El covid provoca una caída anual récord de las emisiones en España

El covid provoca una caída anual récord de las emisiones en España

La emisión de gases de efecto invernadero cayeron en España un 13,8 % el pasado año, una reducción récord directamente vinculada a la pandemia de coronavirus que sin embargo sigue siendo insuficiente a nivel global para cumplir con el Acuerdo de París


Aunque ya se sabía desde hace meses que la caída de actividad debido a los efectos de la pandemia de coronavirus iba a suponer un importante descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, faltaba por conocer la magnitud exacta del fenómeno. Finalmente, la expulsión a la atmósfera de este tipo de contaminantes cayó en nuestro país un 13,8 % el pasado año, una reducción récord desde que comenzaron los registros en 1990 que se ha producido de manera similar en muchos otros países que tomaron medidas de confinamiento de la población.

Sin embargo, esta buena noticia para el planeta no significa todavía que estemos a nivel global en el camino de la neutralidad climática, ya que un estudio publicado esta semana alerta de que la reducción de emisiones debe multiplicarse por diez en los próximos años para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Los buenos datos de España se desprenden de los resultados de un estudio del Basque Centre for Climate Change y el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA) que se han dado a conocer este miércoles en el marco del Congreso de Desarrollo Sostenible organizado por las patronales de la industria alimentaria (FIAB) y del sector de gran consumo (Aecoc). Y, tal y como esperaba la comunidad científica, la pandemia de coronavirus ha sido el principal responsable de la reducción de emisiones, con dos terceras partes (68%) de esta bajada atribuibles a los confinamientos, aunque también se han sumado factores «estructurales» como el cierre de varias plantas de carbón.

De hecho, el documento calcula mes a mes estas emisiones y refleja cómo en abril y mayo, coincidiendo con el confinamiento, se registraron los mayores descensos, del 31% y del 22%, respectivamente. «En su mayor parte, la caída se debió a la menor contaminación por el uso de carburantes en carretera y a la notable bajada en emisiones asociadas a la aviación, ya que el tráfico aéreo se redujo en un 80%«, ha detallado el investigador Mikel González-Equino, quien ha precisado que los resultados avanzados corresponden al cierre del 2020 y actualizan un avance que hicieron con datos hasta septiembre.

En el congreso -celebrado telemáticamente y que cumple su tercera edición- también ha intervenido el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, quien ha subrayado que la pandemia ha servido para «hacer más tangibles los riesgos que acechan a la humanidad», entre ellos la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. En este sentido, ha afirmado que la aportación desde Bruselas de fondos europeos para facilitar la recuperación hace posible destinar más recursos a proyectos ya ideados por España para cumplir con las metas comunitarias marcadas para 2030 en materia de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Sin embargo, casi al mismo tiempo que se conocían los datos definitivos de emisiones que confirmaban el respiro dado por el coronavirus, un informe de la Agencia Internacional de la Energía alertaba del importante rebote que se está produciendo a nivel global una vez reanudada la actividad económica. Además, otro estudio publicado esta semana alerta de que, esde que se adoptó el Acuerdo de París, solo 64 países han reducido, aunque no lo suficiente, sus emisiones, mientras que 150 países las han aumentado, por lo que será necesario aumentar la ambición a nivel global si se quiere que el año de la pandemia, tal y como pide la ONU, sea un punto de inflexión y no simplemente una irregularidad estadística.

Las emisiones deben reducirse diez veces más

Según este nuevo estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, la tasa de reducción de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, debe multiplicarse por diez en los próximos años para cumplir con el principal objetivo del Acuerdo de París, que pretende frenar cambio climático limitando a 1,5 grados el máximo del aumento de temperaturas para este siglo. Este primer balance global, realizado por investigadores de la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido, y la Universidad de Stanford y el Global Carbon Project, en Estados Unidos, ha examinado los tres años siguiente a la adopción del Acuerdo y sus resultados muestran la clara necesidad de una mayor ambición antes de la importante cumbre climática de la ONU que se celebrará en Glasgow en noviembre (COP26).

En total, los recortes anuales de 160 millones de toneladas de CO2 que se han logrado en estos años son solo el 10% de los 1.000-2.000 millones de toneladas de recortes de CO2 que se necesitan a nivel mundial cada año para hacer frente al cambio climático. Y es que, si bien las emisiones disminuyeron en 64 países, aumentaron en otros 150 países, por lo que, a nivel mundial, se añadieron a la atmósfera unas 210 millones de toneladas de CO2 más por año durante 2016-2019 en comparación con 2011-2015.

Para los investigadores, 2020 ha sido en realidad un «botón de pausa» que no puede continuar de manera realista mientras el mundo depende abrumadoramente de los combustibles fósiles, y las políticas de confinamiento no son una solución sostenible ni deseable para la crisis climática. Corinne Le Quéré, profesora de la Royal Society en la Facultad de Ciencias Ambientales de la UEA, que dirigió el análisis, advierte de que «los esfuerzos de los países para reducir las emisiones de CO2 desde el Acuerdo de París están comenzando a dar sus frutos, pero las acciones aún no son lo suficientemente grandes y las emisiones siguen aumentando en demasiados países».

Eso sí, de los 36 países de renta alta, 25 vieron disminuir sus emisiones durante 2016-2019 en comparación con 2011-2015, entre ellos Estados Unidos (-0,7%), la Unión Europea (-0,9%) y el Reino Unido (-3,6%). Las emisiones disminuyeron incluso cuando se contabiliza la huella de carbono de los bienes importados producidos en otros países. Además, 30 de los 99 países de ingresos medianos altos también vieron disminuir sus emisiones durante 2016-2019 en comparación con 2011-2015, lo que sugiere que ahora se están llevando a cabo acciones para reducir las emisiones en muchos países de todo el mundo. México (-1,3%) es un ejemplo claro en ese grupo, mientras que las emisiones de China aumentaron un 0,4%, mucho menos que el crecimiento anual del 6,2% de 2011-2015.



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