Siberia registró en mayo uno de sus peores episodios de altas temperaturas que todavía perdura en junio. Los expertos advierten que esto puede acarrear no solo consecuencias para Rusia, sino para el resto del mundo debido a la descongelación del permafrost y al mayor riesgo de incendios



Hablar de Siberia es hablar de una región inhóspita, donde el frió extremo puede alcanzar cifras inimaginables y donde el hielo permanente no deja lugar sin conquistar. Sin embargo, zona de la Tierra lleva atravesando unos periodos de intenso calor que la están transformando.
El último de ellos se ha registrado en mayo, según el servicio el Servicio de Cambio Climático de Copérnico (C3S), cuando se observaron temperaturas 10 grados centígrados por encima de lo habitual, sobre todo en el oeste de Siberia.
Por ejemplo, el meteorólogo y periodista Bob Henson afirmó que el 22 de mayo se registró en Khatanga, una ciudad siberiana localizada al norte del Círculo Polar Ártico, una temperatura de 25,4 grados centígrados. Se trata de un valor extremadamente atípico ya que la temperatura máxima de esa zona suele rondar los 0 grados. La máxima temperatura alcanzada fue de 12 grados, por lo que este mayo rompe todos los esquemas.
Khatanga is a Siberian town well north of the Arctic Circle.
–Average high for May 23 (today): 32F
–Record daily high for May 23: 54F
–High today: at least 78F https://t.co/EAQBT6r0m8— Bob Henson (@bhensonweather) May 22, 2020
En la ciudad de Tarko-Salé, un poco más al sur que Khatanga, la temperatura media de mayo fue 8,8 grados centígrados más alta de lo habitual, que ronda el grado.
Los datos son aún más estremecedores teniendo en cuenta el histórico de valores de la NASA que se remonta a 1980. Según el servicio de Copérnico, jamás se había observado unas temperaturas similares en ningún periodo de diciembre a mayo desde que comenzaron esos registros.
«Sin duda, es una señal alarmante. Sin embargo, mayo no solo fue inusualmente cálido, sino que todo el invierno y la primavera registraron períodos constantes de temperaturas del aire más elevadas de lo habitual”, comenta Freja Vamborg, científica del CS3.


El problema es que, lejos de retroceder, el calor sigue haciendo acto de presencia en esa zona de Rusia, que está batiendo en su conjunto récords de temperatura media. El 9 de junio, la zona de Nizhnyaya Pesha, al norte del país, registró 30 grados centígrados, algo inusual en esta parte del mundo.
“Siberia occidental destaca como una región que muestra más una tendencia al calentamiento con mayores variaciones de temperatura que el resto del mundo, por lo que las grandes anomalías de temperatura no son inesperadas. Sin embargo, lo extraño es ver que estas anomalías estén persistiendo tanto tiempo”, aclara Freja Vamborg.
Un problema para el mundo
Las altas temperaturas ocurridas en una región tan poco acostumbrada a ellas pueden desencadenar una serie de cataclismos con consecuencias a nivel global, como la descongelación del permafrost.
Las capas de hielo permanente esconden en su interior enormes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero. De hecho, se estima que una tonelada de metano podría calentar la Tierra 23 veces más que una tonelada de dióxido de carbono.
Sin embargo, esa es solo una de las consecuencias. La desaparición del permafrost también pone en peligro diversas de las estructuras rusas que están asentadas sobre él, como muchas de las ciudades que están al norte del país. Para Vladimir Putin, su presidente, se trata de un tema serio:
“Si se continúa descongelando el hielo, os podéis imaginar qué consecuencias tendrá para muchas de las ciudades del Círculo Polar Ártico que están cimentadas en el permafrost”, declaró en diciembre el presidente ruso.El este sentido, cabe recordar el reciente incidente del vertido de las 20.000 toneladas de diésel sobre el río Ambárnaya, en Siberia. Tras una serie de investigaciones, se llegó a la conclusión que la fuga se debió a que el tanque que contenía el combustible sufrió importantes daños derivados de la descongelación del hielo.
“El hielo han sostenido los pilares del tanque durante 30 años, pero ahora han comenzado a hundirse y a generar daños”, señalaron en un comunicado el conglomerado minero ruso Norilsk Nickel, propietario de la instalación.
Además de la descongelación de hielo, los incendios se presentan como el otro gran problema para Siberia. Debido a las altas temperaturas motivadas por el cambio climático, muchas de sus regiones han comenzado a secarse y a estar más expuestas a las llamas.
El año pasado, los incendios pudieron obtener grandes combustibles de la madera y se volvieron muy agresivos, calcinando más de cuatro millones de hectáreas de terreno arbolado. El humo de esos incendios abarcó el mismo territorio que Europa y lanzaron a la atmósfera más de 100 megatoneladas de dióxido de carbono.
La magnitud de esos incendios provocó que muchos de ellos quedasen parcialmente activos bajo tierra y ahora, con la llegada de las altas temperaturas, están despertando y dando lugar a los llamados “incendios zombies” que prometen empeorar aún más la situación del país.
Eso no es todo. Otros expertos señalan otro tipo de desastres de menor envergadura, pero igual de importantes, como la aparición de polillas que devoran la madera de las coníferas. Sin duda, un verdadero varapalo de realidad hacia un país que hasta hace poco, no se tomaba muy en serio el fenómeno del cambio climático.
