Un estudio prevé que para 2030 que el número de personas afectadas por las inundaciones pasen de las actuales 70 millones a 145 millones, así como un aumento de los costes de sus efectos si los gobiernos no actúan en materia de adaptación. India, Bangladesh e Indonesia serán las regiones más afectadas



La acción humana en general ha aumentado desde la década de los 80 el riesgo de inundación en numerosas regiones del mundo, como Gran Bretaña, que recientemente sufrió un grave episodio, o España, cuyo litoral mediterráneo está muy expuesto a estos fenómenos.
El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) ha destacado recientemente que, en los últimos 40 años, la humanidad ha tenido que hacer frente a unos costes superiores al billón de euros como consecuencia de las inundaciones. Una cifra ya de por sí cuantiosa que, según un último estudio de esa institución, se verá incrementada exponencialmente para el año 2030.
“De acuerdo con nuestra herramienta de medición, el número de personas afectadas por las inundaciones fluviales aumentará de 65 millones en 2010 a 132 millones en 2030, y el número de afectados por las inundaciones costeras aumentará de 7 millones a 15 millones”, han destacado desde el WRI.
Este aumento de afectados acarreará, como consecuencia, un aumento de los costes, desde los 145 mil millones de euros anuales destinados a la reparación de áreas urbanas, a más de 500 mil millones. Las costas también experimentarán este aumento, desde los 15 mil millones de euros hasta los 163 mil millones, por culpa de las tormentas y el oleaje.
India, Bangladesh e Indonesia, por ejemplo, tienen algunas de las mayores poblaciones afectadas por inundaciones fluviales y costeras cada año. Para 2030, estos tres países representarán el 44% de la población mundial afectada anualmente por las inundaciones fluviales, y el 58% de la población afectada por las inundaciones costeras.
“En un momento en que la pandemia de COVID-19 ya está amenazando la salud humana y las economías, está claro que la protección contra inundaciones debería ser una inversión prioritaria para los gobiernos y otros tomadores de decisiones”, han señalado desde la organización.
Factores de impulso
Según el estudio, existen tres principales vectores que están acelerando el riesgo de inundaciones en el mundo.
En un futuro marcado por el cambio climático, las lluvias estarán mucho más localizadas en el tiempo y serán más fuertes, aumentando así el riesgo de inundación
Tras este factor, el WRI señala el crecimiento demográfico como otro de los impulsores de las inundaciones ya que, para albergar la nueva venida de población, muchas ciudades del mundo están comenzando a construir viviendas en zonas con un alto porcentaje de inundación, como algunas localizadas en Reino Unido.
“Incluso en Arabia Saudí se espera que, para 2030, unas 614.000 personas en el país se vean afectadas por las inundaciones fluviales anualmente, un aumento de diez veces del riesgo actual, gracias en gran parte al nuevo desarrollo cerca de los ríos”, han informado.
Por último, señalan a los hundimientos de tierra, en gran parte causado por la sobreexplotación de las aguas subterráneas, como otro de los causantes de las inundaciones.
Los tres factores unidos provocarán que España tenga que invertir 420 millones de euros en costes de reparación de áreas urbanas para el 2030 y solo en regiones cercanas a los ríos. Si extrapolamos esta información a la costa, nuestro país tendrá que desembolsar unos 230 millones más de euros para ese año.
Si hablamos de personas en riesgo, el WRI estima que en España la cifra aumentará casi en 50 mil personas afectadas por las inundaciones para el año 2030.


La importancia de la inversión
En vista de los escenarios que ofrece el WRI, invertir en infraestructuras de protección se vuelve imperativo para salvar las vidas de las personas y las economías de los países.
“En los tres países con mayores tasas de personas afectadas (India, Bangladesh e Indonesia), cada euro invertido en infraestructura podría suponer entre 110 y 200 euros ahorrados en gastos de reparación en áreas urbanas”, han comentado desde el WRI.
Por otro lado, en el estudio también se ha destacado que la inversión en este campo acarreará diversos beneficios, como la creación de nuevos empleos, ya que la construcción y el mantenimiento de las nuevas infraestructuras requiere de una nueva mano de obra.No obstante, en este sentido han señalado que merece la pena recordar que los diques, por ejemplo, no solo son las únicas armas con las que contamos para mitigar las inundaciones: “la infraestructura verde, como manglares, arrecifes y dunas de arena actúan como amortiguadores naturales a las tormentas costeras. Los bosques intactos, por su parte, evitan la erosión y pueden reducir los deslizamientos de tierra”.
Por ello, desde el WRI animan a llegar a un equilibrio entre ambas infraestructuras para no solo protegernos de los peligros del cambio climático, sino para preservar un medio natural que se está perdiendo.
Para realizar este estudio, el WRI ha hecho uso de la plataforma online Aqueduct Floods, que mide y mapea el riesgo de inundación global.
Esta herramienta está desarrollada por el WRI, el Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad de Amsterdam, la Agencia Ambiental de los Países Bajos y la Universidad de Utrecht.
“Al igual que su antecesor, esta herramienta calcula el riesgo de inundación fluvial actual y futuro para los activos urbanos, el PIB y la población de cada estado, país y cuenca hidrográfica más importantes del mundo, así como en 120 ciudades seleccionadas, pero con parámetros mejorados”, han detallado desde el WRI.
