Naciones Unidas lanza el primer sistema global público diseñado para supervisar el progreso del compromiso de reducción y monitorizar las emisiones de metano en la atmósfera, prácticamente en tiempo real



Incoloro, inodoro e invisible al ojo humano, el metano es un potente gas de efecto invernadero. Es responsable de casi el 30% del calentamiento global que azota al mundo actualmente. Debido a su estructura, el metano atrapa más calor en la atmósfera por molécula que el dióxido de carbono (CO₂), haciéndolo 80 veces más dañino que el CO₂ durante 20 años después de su emisión a la atmósfera.
Reducir las emisiones de metano en un 45% para 2030, objetivo comprometido en la Cumbre del Clima de Glasgow de noviembre de 2021 (COP26), podría ayudarnos a cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Para contribuir a avanzar en este objetivo y coincidiendo con el día dedicado a la descarbonización desde la cumbre del Clima COP 27 de Sharm el-Sheikh, Naciones Unidas lanza el primer sistema global público diseñado para supervisar el progreso de este compromiso y monitorizar las emisiones de metano en la atmósfera prácticamente en tiempo real.
La iniciativa, bautizada como Sistema de Alerta y Respuesta de Metano (MARS, por sus siglas en inglés) pretende, por un lado, mantener un registro exhaustivo de las emisiones de este potente gas de efecto invernadero y, por el otro, alertar a gobiernos y empresas cuando están sobrepasando los umbrales de emisiones permitidos. Nunca antes se había desarrollado una herramienta pública de este tipo.
MARS se basa en mediciones satelitales realizadas por la NASA y las agencias espaciales europea, alemana e italiana. En el futuro también se incorporarán datos de operadores privados de satélites.
Desarrollado en el marco de la Vía de Energía Global Methane Pledge, con fondos iniciales de la Comisión Europea, el Gobierno de los Estados Unidos, Global Methane Hub y el Fondo Terrestre Bezos, MARS permitirá al PNUMA corroborar las emisiones reportadas por las empresas y caracterizar los cambios a lo largo del tiempo. MARS se implementará con socios como la Agencia Internacional de Energía y la Coalición de Clima y Aire Limpio auspiciada por el PNUMA.
Los primeros datos se publicarán en la segunda mitad del próximo año, centrándose en las grandes fugas de metano. A medida que madure, la plataforma incorporará fuentes de emisiones menos dramáticas pero igualmente significativas, como el ganado y las granjas de arroz.
Conectar la detección de metano con los procesos de notificación
El metano liberado directamente a la atmósfera es más de 80 veces más potente que el CO2 en un periodo de 20 años
Comenzando con fuentes puntuales muy grandes del sector energético, MARS integrará datos del sistema en rápida expansión de satélites de detección de metano para incluir fuentes de área de menor emisión y detección más frecuente. Los datos sobre carbón, desechos, ganado y arroz se agregarán gradualmente a MARS para apoyar la implementación del Compromiso Global de Metano.
«Reducir el metano es la oportunidad más rápida para reducir el calentamiento y mantener 1.5 ° C al alcance, y este nuevo sistema de alerta y respuesta será una herramienta crítica para ayudarnos a todos a cumplir con el Compromiso Global de Metano», dijo John Kerry, Enviado Presidencial Especial de los Estados Unidos para el Clima.
Componentes del Sistema de Alerta y Respuesta al Metano


MARS utilizará datos de satélites de mapeo global para identificar penachos de metano muy grandes y puntos calientes de metano y atribuir las emisiones a una fuente específica. Luego, el PNUMA notificará a los gobiernos y las empresas sobre las emisiones, ya sea directamente o a través de socios, para que la entidad responsable pueda tomar las medidas apropiadas.
Si se solicita, los socios de MARS proporcionarán servicios técnicos o de asesoramiento, como ayuda para evaluar las oportunidades de mitigación. El PNUMA seguirá vigilando el lugar del suceso y poniendo los datos y análisis a disposición del público entre 45 y 75 días después de la detección.
«El informe sobre la brecha de emisiones mostró que, incluso antes de esta cumbre, el mundo está muy lejos de los esfuerzos necesarios para limitar el calentamiento global», declaró Inger Andersen, directora del programa medioambiental de Naciones Unidas. «Reducir las emisiones de metano puede marcar una gran diferencia ya que este gas sale de la atmósfera mucho más rápido que el dióxido de carbono«, añadió Andersen durante la presentación de esta iniciativa.
¿Por qué se habla tanto del metano?
Incoloro, inodoro e invisible al ojo humano, el metano es un potente gas de efecto invernadero. Es responsable de casi el 30% del calentamiento global que azota al mundo actualmente. Debido a su estructura, el metano atrapa más calor en la atmósfera por molécula que el dióxido de carbono (CO₂), haciéndolo 80 veces más dañino que el CO₂ durante 20 años después de su emisión a la atmósfera.
Los satélites podrán identificar las grandes fugas de este gas para que los gobiernos y empresas puedan reaccionar rápidamente
La buena noticia es que, dado que gran parte de la liberación de metano a la atmósfera es causada por la actividad humana, el proceso para reducir sus emisiones se considera «pan comido» que ayudaría a mitigar los fenómenos climáticos extremos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) está a la vanguardia de los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de metano.
En 2021 se puso en marcha el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), destinado a catalogar los vertidos de metano del sector de los combustibles fósiles. Asimismo, el IMEO comenzará pronto a vigilar el metano proveniente de los desechos y las actividades agrícolas. El Observatorio tiene como objetivo crear una base de datos públicos de estas emisiones verificadas empíricamente que permita fundamentar la formulación de políticas y la legislación ambiental.
Los datos de IMEO también ayudan a rastrear los avances con arreglo del Compromiso Mundial sobre el Metano. Esta iniciativa reúne a más de cien países comprometidos a reducir sus emisiones colectivas de metano en un 30% para 2030.
La Alianza para la Reducción de las Emisiones de Metano Provenientes de la Producción de Petróleo y Gas 2.0 (OGMP por sus siglas en inglés) consiste en un compromiso voluntario de las empresas vinculadas para medir y reportar sus emisiones de fuentes como gasoductos, tanques de almacenamiento y plataformas petrolíferas en alta mar.
Por último, conviene destacar que el PNUMA fomenta los compromisos de alto nivel mediante la labor de promoción y proporciona apoyo a los países para que apliquen medidas que reduzcan las emisiones de metano por conducto de la Coalición sobre el Clima y el Aire Limpio (CCAC). La CCAC también es uno de los principales ejecutores del Compromiso Mundial sobre el Metano.
