Una nube de polvo africano viaja en dirección a América

Una nube de polvo africano viaja en dirección a América

Los satélites de la NASA han captado durante el 18 de junio las primeras formaciones de la capa de aire sahariana, un fenómeno en forma de nube de polvo que tiene lugar todos los veranos y que transporta minerales esenciales desde África hasta América


Nuestro planeta está lleno de fenómenos sorprendentes que nos enseñan que, en ocasiones, la realidad supera la ficción. Uno de ellos es la capa de aire sahariana, un suceso en el que la arena de los desiertos del Sáhara se levanta por la fuerza del viento y se desplaza por el océano Atlántico, pudiendo llegar en cuestión de días a América, a más de 4.000 kilómetros de distancia.

La NASA calcula que, cada año, alrededor de 800 millones de toneladas métricas de polvo se desplazan desde el norte de África hasta América en un ritual que ocurre desde finales de primavera hasta principios de otoño.

Las nubes que se forman gracias a los vientos secos de la época permanecen a un kilómetro de la superficie y pueden llegar a adquirir un grosor de más de 3 kilómetros. Esto permite a las agencias espaciales capturar imágenes de estos fenómenos con total facilidad.

Densidad de la nube de polvo detectada el 18 de junio (clic para ampliar) | Foto: Observatorio de la NASA

“La capa de aire subsahariana empieza a desarrollarse a mediados de junio, alcanza su máximo apogeo julio y comienza a disminuir rápidamente en el ecuador de agosto. Cuando alcanza su máxima actividad, las nubes de polvo africano pueden llegar hasta Florida y ocupar una extensión parecida a los Estados Unidos”, relatan desde la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los EE.UU.

De hecho, los satélites de la NASA capturaron durante el 18 de junio las primeras formaciones de estas capas arenosas trasladándose por el océano Atlántico en dirección a América, donde llegó el pasado 20 de junio.

De entre las imágenes obtenidas destaca una en la que se supone que deberían estar las islas de Cabo Verde, pero apenas se hacen visibles debido al enorme espesor de la capa de polvo. “Las islas de Cabo Verde se encuentran justo en el recorrido en forma de V que recorre el polvo durante su travesía atlántica”, aclaran desde la NOAA.

Un polvo de contrastes

Cabe destacar que el polvo que arrastra el aire no está compuesto solamente por arena, es decir, por sílice, sino por otro tipo de sustrato rico en minerales esenciales para el crecimiento de la vegetación.

Jesús Agüera, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, explicó para El Ágora que, por increíble que parezca, este suceso provoca que el polvo sea esencial para el ecosistema amazónico, al que fertiliza.

Además, la NOAA explica que todos los compuestos que arrastra el aire son una pieza clave para mantener la calidad de las playas del Caribe ya que esta nube de polvo funciona como un enorme proveedor de sedimentos que evita que la erosión borre las playas poco a poco.

“Deben ser una de las pocas cosas buenas que tienen estos fenómenos”, aclaró Jesús Agüera, después de asegurar que estas nubes pueden representar un peligro para el sistema respiratorio de las personas.

La razón son el tamaño de las partículas que arrastran, que llegan a ser diez veces más finas que un cabello humano, penetrar profundamente en los alveolos pulmonares y dañar los tejidos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que a partir de 50 microgramos de este polvo por metro cúbico el aire se considera dañino para la salud. Sin embargo, estas nubes son capaces de superar con creces esta cifra. De hecho, en febrero de este año, Canarias se vio sacudida por un fenómeno de calima de similares características donde se alcanzaron cifras destacables de 3.231 microgramos por metro cúbico, es decir, 60 veces más que el límite de la OMS.



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