Primavera: el amor en los tiempos del virus - EL ÁGORA DIARIO

Primavera: el amor en los tiempos del virus

Aunque el tiempo parece haberse detenido, la naturaleza sigue su curso y el invierno ha dado paso a la primavera. Pero este año, en el comienzo de la estación del amor nos debatimos entre el miedo y la esperanza, lejos de nuestros seres queridos a los que estamos deseando abrazar


Los humanos hemos interrumpido casi toda nuestra actividad por culpa de un enemigo invisible que nos ha confinado en nuestras casas. Incluso el mismo tiempo parece haberse detenido en estos momentos de incertidumbre y aburrimiento. Pero lo cierto es que la naturaleza ha seguido su curso estos días, dando ayer por finalizado el invierno para comenzar una nueva estación: la primavera, que estará con nosotros hasta el 20 de junio.

El mal tiempo con el que ha comenzado la nueva estación parece que no va a durar y, según las últimas proyecciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) la temperatura en esta primavera alcanzará valores superiores a los normales en toda España, lo que supone que la temperatura media trimestral estará, al menos, 0,5 grados por encima de lo normal. Un efecto nocivo del cambio climático que, por otro lado, arroja un rayo de luz a la oscura situación provocada por un coronavirus que podría ser sensible a las altas temperaturas.

El cambio de etapa ha tenido lugar esta noche, concretamente a las 04:50 horas de la madrugada, con la llegada del equinoccio de primavera, un episodio astronómico donde el Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste -proyección del ecuador terrestre en el espacio- de forma perfecta, dividiendo al planeta en dos mitades: una completamente iluminada y otra completamente oscura.

Para un observador en el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit, es decir, el punto más alto en el cielo con relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza.

Que el Sol esté en esa posición provoca que todos los puntos de la Tierra reciban la misma cantidad de horas de luz, por lo que tanto el día como la noche durarán en ese momento 12 horas. En este sentido, cabe recordar que la palabra equinoccio procede del término en latín aequinoctium y significa igual noche.

Una estación de amor

Que el Sol divida a nuestro planeta entre la luz y la oscuridad con una línea perfecta es una metáfora de lo que está ocurriendo. Y es que en los tiempos que corren nos debatimos entre el miedo y la esperanza.

Si bien el comienzo de la primavera siempre nos trae buen tiempo, colores vivos por el renacer de la tierra, nuestro estado de ánimo mejora y nos sentimos más próximos a nuestros amigos y seres queridos al salir más a la calle, en esta ocasión el confinamiento que muchos estamos viviendo nos impedirá disfrutar de las bondades del principio de la estación. Muchos estamos lejos de nuestros padres, hermanos, amigos, parejas… y lo que sentimos por ellos nos hace darnos cuenta de lo mucho que los necesitamos en una situación como esta.

Ya lo dice el dicho: “tras la tormenta, viene la calma” y aunque ahora estemos separados llegará el momento en el que ganemos la batalla al virus y volvamos a fundirnos todos en un cálido abrazo.

Pero hasta entonces, no podemos consentir que impere el frío y el distanciamiento en la estación del amor, sino que lo hagan el cariño y el acercamiento a través de muestras de apoyo a quienes luchan en soledad contra el enemigo invisible que nos separa. Más que nunca, nuestros hogares y sus familias deben demostrar que están llenos de amor.

Porque el amor no es un simple estímulo carnal, sino un claro ejemplo de admiración, cariño y respeto por la vida misma que ahora nos está siendo arrebatada, pero que sin duda con la llegada del buen tiempo, nos será devuelta con el esfuerzo de todos.

Varía el firmamento

Durante el equinoccio primaveral, Venus será visible tras la puesta de sol hasta finales de mayo, aunque en junio, al final de la estación, se podrá observar al amanecer junto a los planetas Marte, Júpiter y Saturno, según cálculos facilitados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

En junio también, en concreto el día 5, tendrá lugar un eclipse penumbral de Luna visible desde toda Europa además de África, Asia y Australia.

Los fenómenos astronómicos como los eclipses penumbrales se producen cuando la Luna, la Tierra y el Sol quedan alineados y el satélite terrestre entra en la zona penumbral que proyecta la Tierra; cuando esto sucede, la Luna deja de recibir la luz que el Sol proyecta debido a que la Tierra bloquea esos rayos solares, motivo por el que su luminosidad desciende.

Según datos de IGN, el inicio del eclipse, previsto a las 17:48 (UTC), se podrá observar desde Oceanía, Asia y África oriental, mientras que en sus últimas fases, podrá ser seguido desde Oceanía occidental, Asia, Europa, África y en el extremo oriental de Sudamérica.

La primera luna llena de la estación llegará el 8 de abril, a la que seguirán otras los días 7 de mayo y 5 de junio, y respecto a otros fenómenos astronómicos importantes, como las lluvias de meteoros, destacan las Líridas y las Eta Acuáridas, que alcanzarán su máximo hacia el 22 de abril y el 6 de mayo respectivamente.

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas -conocidas como constelaciones- una de las más características de la primavera es Leo, muy fácil de localizar hacia el sur tras la puesta de Sol por su forma de signo de interrogación invertido.

Hacia el norte de Leo será sencillo diferenciar la Osa Mayor, mientras que al este, estarán las constelaciones de Virgo y del Boyero, cada una con una estrella brillante: Spica en Virgo y Arturo en el Boyero.


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