El cambio climático cambia su período de referencia: 1990-2020

El cambio climático cambia su período de referencia: 1990-2020

La entrada del 2021 ha supuesto un cambio de paradigma para el servicio climático europeo Copernicus. Como dicta la OMM, ahora los balances mensuales y estados del clima del continente utilizarán como referencia un periodo más cercano que abarca desde 1990 al 2020, y que, entre otras cosas, alterará nuestra visión sobre las anomalías climáticas


El periodo de referencia es la pista fundamental a la que acuden los científicos para comprender en qué medida se está viendo alterado el clima de nuestro planeta. El motivo de esta necesidad, tal y como lo explica la Organización Meteorológica Mundial (OMM), reside en que estos valores representan «normales climáticas promedio» de un clima típico para un periodo en la Tierra.

El periodo de referencia más utilizado hasta la fecha ha sido aquel que abarca de los años 1981 al 2010, aunque existen otros que son empleados para resaltar ideas o fenómenos. Por ejemplo, el servicio climático de Copernicus (CS3) utilizó el primero para dictaminar que el 2020 fue el año más cálido por estar 0,6 grados Celsius por encima del promedio de referencia , y la etapa de 1850-1900 para resaltar la idea de que también lo había estado 1,25°C de los niveles preindustriales.

En cualquier caso, el uso de unos u otros viene determinado por la precisión y por imagen real que puedan proyectar del mundo en el que vivimos. En este sentido, la OMM defiende el uso de un periodo período de base histórico, localizado entre los años 1961 y 1990, para evaluar el cambio climático, así como un periodo de 30 años más reciente “con el fin de estandarizar y armonizar todas las instituciones”.

El problema, según el CS3, es que el primer periodo recomendado comienza varios años antes de la era de los satélites, así como del grueso de datos obtenidos por Copernicus, por lo que lo convierte en un periodo un tanto impreciso. En cuanto al segundo, la OMM recomienda calcular nuevas normalidades climáticas con frecuencia para lograr la adaptación a los nuevos periodos climáticos, eso sí, dejando un periodo de transición en el que se utilicen tanto la anticuada variable como la nueva.

Con esto en mente, la llegada del 2021 no solo ha supuesto el arranque de una nueva década decisiva para la humanidad, sino también el inicio de un nuevo periodo de mediciones climáticas arcadas por la nueva horquilla 1991-2020 que Copernicus ha anunciado que comenzará a utilizar ya mismo en sus boletines mensuales y estados del clima europeos.

“Es importante destacar que el cambio del período de referencia no afecta los cambios a largo plazo en relación con los valores preindustriales. Por lo tanto, además de la nueva normalidad climática, C3S también continuará informando el cambio de temperatura global en relación con una línea de base preindustrial definida para garantizar que los cambios históricos también se reflejen plenamente”, señalan desde la institución europea.

Eso sí, si bien este cambio tampoco afecta a los cálculos de tendencias o las clasificaciones absolutas -como lo es la clasificación de meses más cálidos registrados-, sí impacta, lógicamente, en los valores con respecto al promedio anterior. Por ejemplo, enero de 2021 estuvo 0,24°C por encima del período de referencia 1991-2020, y a su vez 0,43°C por encima del período 1981-2010.

Periodo de referencia
Arriba, valores climáticos mundiales con respecto al periodo de referencia 1981-2010. Abajo, los mismos datos, pero con el nuevo periodo de referencia | Foto: Copernicus

“En consonancia con esta tendencia, el período de referencia 1991-2020 es más cálido que el de 1981-2010 en la mayoría de los meses y regiones. Esto significa que, en las series de tiempo, la transición de valores inferiores a la media a superiores a la media se produce más tarde cuando se utiliza el nuevo período de referencia”, comentan desde el servicio de Copernicus.

“También significa que los mapas generalmente mostrarán más regiones con anomalías por debajo del promedio y menos regiones con anomalías por encima del promedio”, añaden.

Por eso mismo, y para no romper la narrativa climática del continente, sobre todo al dar datos a escalas regionales menores y temporales más prolongadas, el servicio anuncia que los principales hallazgos, gráficos y datos subyacentes se presentarán en relación tanto con el período de referencia antiguo como con el nuevo para una fase de transición de al menos cuatro meses.

Para el resto de las variables, como la extensión de hielo marino o las precipitaciones, el impacto de este cambio resulta menos claro debido a las particulares propias de estos fenómenos, por lo que apenas se presentaran variaciones entre periodos.



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