Siberia ha estado experimentando los últimos años sequías y temperaturas anormalmente altas que han provocado incendios forestales cada vez más devastadores en los meses más cálidos, convirtiendo las vastas extensiones de bosque de la región en un polvorín. El gobierno ruso ha relacionado los incendios forestales de Siberia con el cambio climático. Sin embargo, la devastación y rapidez de los mismos no solo se debe a esto, también existen dos factores más: servicios de bomberos carentes y los suelos ricos en carbono. Gran parte del suelo siberiano está compuesto de materia orgánica que tiene cientos de años o milenios, con grandes cantidades de carbono enterrado en lo profundo del permafrost. A este tipo de material se le conoce como turba.
En Siberia se han observado incendios forestales que arden bajo la superficie del suelo rico en turba durante todo el invierno, solo para reaparecer en la primavera. Estos incendios se les conoce como «incendios zombi». Además de esa cualidad, los incendios de turba también pueden ser difíciles de extinguir, y los de gran tamaño, pueden durar meses si se dejan desatendidos.
A menudo, estos son incendios latentes que crean mucho humo debido a una combustión incompleta y dan como resultado mayores emisiones de monóxido de carbono. Los incendios de turba liberan cantidades significativas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Además, los incendios de turba liberan mercurio a la atmósfera a un ritmo 15 veces mayor que los de bosques de tierras altas, lo que puede ser un grave problema para la salud humana.
Todavía se están desarrollando modelos para predecir las emisiones de combustible de los incendios. Sin embargo en Canadá los científicos hicieron una estimación preliminar que sugiere que los incendios de turba en el oeste del país emiten alrededor de 6 millones de toneladas de carbono al año. Mientras que los incendios en todo Canadá, es decir los que no suceden en terrenos con turba, emiten alrededor de 27 millones de toneladas.
