Más de 200 publicaciones médicas y científicas de todo el mundo publican este lunes un editorial conjunto en el que piden a los líderes mundiales que tomen medidas urgentes para luchar contra la crisis climática



El otoño de 2021 que acaba de arrancar se anuncia clave para la lucha internacional contra el cambio climático. A finales de este mes de septiembre, la Asamblea General de la ONU reunirá a los países en un momento crítico para organizar una acción colectiva para abordar la crisis ambiental global, sobre todo porque servirá para conocer las intenciones gubernamentales de cara a las inminentes cumbres de Biodiversidad en Kunming, China y de Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Reino Unido. Ante esta situación, los editores de más de 200 revistas médicas y científicas de todo el mundo han publicado este lunes un editorial conjunto en el que piden a los líderes internacionales que tomen medidas urgentes para luchar contra la emisión de gases de efecto invernadero, principales responsables del calentamiento global.
«La salud ya está siendo dañada por el aumento de la temperatura global y la destrucción del mundo natural, una situación sobre la que los profesionales sanitarios y científicos han estado llamando la atención durante décadas. La ciencia es inequívoca: un aumento global de 1,5 °C por encima del promedio preindustrial y la pérdida continua de biodiversidad corren el riesgo de causar un daño catastrófico que será imposible de revertir. A pesar de la preocupación necesaria del mundo por COVID-19, no podemos esperar a que pase la pandemia para reducir rápidamente las emisiones», aseguran en la tribuna los responsables de múltiples prestigiosas cabeceras, entre las que figuran The Lancet, East African Medical Journal, Chinese Science Bulletin, The New England Journal of Medicine y The British Medical Journal.
En concreto, el texto quiere apremiar a las autoridades para que aceleren la transformación de las sociedades hacia modelos de desarrollo más sostenibles, capaces de restaurar la biodiversidad, limitar el aumento de la temperatura y proteger la salud. En este sentido, la misiva celebra que se hayan logrado avances para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aplicar políticas conservacionistas, pero recuerda que son insuficientes ya que deben estar acompañados de planes creíbles a corto y largo plazo.
«La acción urgente sobre la crisis climática y natural no puede esperar por la pandemia», subraya un comunicado difundido por la Alianza Sanitaria para el Cambio Climático del Reino Unido (UKHACC), el organismo que ha coordinado la publicación conjunta del citado editorial. En ella alza la voz el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que coincide en que los riesgos que presenta el aumento de la temperatura global, provocada por la acción del hombre, pueden «empequeñecer a los que plantea cualquier enfermedad».
«La pandemia de covid-19 terminará, pero no hay una vacuna para el cambio climático. El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) demuestra que cualquier aumento mínimo de la temperatura pone en peligro nuestra salud y futuro. Igualmente, cada medida que limita la emisiones y el calentamiento nos acerca a un futuro más seguro y saludable», asegura el líder de la OMS.


Esfuerzos de los países ricos
En cualquier caso, el editorial publicado en este centenar de revistas científicas y médicas sostiene que la cooperación global solo será posible si los países más ricos efectúan más esfuerzos «para reducir su consumo y apoyar al resto del mundo», al tiempo que aumentan su contribución económica a la causa, en línea con su compromiso para aportar 100.000 millones de dólares cada año. Ese dinero, precisa el texto, debe ofrecerse en forma de subvenciones, en lugar de préstamos, y se debería acompañar de una condonación de deudas más cuantiosas, las cuales limitan la capacidad de acción de los países más pobres.
«Aunque, históricamente, los países de ingresos bajos y medios han contribuido menos al cambio climático, soportan los efectos adversos de manera desmesurada, incluida la salud», denuncia Lukoye Atwoli, editor jefe del East Africa Medical Journal y uno de los 19 coautores del editorial.
Según apunta, Fiona Godlee, editora jefa del British Medical Journal, «2021 debe ser el año en el que el mundo cambia de rumbo«, pues «nuestra salud depende de ello». «Los profesionales sanitarios han estado en primera línea de la crisis de la covid. Y están unidos para advertir que superar los 1,5 grados y permitir la constante destrucción de la naturaleza traerá la siguiente crisis, una crisis mucho más letal», señala la coautora. Una opinión que comparte con Richard Horton, editor jefe de la revista The Lancet, que considera que esta misma urgencia es, al mismo tiempo, una de «las mayores oportunidades» que tiene la humanidad «para promover el bienestar de las personas en todo el mundo». En este sentido, Horton también cree que «la comunidad sanitaria debe hacer más para alzar su voz crítica y responsabilizar a los líderes políticos por sus acciones para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1,5 grados».
