La polinia ártica más grande del mundo, un rico ecosistema único en el planeta, acabará desapareciendo a causa del calentamiento global. Este refugio biológico de miles de años es un salvavidas para las poblaciones indígenas y muchas especies en peligro de extinción



North Water es la polinia ártica más grande del mundo, con aproximadamente 85.000 km2, situada entre el noroeste de Groenlandia y la isla de Ellesmere en Canadá. Esta zona de aguas abiertas durante todo el año rodeada de hielo marino crea un microclima cálido que proporciona un refugio para alimentarse y descansar a narvales, belugas, morsas y ballenas y es una de las áreas marinas biológicamente más productivas del océano Ártico. Según un estudio, el calentamiento global está amenazando este ecosistema único y predice que dejará pronto de existir.
La Unidad de Investigación del Cambio Ambiental (ECRU) de la Universidad de Helsinki participó en un estudio internacional que investiga la historia milenaria esta polinia y los posibles efectos del cambio climático en su futuro.
En el estudio, se analizaron microfósiles y biomarcadores químicos conservados en sedimentos marinos y lacustres como claves para el pasado, exponiendo la variación histórica en North Water en los últimos 6.000 años.
La alta tasa de producción primaria de la polinia, de la cual, en ambientes marinos, las diatomeas y otras microalgas son responsables, mantiene un ecosistema diverso y único que sirve como refugio seguro para una variedad de especies en las condiciones del Ártico, que de otra manera serían duras. Las especies clave del Ártico, como el oso polar, la morsa y el narval, también prosperan allí. Para las poblaciones indígenas que dependen de la caza y la pesca, esta área, la polinia más grande del hemisferio norte, ha sido un salvavidas.


Los investigadores señalan que la temperatura del aire nunca ha alcanzado el nivel actual en el noroeste de Groenlandia en el período de 6.000 años de historia de la polinia estudiada. El calentamiento global y la reducción del hielo marino provocados por la actividad humana han provocado la inestabilidad de la polinia. El área se mantiene gracias a las corrientes y vientos oceánicos favorables, y en particular a un puente de hielo ubicado al norte de la polinia, que evita que el hielo a la deriva en el Océano Ártico se desplace más al sur. Es la formación anual de este bloque natural lo que ahora amenaza el calentamiento del clima.
«Es probable que esta zona, el oasis más importante del Ártico, desaparezca si las temperaturas continúan aumentando como se prevé. Sería importante al menos frenar el cambio climático, para que los pueblos indígenas del Ártico tengan algún tipo de oportunidad de adaptarse. Por otra parte, como sugiere la historia de la polinia, si podemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el aumento de la temperatura del aire, tanto el hielo marino del Ártico como la polinia se pueden restaurar», resume la investigadora Kaarina Weckström de la Unidad de Investigación del Cambio Ambiental de la Universidad de Helsinki.
