Naciones Unidas sigue pidiendo al mundo pisar el acelerador en la lucha contra el cambio climático, entre la esperanza de los recientes anuncios de China y la Unión Europea en materia de reducción de emisiones y la presión de miles de activistas juveniles que se manifiestan este viernes



Naciones Unidas sigue intentando aprovechar los márgenes de su Asamblea General para tratar de dar un empujón a la implementación del Acuerdo de París. A pesar de que la cumbre climática prevista para finales de año ha sido pospuesta por el coronavirus, la ONU quiere mantener el ímpetu en la lucha climática. Por eso, este jueves, el secretario general, António Guterres, acompañado de representantes de las empresas y la sociedad civil, ha pedido al mundo a pisar el acelerador en la lucha contra el cambio climático, esperazando por los recientes anuncios de China y la Unión Europea (UE), que se han comprometido con objetivos más ambiciosos, y tan solo un día antes de que miles de jóvenes activistas se manifiesten en todo el mundo para pedir más acciones contra la emergencia climática.
«Si seguimos en el camino actual, la escala del sufrimiento en el mundo como consecuencia de la disrupción climática irá más allá de lo que podemos imaginar”, ha alertado Guterres en un foro virtual en el que ha estado acompañado por los primeros ministros del Reino Unido, Italia o Canadá; el presidente chileno, Sebastián Piñera; o la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. También participaron responsables del sector privado como el presidente de Microsoft, Brad Smith, o la jefa de la asociación global de productores de cemento y hormigón, Dinah McLeod, así como representantes de la sociedad civil.
La reunión en la ONU buscaba relanzar un Acuerdo de París que este año cumple cinco años sin que se haya hecho lo suficiente para poner al planeta en la trayectoria para cumplir con sus metas. En cualquier caso, estuvo marcada en buena medida por los recientes anuncios en materia de clima de la UE y, especialmente, China, que por sorpresa dio a conocer este martes su compromiso de llegar al tope de sus emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y alcanzar la neutralidad para 2060.


Aunque decenas de países han prometido la neutralidad del carbono -emitir lo mismo que lo que se retira por distintas vías- el movimiento chino resulta clave, pues el gigante asiático lanza a la atmósfera ahora mismo alrededor de un 28% de las emisiones mundiales y bajo el Acuerdo de París tiene menores responsabilidades que otras potencias dado que lleva muchas menos décadas de gran actividad industrial.
También la UE, que como bloque quiere llegar a esa meta de la neutralidad para 2050, ha dado este mes también un paso adelante al anunciar una propuesta para reducir para 2030 sus emisiones en al menos un 55% con respecto a los niveles de 1990, frente al 40% que tenía previsto hasta ahora. Por eso, von der Leyen, que ha destacado la importancia del anuncio chino, ha dejado claro que para cumplir con sus metas Europa va a tener que cambiar muchas cosas, aunque insistió en que los objetivos son asumibles y que hay un gran respaldo de los ciudadanos y del mundo empresarial. “Queremos mostrar que una transición verde responsable será buena para la gente y para los negocios”, ha apuntado
Un año clave
Aunque Guterres se ha mostrado esperanzado por las noticias de China y Europa, también ha dejado caer que hace falta más concreción. «Ahora cuento con ellos y con otros grandes emisores para que presenten planes y políticas concretas que nos permitirán a todos lograr la neutralidad del carbono para 2050″, ha señalado el diplomático portugués, que insistió en que el mundo tiene por delante un periodo clave, en el que las estrategias de recuperación de la pandemia tienen que alinearse con la lucha contra el cambio climático.
El jefe de la ONU ha reclamado al mundo que se invierta en «empleos verdes y decentes», que no se rescate a industrias contaminantes como la del carbón, que se terminen los subsidios a los combustibles fósiles y que los riesgos climáticos se tengan en cuenta en todas las decisiones financieras y políticas. Para tratar de mantener el ímpetu climático, Naciones Unidas va a convocar junto al Reino Unido una reunión de líderes internacionales el próximo 12 de diciembre, coincidiendo con el quinto aniversario de la firma del Acuerdo de París, amenazado por la decisión de EE.UU. de abandonarlo.
“Trabajen juntos y, sobre todo, no dejen a nadie atrás”, ha señalado Guterres, que ha insistido en que todas las estrategias para salir de la actual recesión deben ir en línea con el objetivo de limitar la subida de la temperatura global a menos de 1,5 grados centígrados con respecto a la era preindustrial. Para lograrlo, a parte del mencionado consenso empresarial y social, la ONU cuenta además con otra forma de presión externa: los jóvenes, que este viernes se volverán a manifestar en todo el planeta para exigir a los políticos una mayor ambición contra la emergencia climática.


Por el momento, estudiantes de varias ciudades australianas ya se han manifestado contra las energías fósiles en solidaridad con el Día de Acción Global que se celebra en todo el mundo para protestar contra la crisis climática en el marco de la Asamblea General de la ONU. «El clima está cambiando, ¿por qué no nosotros también?», «Estáis quemando nuestro futuro» o «Más tarde es demasiado tarde» son algunos de los mensajes que se han podido leer en las pancartas de los estudiantes, que piden una transición hacia un 100% de energías renovables para el 2030.
En el caso de España, Fridays For Future está liderado por las plataformas Juventud por el Clima (FFF España) y Alianza por el Clima. Estas plataformas consideran que, pese a la alerta sanitaria, “sigue siendo fundamental” incorporar la emergencia climática a la agenda política ya que “el coronavirus y el cambio climático no son causas, sino consecuencias de la crisis del mismo sistema”. Para cumplir con las medidas de seguridad este viernes, la movilización empleará formatos diferentes en distintos puntos de España: acciones digitales, sentadas, bicicletadas y otras, en función de la decisión de cada grupo local.
