El superglaciar antártico Thwaites pende de un hilo de hielo

El superglaciar antártico Thwaites pende de un hilo de hielo

Una reciente investigación del fondo marino situado junto al gran glaciar Thwaites, en el Polo Sur, documenta su evolución en el pasado y demuestra que puede sufrir un rápido deslizamiento hacia el mar


El glaciar Thwaites en la Antártida Occidental, aproximadamente del tamaño del Reino Unido, es un foco principal de interés para los científicos que intentan hacer predicciones globales sobre el aumento del nivel del mar.

Esta enorme corriente de hielo ya se encuentra en una fase de rápido retroceso (un «colapso» cuando se ve en escalas de tiempo geológicas) lo que lleva a una preocupación generalizada sobre exactamente cuánto, o a qué velocidad, puede ceder su hielo al océano.

El impacto potencial de la retirada de Thwaites es escalofriante: una pérdida total del glaciar y las cuencas heladas circundantes podría elevar el nivel del mar de uno a tres metros.

Un nuevo estudio en Nature Geoscience dirigido por el geofísico marino Alastair Graham de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad del Sur de Florida agrega motivos de preocupación. Por primera vez, los científicos mapearon en alta resolución un área crítica del fondo marino frente al glaciar que les da ofrecido un conocimiento relevante sobre la rapidez con la que Thwaites se retiró y se movió en el pasado.

El barco oceanográfico Nathaniel B. Palmer fotografiado desde un dron en el glaciar Thwaites, en la Antártida, en febrero de 2019. | FOTO: Alexandra Mazur/University of Gothenburg
El barco oceanográfico Nathaniel B. Palmer fotografiado desde un dron en el glaciar Thwaites, en la Antártida, en febrero de 2019. | FOTO: Alexandra Mazur/University of Gothenburg

Las impresionantes imágenes muestran características geológicas nuevas para la ciencia, y también proporcionan una especie de bola de cristal para ver el futuro de Thwaites. Tanto en las personas como en las capas de hielo, el comportamiento pasado es clave para entender el comportamiento futuro.

El equipo documentó más de 160 crestas paralelas que se crearon, como una huella, a medida que el borde de ataque del glaciar se retiraba y subía y bajaba con las mareas diarias. «Es como si estuvieras viendo un mareógrafo en el fondo del mar -explica Graham-. Realmente me sorprende la belleza de los datos«.

Dejando a un lado la belleza, lo alarmante es que el ritmo de retroceso de Thwaites que los científicos han documentado más recientemente es pequeño en comparación con los ritmos más rápidos de cambio en su pasado, afirma Graham.

Para comprender el retroceso de Thwaites en el pasado, el equipo analizó las formaciones en forma de costillas sumergidas a 700 metros bajo el océano polar y tuvo en cuenta el ciclo de las mareas de la región, tal y como predicen los modelos informáticos, para demostrar que debe haberse formado una cresta cada día.

En algún momento de los últimos 200 años, en una duración de menos de seis meses, el frente del glaciar perdió el contacto con una cresta del lecho marino y se retiró a un ritmo de más de 2,1 kilómetros por año, el doble del ritmo documentado utilizando satélites entre 2011 y 2019.

«Nuestros resultados sugieren que se han producido pulsos de retroceso muy rápido en el glaciar Thwaites en los últimos dos siglos, y posiblemente tan recientemente como a mediados del siglo XX», comenta Graham.

Los científicos Thor Alastair Graham (derecha) y Robert Larter (izquierda) observan con asombro la cara de hielo que se desmorona en el margen del glaciar Thwaites, desde la cubierta del puente del buque oceanográfico Nathaniel B. Palmer. | FOTO: Frank Nitsche
Los científicos Thor Alastair Graham (derecha) y Robert Larter (izquierda) observan con asombro la cara de hielo que se desmorona en el margen del glaciar Thwaites, desde la cubierta del puente del buque oceanográfico Nathaniel B. Palmer. | FOTO: Frank Nitsche

Se sostiene ‘con las uñas’

«Thwaites se sostiene hoy con las uñas, y deberíamos esperar ver grandes cambios en escalas de tiempo pequeñas en el futuro -incluso de un año a otro- una vez que el glaciar retroceda más allá de una cresta poco profunda en su lecho», añade el geofísico marino y coautor del estudio Robert Larter, del British Antarctic Survey.

Para recoger las imágenes y los datos geofísicos de apoyo, el equipo, que incluía a científicos de Estados Unidos, Reino Unido y Suecia, lanzó un vehículo robótico de última generación cargado de sensores de imágenes llamado Rán desde Nathaniel B. Palmer durante una expedición en 2019.

Rán, operado por científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), se embarcó en una misión de 20 horas. El equipo cartografió una zona del fondo marino frente al glaciar en condiciones extremas durante un verano inusual, caracterizado por la ausencia de hielo marino. Esto les permitió acceder al frente del glaciar por primera vez en la historia.

Rán, el vehículo autónomo empleado para analizar el fondo marino junto al glaciar Thwaites en el Polo Sur. | FOTO: Anna Wåhlin/University of Gothenburg
Rán, el vehículo autónomo empleado para analizar el fondo marino junto al glaciar Thwaites en el Polo Sur. | FOTO: Anna Wåhlin/University of Gothenburg

«Se trata de un estudio pionero del fondo oceánico, que ha sido posible gracias a los recientes avances tecnológicos en la cartografía oceánica autónoma y a la audaz decisión de la Fundación Wallenberg de invertir en esta infraestructura de investigación -destaca Anna Wahlin, oceanógrafa física de la Universidad de Gotemburgo que desplegó el Rán en Thwaites-. Las imágenes que ha recogido el Rán nos dan una visión vital de los procesos que se dan en la unión crítica entre el glaciar y el océano en la actualidad».

«Fue realmente una misión única en la vida», asegura Graham, quien afirma que al equipo le gustaría tomar muestras de los sedimentos del fondo marino directamente para poder datar con mayor precisión los rasgos de la cresta. «Pero el hielo se cerró sobre nosotros muy rápidamente y tuvimos que irnos antes de poder hacer eso en esta expedición», añade la investigadora.

Aunque quedan muchos interrogantes, una cosa es segura y es que antes los científicos pensaban que las capas de hielo de la Antártida eran perezosas y de respuesta lenta, pero eso simplemente no es cierto, indica Graham.

«Este estudio forma parte de un esfuerzo colectivo interdisciplinar para comprender mejor el sistema del glaciar Thwaites -subraya Tom Frazer, decano de la Facultad de Ciencias Marinas de la USF-, y sólo porque esté fuera de la vista, no podemos tener a Thwaites fuera de la mente. Este estudio es un paso importante para proporcionar información esencial que sirva de base a los esfuerzos de planificación global».



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