La ONU lanza una hoja de ruta para alinear finanzas y lucha climática

La ONU lanza una hoja de ruta para alinear finanzas y lucha climática

La Secretaría de Cambio Climático de la ONU ha publicado una nueva hoja de ruta que busca que los mercados financieros y la economía real se alineen mediante medidas concretas con un futuro sostenible y resiliente en el que sean posibles las cero emisiones netas de carbono


Sin alianzas entre los gobiernos, el mundo financiero y la economía real, no es posible la neutralidad climática. Para alcanzar la meta de cero emisiones de carbono para 2050 y limitar el calentamiento global a los 1,5 grados centígrados por encima de los niveles industriales que exige la comunidad científica, cada decisión financiera debe tener en cuenta el cambio climático, por lo que los flujos de mercado deben permitir el desarrollo resiliente al clima y ser consistentes con el esfuerzo global para lograr una economía con bajas o incluso nulas emisiones de gases de efecto invernadero. Este reto de lograr unas finanzas plenamente verdes es precisamente el objetivo de la nueva hoja de ruta que ha publicado la Secretaría de Cambio Climático de Naciones Unidas (UNFCCC), por sus siglas en inglés), con la que se pretende explicar los diferentes ajustes que permitirían que los mercados financieros y la economía real se alineen con un futuro sostenible.

En concreto, según apunta la denominada Hoja de Ruta para las Finanzas, publicada la pasada semana, «los mercados tienen un papel fundamental que desempeñar para permitir y acelerar la transición a economías netas cero de acuerdo con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados y adaptarse a los impactos inevitables del cambio climático». Para ello, los responsables políticos y financieros deberían, entre otras prioridades, apostar por fijar un precio del carbono que garantice que los contaminadores pagan el coste real de sus impactos, permitiendo además a los mercados tener en cuenta el valor de los riesgos y oportunidades relacionados con el clima.

Otras medidas que propone la hoja de ruta son corregir las fallas del mercado cerrando la brecha de valoración entre economía y medio ambiente y adoptar una mentalidad de inversión a largo plazo que permita establecer objetivos netos cero antes de 2050 y luego incorporar pasos significativos a corto y medio plazo en un plan creíble para desarrollar estrategias comerciales para alinearse con un mundo neto cero. Además, la hoja de ruta pide incorporar enfoques sostenibles conscientes del clima en la gestión de riesgos y los incentivos, asegurando que los mercados puedan obtener y utilizar los datos y la divulgación que necesitan para evaluar los riesgos, al tiempo que aprovechan las tecnologías innovadoras.

Por otra parte, el documento-guía de la UNFCCC también apunta a la necesidad de deplegar medidas que permitan invertir a escala en infraestructura resiliente con cero emisiones de carbono y soluciones basadas en la naturaleza, garantizando en todo momento una transición justa y equitativa de los sectores económicos con alto contenido de carbono a una infraestructura resiliente con cero emisiones de carbono. Y es que, tal y como se apunta en el documento «es imprecinsible invertir en la naturaleza como solución para que todas las economías puedan crecer de forma sostenible», adoptando siempre un enfoque multi-actores que facilite las alianzas entre gobiernos, empresas y sociedad civil.

En cualquier caso, esta hoja de ruta financiera completa los llamados Caminos de Acción Climática, mediante los cuales la UNFCCC busca mejorar la acción climática y la ambición hacia la implementación completa del Acuerdo de París. Lanzados por primera vez en 2019, estos documentos-guía establecen visiones sectoriales para lograr un mundo resiliente a 1,5 ° C en 2050, con hitos generales e impactos clave que deben lograrse para realizarlos. Los otros sectores para los que se han desarrollado itinerarios son: energía; ciudades y otros asentamientos humanos; industria; uso del suelo; océanos y zonas costeras; transporte; agua; y resiliencia.

En conjunto, las ocho «vías» que ahora aumenta a nueve proporcionan un plan para coordinar la ambición climática entre ciudades, regiones, empresas e inversores en el período previo a la crucial Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 en noviembre en Glasgow, que se anuncia clave para la acción climática. En este sentido, la hoja de ruta financiera será especialmente importante dado su carácter transversal, que reúne los elementos financieros de los «caminos» existentes y establece cómo se podría lograr esa financiación.

Impulsar alianzas regionales

Esta importante hoja de ruta financiera no es el único documento que ha publicado la UNFCCC la pasada semana. También han tenido tiempo de lanzar el Informe Anual 2020 de Centros Regionales de Colaboración, un estudio en el que se muestra como la colaboración a nivel regional puede ayudar a abordar el cambio climático a nivel internacional y generar impulso hacia la COP26 de Glasgow. En concreto, el informe analiza los logros clave en 2020 de los seis Centros Regionales de Colaboración (CRC), que son instituciones localizadas en zonas en vías de desarrollo (Asia-Pacífico, Oriente Medio, África del Este y Austral, África Occidental y Latinoamérica y Caribe) que realizan actividades para impulsar los objetivos contenidos en el Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto.

“Los CRC conectan a los países que necesitan apoyo con recursos expertos. Conectan a los líderes del sector privado con los formuladores de políticas e innovadores que pueden ayudar a trazar un camino hacia adelante con bajas emisiones. Además, estos centros se conectan con los jóvenes para permitir la acción de todos y garantizar que los jóvenes tengan voz y sean escuchados», ha asegurado Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de ONU Cambio Climático. “Todos deben ser parte de la solución si queremos actuar a la velocidad y escala global que exige la ciencia. La colaboración es el mejor camino para hacer frente a la urgencia de la emergencia climática», ha apuntado.

BforPlanet, alianzas
Impulsar las alianzas entre actores es una prioridad para la ONU.

En concreto, en 2020, los CRC apoyaron más de 135 eventos, la mayoría de los cuales se llevaron a cabo virtualmente debido a la pandemia. Esto incluye 31 eventos de creación de capacidad que promueven la acción en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio, el programa de compensación de carbono del cambio climático de la ONU que financia proyectos de reducción de emisiones de GEI en todo el mundo. Y es que, al crear capacidad y compartir conocimientos sobre temas como la fijación de precios y los mercados del carbono, la refrigeración climáticamente inteligente, las líneas de base estandarizadas y la neutralidad del carbono, los centros regionales permiten tanto la acción local como la participación efectiva en la conferencia anual sobre el cambio climático de la ONU.

Además, el informe también analiza la participación de la ciudadanía en estos centros a lo largo de 2020, demostrando los múltiples beneficios sociales y económico que se pueden generar si países, empresas, academia y sociedad civil trabajen juntos a nivel regional. De hecho, según se apunta en el propio informe, «un diálogo que esté centrado en buscar soluciones integrando a las diversas partes interesadas es un poderoso catalizador para promover las conversaciones sobre el clima y aumentar la ambición para abordar el cambio climático».

Espinosa pide más ambición a los países

El pasado 31 de julio tambié fue una fecha clave para la UNFCCC, ya que este sábado era cuando vencía la fecha límite para la presentación de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) nuevas o actualizadas para ser incluidas en un informe de síntesis que se publicará a finales de este año, antes de la COP26. En concreto, las CDN contienen los planes nacionales de cada país para hacer frente al cambio climático y constituyen el balance más completo y preciso de la acción climática a nivel mundial.

Según ha apuntado Espinosa en un comunicado, hasta la fecha límite de ayer, la secretaría de la UNFCCC había recibido CDN nuevas o actualizadas de 110 Partes. Esto constituye un avance positivo, ya que, hasta finales de diciembre de 2020, 75 Partes habían enviado CDN nuevas o actualizada para su inclusión en la versión inicial del informe de síntesis. Sin embargo, el nuevo balance sigue estando lejos de ser satisfactorio, ya que solo un poco más de la mitad de las Partes (58%) han cumplido con el plazo de corte.

«La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debe ser un proceso coherente y acumulativo. Hago un llamamiento a los países que no han podido cumplir con el plazo para que redoblen sus esfuerzos y cumplan su compromiso en virtud del Acuerdo de París de renovar o actualizar sus CDN», ha pedido la Secretaria Ejecutiva de ONU Cambio Climático.



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